Kevin Costner rompe su silencio sobre su relación con la cantante Jewel y su multimillonario divorcio: “Era mi miedo y ahora vivo con ello”
El actor y director asegura que el exigente rodaje de su saga de películas ‘Horizon’ le distanció de Christine Baumgartner y que no pudieron superarlo, y afirma que con la cantante de folk solo mantiene una buena amistad
Kevin Costner fue el protagonista del culebrón del pasado verano al conocerse su divorcio de su segunda mujer y madre de sus tres hijos menores, Christine Baumgartner, con quien llevaba casado 18 años. Si su primer divorcio de Cindy Silva, la que era su novia de toda la vida, ya fue portada de todos los medios, este no se quedó atrás, con peleas por su casa y pensiones millonarias (250.000 dólares al mes, exigía ella) que demostraron el estratosférico tren de vida de la familia. Tras finiquitar su separación legal en septiembre, Costner ha estado inmerso en la promoción de su nuevo proyecto, una saga de películas llamada Horizon por la que ha hipotecado sus propiedades y ha invertido cerca de 40 millones de dólares. Quizá sea por la necesidad de hacerse publicidad para recuperar su inversión, quizá porque quiere dar su versión de lo sucedido, un año después, ahora Costner se ha sentado a charlar con la revista People, que le dedica su portada y le sitúa en lo más arriba de una lista que llama Las 100 razones para amar a EE UU.
Reconoce ahora el actor y director que estar inmerso en la realización de esa saga fílmica, muy exigente, le alejó de su mujer, física y mentalmente, y que no pudieron superarlo: “No fuimos capaces de lograrlo con la distancia”, explica, sin querer entrar demasiado en el tema. “Era mi miedo y ahora estoy viviendo con él. Pero es la vida”, reconoce sobre el hecho de divorciarse una segunda vez tras una relación muy larga (con Silva se casó en 1978 y se separó en 1994). “Había muchas cosas en marcha. Tenía ese dinero ahí puesto, esas películas estaban ya comprometidas, había 300, 400 personas trabajando en ellas”, explica. “Si estás en plena tormenta y eres el único en cubierta sujetando el timón, y estás intentando quitarte la lluvia y el agua salada de los ojos, no puedes soltar el timón. Yo no he podido soltar el timón”.
Sin embargo, califica a su exesposa de “buena compañera y buena madre”. “Todo es por los niños”, afirma ahora sobre su separación de Baumgartner, a quien le paga una pensión de 63.000 dólares mensuales para mantener a los tres menores. “Lo haces. Sigues hablando, sigues ayudándoles, sigues interesándote en lo que a ellos les interesa”, cuenta sobre cómo lleva su relación con los pequeños. “Ya me divorcié una vez y fue duro para los niños”, explica, dando a entender que sabía que otra separación podría volver a ser difícil. “Fue algo que tuve que pensar hace 20 años, cuando acepté casarme [de nuevo]”.
Costner confiesa que sus hijos son su prioridad. Tiene siete: Annie, de 40, Lily, de 37, y Joe, de 36, fruto de su matrimonio con Cindy Silva; también Liam, de 26, que nació tras un breve romance con la bailarina Bridget Rooney; y los tres pequeños con Baumgartner, Cayden, de 17, Hayes, de 15 y Grace, de 14. Ellos tres son su prioridad ahora, afirma, reconociendo que su vida es “conducir autovía arriba, autovía abajo intentando llevar a los niños a donde creen que tienen que ir... pero es parte del trabajo”. Los chicos viven en la ciudad de Carpintería, un pequeño pueblo junto a Santa Bárbara a dos horas de Los Ángeles. Allí practican deportes, tienen caballos y hacen vida en su mansión de cuatro hectáreas con piscina infinita y pista de voleibol, entre otras amenidades. Como contó Baumgartner en su vista con el juez, la vida de lujo está “en el ADN” de los chicos, de ahí que necesitara una millonaria pensión (empezó pidiendo 250.000 dólares mensuales, rebajó su exigencia a 162.000 y finalmente logró 60.000 al mes).
Además de en la entrevista con People, Costner dio otra el martes por la noche en el programa de Howard Stern, que le preguntó por un curioso rumor que lleva rondando por Hollywood unos meses: su relación con la cantante Jewel, de 50 años y nacida en Utah, con quien la prensa le lleva relacionando desde diciembre del año pasado. La propia cantante de folk ya pasó por esa pregunta en otra entrevista en abril con la revista Elle y echó balones fuera, sin ser clara en su respuesta (”Es una gran persona. Seguro que hay mucha fascinación por parte del público”), lo que solo añadió más leña al fuego. Él, en cambio, zanja los rumores, explicando que lleva tiempo escuchándolos (y que hasta sus hijos pequeños le han preguntado por ellos) pero que no son verdad. “No, Jewel y yo somos amigos. Nunca hemos salido juntos, jamás. Ella es especial, y no quiero que estos rumores arruinen nuestra amistad porque es lo que tenemos. Ella es especial para mí”.
Stern le preguntó a Costner cómo empezó ese runrún, y él explica que fue porque ambos estuvieron juntos en la isla del millonario Richard Branson, en una visita a la que se unieron la también actriz Emma Watson y otra media docena de personas no famosas. “Mantuve una larguísima conversación con ella y con Emma”, cuenta, explicando que ambos volaron juntos en un vuelo privado tanto a la ida como a la vuelta, y que cree que a partir de ahí empezaron a vincularles. “Estuve con nueve personas y no quiero que la prensa nos arruine esto, porque hemos tenido conversaciones por mensajes de texto, ella es muy inteligente y ha pasado por muchas cosas, así que tenemos una amistad. No tenemos un romance, y no hemos salido”, reveló Costner. “Es lo suficientemente guapa e inteligente como para esas cosas [para salir juntos], pero es solo que nunca ha pasado. Es todo lo que podrías llegar a pensar, pero no ha ocurrido”.
En la charla con People, el actor de Lynwood (una ciudad justo al sur de Los Ángeles, California) también hace repaso de su vida y sabe de su excepcionalidad. “He tenido una vida increíblemente poco común y, lo mejor, muy bonita”, admite. Cuenta que cuando salió del instituto, siendo un estudiante mediocre, y tuvo claro que iba a ser actor, “no había garantía de éxito”, reconoce. “Tenía un gran peso sobre mis hombros. Empecé a ir a Hollywood cada día y a aparcar mi pequeña caravana cerca de una cabina de teléfonos y a dormir acurricado. No conocía a nadie”. No fue un actor de éxitos rápidos: empezó con papeles menores a los 26 años y triunfó ya pasados los 30, sobre todo gracias a su protagonismo en Los intocables de Elliot Ness, que le lanzó al estrellato en 1987, y a Bailando con Lobos, tres años después. “Lo que puedo decir es que he tenido una vida increíble”, afirma. “Me han golpeado, pero ha sido increíble y doy gracias por ello”.