El calendario Pirelli 2025 vuelve a la sensualidad de sus orígenes con estrellas de ‘Los Bridgerton’ y ‘Star Wars’
Con estilismo de la histórica Tonne Goodman, el fotógrafo y también modelo estadounidense Ethan James Green se convierte en retratista de un almanaque titulado ‘Refresh&Reveal’, que muestra la desnudez de sus protagonistas: “Quería volver a lo sexi”
Solo hay algo que podría opacar a unas cuantas estrellas posando semidesnudas en una playa atlántica de un azul y una temperatura que rozan lo caribeño: los mosquitos. Los malditos mosquitos. Pequeños e insonoros, van dejando dolor y picor entre el equipo, los periodistas, el fotógrafo y hasta los retratados para convertirse, junto a las tormentas —frecuentes en Florida en esta época del año—, en el tema de conversación del día. Sin embargo, aunque lo intentan, los bichillos no logran quitarle el brillo a uno de los momentos icónicos de la fotografía anual: la sesión de fotos del calendario Pirelli de 2025, también conocido como The Cal, que este año tiene lugar la última semana de junio en Virginia Key, parque natural sobre una isla al sur de Miami. Once rostros conocidos del cine, la televisión, el arte y la moda han pasado durante un par de días (y otros dos a principios de mayo) por la lente del fotógrafo natural de Michigan y asentado en Nueva York Ethan James Green, de 34 años. El 12º para completar los protagonistas de este 51º calendario es él mismo, también modelo, y que en un gesto inédito para el almanaque se ha autorretratado, cuenta divertido el día después de acabar la sesión.
Simone Ashley (la vizcondesa Kate, protagonista de la segunda temporada de Los Bridgerton, de 29 años), John Boyega (de 32 y que interpreta a Finn en la última saga de películas de Star Wars) y Padma Lakshmi (popular actriz, modelo, escritora y presentadora de origen indio y asentada en EE UU, de 53 años) son los tres que cierran la última jornada de fotografías. A ellos se les han unido, además del propio Green, los actores Vincent Cassel, Jodie Turner-Smith, Hunter Schafer, Hoyeon Jung y Connie Fleming, modelos como Elodie Di Patrizi y Jenny Shimizu y la artista Martine Gutiérrez. Todos han pasado por Miami para una sesión tanto en la playa de Hidden Beach (a la que en el siglo XIX eran trasladados los inmigrantes cuando arribaban de África) como en un estudio construido en el campamento base para esta superproducción.
Después de 60 años y de 50 calendarios de muy diversos autores, Green explica en una entrevista con EL PAÍS —el único medio en español en asistir a la sesión— que quería regresar a los orígenes. De hecho, esta edición se llama Refresh&Reveal (refrescar y revelar), porque vuelve a los inicios de manera fresca y sexi, desvelando mucho del cuerpo de sus protagonistas. La desnudez busca ser sensual, lejos de la vulgaridad, explica Green en una fresca sala de un hotel de Miami Beach junto a la legendaria estilista Tonne Goodman, que pasó 20 años en Vogue y a la que llamó en cuanto supo del encargo. “La verdad, fue superemocionante. Me llamaron el día de mi cumpleaños”, recuerda el altísimo fotógrafo. Reconoce que esto no es un encargo más, sino “todo un hito en una carrera” y que, aunque siempre soñó con ello, no ahora: “En mi cabeza estaba, pero pensé que tardarían al menos 10 años más en llamarme, no me lo esperaba para nada”. Cuando empezó a repasar números antiguos, quedó especialmente fascinado por dos, uno de Richard Avedon, con fotografías de estudio, y otro de Herb Ritts, en una playa. “Son escenarios atemporales, y trato de que mi trabajo lo sea, clásico”, explica. Decidió seguir su ejemplo y hacer un retrato de cada protagonista en cada uno de los dos.
La sensualidad que durante décadas fue el alma del calendario fue el leitmotiv de Green. “Siempre supe que quería volver a lo sexi, a enseñar cierta piel, volviendo a esos orígenes. Y es refrescante por nuestro elenco, que considero bastante contemporáneo. Cuando me mandaron ese brutal archivo de 50 años vi que hasta el de 2015 [firmado por Steven Meisel y con estilismo de Carine Roitfeld] fue muy sexi”. Tuvo claro que Goodman era su estilista de cabecera: con ella retrató a Rihanna como portada de Vogue en 2019 y, también, a su madre y su tía en la granja familiar en unas imágenes para el Wall Street Journal, uno de sus trabajos más personales.
Las personalidades de Green y Tonne quedan reflejadas en el almanaque, su forma de ver la desnudez, con elegancia, de manera sensual y con una mirada muy personal. Sería muy fácil caer en lo vulgar, pero nada de eso ocurre. “Ambos partimos del mismo sitio”, explica la estilista acerca de su inspiración y su trabajo conjunto. “Es fabuloso poder poner en valor el cuerpo y la personalidad. Por eso no es solo revelar la carne, también la actitud”, cuenta. “No hay artificios, es fácil. He trabajado con muchos, muchos fotógrafos. Y Ethan tiene un don con los personajes”. Por eso, según ella, ha salido tan bien: por cómo Green ha sabido transmitirles calma y confianza a sus retratados. “Trabajar con él es un privilegio”, reconoce sobre un proyecto que también ha sido un reto para ella. “Porque la moda implica ropa, claro. Y esto no va sobre ropa, es sobre algo completamente diferente”.
