La guerra de la familia Agnelli se recrudece: la justicia italiana embarga 75 millones a los hermanos Elkann tras una denuncia de su madre
Margherita Agnelli, hija del empresario italiano Gianni Agnelli, denunció a sus tres hijos y, tras la investigación, han sido denunciados por un presunto fraude fiscal y estafa agravada al Estado. John, Lapo y Ginevra Elkann niegan las acusaciones y se declaran “ajenos a los hechos” que se les imputan
La guerra en la familia Agnelli, que desde hace décadas enfrenta a Margherita Agnelli y sus hijos John, Lapo y Ginevra Elkann, se recrudece. Después de años de acusaciones cruzadas, acuerdos fallidos y toda clase de discrepancias ―y un breve periodo de paz―, la familia, una de las dinastías industriales más poderosas de la historia de Italia, ha vuelto a la batalla y regresa a los tribunales.
Margherita, hija de Gianni Agnelli, el poderoso playboy vanidoso que reinventó Fiat y falleció en 2003, denunció a sus vástagos hace unos meses por supuestas irregularidades fiscales en el caso de la herencia de la abuela Marella Caracciolo (su madre), fallecida en 2019. La Fiscalía comenzó a investigar y el pasado febrero registró las oficinas de John Elkann. Este viernes 20 de septiembre, esas investigaciones han derivado en el embargo cautelar de 75 millones de euros, entre propiedades y otros bienes, de los tres denunciados por un presunto fraude fiscal y estafa agravada al Estado. La teoría de los investigadores, que se basan en “una considerable cantidad de documentación contable y extracontable y de tipo informático”, es que se manipuló la residencia fiscal de Marella Caracciolo, alegando que vivía en Suiza, en vez de en Turín, para evitar el pago de impuestos, entre ellos el de sucesión, en Italia. El auto de la fiscalía señala que la matriarca del imperio Agnelli “tuvo residencia estable en Italia por lo menos desde 2010 y no en Suiza, por lo que el reparto legal de su herencia no debía seguir la ley helvética, como se hizo, sino la italiana”.
La acusación también menciona “la presencia de un esquema criminal dirigido a sustraer su ingente patrimonio y sus relativos beneficios a la legislación de sucesiones italiana”. Los investigadores han desvelado la presunta “existencia de una estrategia concreta” con la que simulaban la residencia suiza de la viuda Agnelli hasta su fallecimiento. La Fiscalía sostiene que Marella Caracciolo residía en Italia y, por ello, ha cuantificado las cantidades no declaradas al fisco, empezando por 42,8 millones de euros de la evasión del IRPF y otros 32 millones por eludir el impuesto de sucesiones y donaciones sobre un total de 800 millones de euros. Los fiscales investigan también a Gianluca Ferrero, el contable de la familia, además de presidente del club de fútbol Juventus ―el equipo propiedad de los Agnelli― y el notario suizo Urs Robert von Grünigen.
Los hermanos Elkann, a través de sus abogados, han rebatido este fin de semana las acusaciones de la fiscalía y han calificado la reconstrucción de los investigadores como “inaceptable”. También han señalado que están “convencidos de poder demostrar que son completamente ajenos a los hechos imputados”. Y se han defendido alegando que el embargo preventivo de los bienes “es un trámite procesal que no implica determinación de responsabilidad alguna”. Consideran, además, que la medida no es adecuada “porque nunca ha existido riesgo de dispersión del patrimonio de los sospechosos”. Y reiteran que su abuela Marella Caracciolo residía en Suiza “desde principios de los años setenta″, y “su voluntad siempre fue residir en este país durante toda su vida”.
La noticia del embargo de los 75 millones de los Agnelli, a pesar de que no tendrá un gran impacto en las abultadas finanzas de la familia, ha causado un gran revuelo en Italia. El diario Il Corriere della Sera, que pertenece a un grupo rival del grupo editorial propiedad de los Agnelli, apunta que ya hace 10 años, cuando Marella Caracciolo publicó el libro Ho coltivato il mio giardino (He cultivado mi jardín), los abogados de los Agnelli, que examinaron cuidadosamente el borrador, pidieron que se integraran algunas páginas en las que “quedara más clara la residencia en Suiza” de la viuda de Gianni Agnelli. El periódico sostiene que este es uno de los elementos que ha hecho pensar a la fiscalía que existe “una estrategia articulada” para situar de manera ficticia la residencia de Marella en Suiza.
En 2003, cuando falleció el Avvocato, apodo con el que todos conocían a Gianni Agnelli, se desató una feroz pugna por la herencia entre la familia. Tras un año de arduas negociaciones, Margherita Agnelli firmó un acuerdo por el que renunciaba a las acciones de la sociedad familiar, que en aquel momento se asomaba al abismo y hoy se ha convertido en un próspero coloso. A cambio, recibiría una cuantiosa suma de dinero que rondaba los 1.300 millones de euros. Cuando Margherita renunció a las acciones, estas pasaron de su madre, Marella, a su primogénito, John Elkann, el heredero universal del imperio, que actualmente es presidente y consejero delegado del grupo empresarial de la familia. La mayoría de las propiedades también pasaron a su nombre. Más tarde, en 2021, Margherita impugnó aquel pacto porque consideraba que la cifra que recibió había sido inadecuada, demasiado baja teniendo en cuenta el valor que después habían alcanzado aquellas acciones que rehusó.
Los medios locales señalan que el objetivo de Margherita Agnelli es que se anulen las escrituras de la herencia de Marella Caracciolo. Si consigue demostrar que su madre residió en Italia y no en Suiza, el controvertido pacto sucesorio que firmó con sus hijos podría quedar revocado, ya que este tipo de acuerdos son legales en el país helvético, pero en Italia no son válidos.
La eterna guerra de sucesión de los Agnelli se ha convertido en una especie de Dallas transalpina. Margherita quedó prácticamente apartada de los asuntos de la familia, tanto afectivos como financieros, desde la muerte de Gianni. Y desde hace dos décadas está enfrentada a una parte de sus hijos: John, Lapo y Ginevra Elkann, nacidos de su primer matrimonio con el escritor Alain Elkann. Entre otras cosas, reclama que en el reparto del patrimonio se tenga también en cuenta a sus otros cinco hijos, que tuvo con su segundo marido, el conde ruso Sergio de Pahlen, que históricamente se han mantenido en el anonimato.