Los tres protagonistas de la última jornada coinciden en ese aspecto. No es fácil quitarse la ropa, o dejarse fotografiar con sensuales vestidos de punto, blusas que transparentan el pecho o diminutos bañadores. Green se vuelca con los retratados (y con él todo su equipo, una quincena de personas); se tira en la arena, se mete en el agua, se sube a una alta escalera. Cuentan desde Pirelli que no buscaba un estilo a lo Miami Beach, sino algo salvaje, selvático, en sus alrededores. Lo ha logrado: las iguanas no andan lejos, tampoco los pelícanos que se lanzan en picado a capturar los peces. Tras retratar a Ashley sobre la arena húmeda, ella se enfunda en un albornoz serigrafiado con las letras The Cal 2025 y afirma que se ha sentido muy cómoda en “una jornada muy divertida”: “Ha sido muy relajado, me he sentido en mi elemento. Muy agradable, muy especial. El trabajo de Ethan es muy poderoso, él es muy empático, busca encontrar la belleza de una manera muy sutil. Confía en ti, es muy honesto, y eso me gusta mucho”.
Para la estrella de Los Bridgerton, la fuerza del cuerpo humano es “un lenguaje poderoso, universal”. ¿Se siente valiente por este trabajo? “No, creo que no, no me lo tomo tan en serio, lo que me tomo en serio es el arte de la fotografía”, afirma la actriz. Tras ella va Padma Lakshmi, quien llega al calendario justo después de entregar un libro que le ha llevado cinco años y de una serie de actos en favor de Joe Biden —por entonces aún candidato demócrata a presidente en las próximas elecciones de EE UU— y que, asegura, no se ha preparado ni física ni mentalmente para sus muy desnudas fotografías. “La desnudez no es nada que haya que temer”, afirma contundente a sus casi 54 años. “Todo puede ser vulgar, pero también puede ser bello y estar cargado de significado. Está en el fotógrafo, eso de ‘está en el ojo del que mira’... a veces sí, pero también en quién lo hace. Ethan tiene mucha clase empujando los límites, porque Pirelli es una celebración de la belleza femenina y no le tenemos miedo a nuestros cuerpos”, afirma la exmujer de Salman Rushdie, que presentó durante 17 temporadas la edición estadounidense de Top Chef, con muchas tablas a sus espaldas, pero que reconoce que se sorprendió y emocionó cuando la llamaron del calendario.
“Todo el mundo tiene miedo a envejecer, pero no me siento así. Me siento joven por dentro, más sensual, más mujer, más en cargo de mi sexualidad”, afirma. “Nunca he estado mejor ni más feliz, y lo mejor está por llegar. Tengo la confianza suficiente para asumir estos riesgos, ¡quiero tener nueve vidas!”, ríe. “Recomiendo envejecer. No me siento menos sexi a los 53, sino mucho más. Hay una visión muy limitada sobre la belleza y sus estándares, son muy arbitrarios. A las chicas jóvenes les digo que no se centren demasiado en eso, es muchísima presión”, dice, explicando cómo viene de hacer campaña por el presidente y cómo se ha ido dando cuenta de que “el sistema es totalmente misógino: no puedes llamarte a ti mismo democracia si la mitad de la población no tiene control sobre su cuerpo”.
El pequeño bañador negro de John Boyega deja poco a la imaginación, pero el actor británico de 32 años se muestra confiado gracias, reafirma él también, al fotógrafo, de quien se declara “un gran admirador”. Pero bueno, él modelo no es: “No, no, por eso yo hago lo que hago y ellos lo que hacen”, ríe el intérprete en su charla con la prensa tras acabar su sesión, que ha tenido que ser dividida en dos días por las fuertes tormentas que agitan el sur de Florida. Reconoce que él necesita más comunicación porque no tiene “las mejores habilidades como modelo”, pero que poco a poco, con los años, ha ido aprendiendo, y que cuando le llamaron de Pirelli “fue impresionante”.
Uno tras otro, los retratados reconocen el privilegio de ser parte de una publicación con medio centenar de ediciones en seis décadas, también por el peso que el calendario tiene en el mundo de la moda y editorial. Incluso el propio fotógrafo: “Sí, es mucha presión porque la historia del calendario... Tu trabajo siempre va a ser comparado con el anterior”, reconoce Green. “Por aquí han pasado fotógrafos muy inspiradores, y tener tu obra junto a la suya es increíble, pero, a la vez, hay mucha presión. Pero a mí la presión me ayuda a hacerlo mejor”. Boyega lo resume con precisión: “Ha sido un reto, pero definitivamente muy divertido: es una localización estupenda, con un equipo estupendo, en el agua... Normalmente, me paso 10 horas en un estudio con un sándwich vegetal”, bromea. “De lo que no disfruté fue de los mosquitos”.