Gianni Ferrari, el fotógrafo de los famosos: “Al rey Juan Carlos ya no me gustaría ni verlo”
Ha retratado a reyes, príncipes, actrices y cantantes durante más de medio siglo, incluidas leyendas mundiales como Brigitte Bardot, Catherine Deneuve y Jacqueline Kennedy. Sus fotos ya forman parte de la historia de España
Gianni Ferrari (Milán, 89 años) sube y baja las escaleras de su casa en el barrio madrileño de Mirasierra con la agilidad de un gimnasta. “Cuando era un chaval y vivía en Trípoli, ganaba medallas de oro en atletismo”, recuerda el fotógrafo. Al final, no se dedicó a las carreras de velocidad, pero se pasó más de medio siglo persiguiendo a reyes, príncipes, duquesas, actrices y cantantes en busca de la instantánea perfecta. En 1962 creó su propia agencia, Contifoto, que proveía de exclusivas ...
Gianni Ferrari (Milán, 89 años) sube y baja las escaleras de su casa en el barrio madrileño de Mirasierra con la agilidad de un gimnasta. “Cuando era un chaval y vivía en Trípoli, ganaba medallas de oro en atletismo”, recuerda el fotógrafo. Al final, no se dedicó a las carreras de velocidad, pero se pasó más de medio siglo persiguiendo a reyes, príncipes, duquesas, actrices y cantantes en busca de la instantánea perfecta. En 1962 creó su propia agencia, Contifoto, que proveía de exclusivas a las pujantes revistas del corazón de la época. Entre sus empleados estaban unos jovencísimos Paco Umbral y César Lucas. Hoy, atesora más de 50.000 fotografías en el sótano de su chalé, donde conserva su estudio y archivo. Las paredes están forradas con los retratos de algunas de las mujeres que inmortalizó: Rocío Jurado, Jacqueline Kennedy, Carmen Sevilla, Catherine Deneuve, Rocío Dúrcal, Brigitte Bardot, Lola Flores, Geraldine Chaplin, Audrey Hepburn, Marisol, Claudia Cardinale, Sara Montiel… “Las mujeres me inspiran”, dice. Solo tiene la foto de un hombre: Juan Carlos I. Desde 1978 hasta 1997, Ferrari acompañó al Rey emérito en 78 viajes oficiales.
Pregunta. ¿Cómo llega un milanés a Madrid?
Respuesta. Mis padres eran profesores. El Estado italiano los mandaba al extranjero. Estuvieron destinados en Atenas, Estambul, Tánger, Trípoli, Barcelona y, al final, Madrid. Aquí empecé a escribir para medios deportivos italianos. Me dieron la corresponsalía de Il Giorno, un diario de Milán. Un día, con 27 años, me encargaron un reportaje sobre la noche madrileña. No les gustaron las fotos que hizo el fotógrafo y yo hice otras. A mis jefes les encantaron. Así empezó mi carrera.
P. No le gusta que le llamen paparazzo…
R. No. La única vez que intenté ser paparazzo fue cuando Audrey Hepburn y Mel Ferrer vivieron en Madrid, en 1966. Fui hasta su casa, en el barrio de La Florida, y me subí a un árbol para intentar fotografiarlos en la piscina. No encontré a nadie. Cuando me estaba yendo, alguien me agarró por la espalda, me dio un puñetazo en la cara y me quitó la cámara. Era Ferrer. Ese día dije: “Nunca más”.
P. En el 62 crea su propia agencia y contrata a Paco Umbral.
R. Sí, pero entonces Paco todavía no era conocido. Por la mañana trabajaba en una revista que se llamaba Mundo Hispánico y por la tarde conmigo. Cada día hacía un reportaje diferente. Se iba al Café Gijón y siempre volvía con una historia. Cuando se fue de la agencia, contraté a Raúl del Pozo. César Lucas también trabajó conmigo. Le pagaba 500 pesetas por reportaje.
P. ¿Cuál fue el trabajo mejor pagado?
R. Uno de los más caros fue el de Isabel Perón. Yo veraneaba siempre en Menorca. Un día, en el verano de 1991, bajé a la playa, vino el encargado del chiringuito y me dijo: “¿No ves quién está ahí? La viuda de Perón”. Me acerqué a ella, me presenté y le pregunté si podía fotografiarla. Aceptó encantada. Vendí ese reportaje carísimo en todo el mundo. ¡Hola! me pagó millones de pesetas por la exclusiva en España.
P. ¿Recuerda algún otro?
R. Di Stéfano con su familia, en el 61. Imagínate ahora conseguir a Messi con su mujer y sus hijos. El primer posado en bañador de Marisol, en el 62. Raphael en el 63, cuando acababa de llegar a Madrid. Las fotos de Audrey Hepburn en Mantequerías Leonesas en el 66, que las vendí en todo el mundo. El posado de Juan Carlos y Sofía en el 69, cuando todavía eran príncipes…
P. ¿Se quedó con las ganas de fotografiar a alguien?
R. Nunca nadie me dijo que no.
P. ¿Cuál fue el fotorreportaje que más le costó conseguir?
R. Mi primer posado del rey Juan Carlos, cuando era príncipe. No me conocía nadie todavía y me costó que el palacio de la Zarzuela me dijera que sí. El Rey se encariñó conmigo. Luego ya me llamaban ellos y me decían: “¿Te importa venir a hacer un reportaje?”.
P. ¿Cómo era el Rey entonces?
R. Muy simpático, agradable, sencillo. Cuando lo conocí era un chaval, no era nadie. Hacía muchos chistes y se reía como un loco. Era un cachondo mental. Siempre me decía: “No me llames majestad”. Parece ser que ha cambiado mucho.
P. ¿Y la reina Sofía?
R. Al principio era muy fría, muy alemana. Pero poco a poco se fue acostumbrando a la prensa y empezó a ser más simpática.
P. ¿Cómo se comportaban entre ellos?
R. Frente a nosotros siempre fueron muy educados. Se cogían de la mano; él la abrazaba.
P. ¿Los veía enamorados?
R. No, tanto como enamorados no. Después de 10, 15 o 20 años de casados, el amor no sigue siendo el mismo.
P. A Felipe VI lo conoce desde que era un niño. ¿Cómo era?
R. Simpático y un poco tímido. Pero la más simpática era Cristina. Me quería mucho. Un día fui a hacer un reportaje de los niños en palacio para Navidad. Cuando me estaba yendo, vino Cristina y me dijo: “¿Cuándo vas a volver?”.
P. ¿Sigue en contacto con el Rey emérito?
R. No. Hice un último reportaje con él durante su primera visita oficial a Grecia, en 1998, y ya no lo volví a ver.
P. ¿Qué opinión le merecen que viva en Abu Dabi?
R. Ya no lo entiendo. Era una persona tan agradable, tan simpática. No sé por qué se ha transformado en alguien tan, tan, no sé… Ya no me gustaría ni verlo. Ha cambiado mucho.
P. Hay una foto suya de Juan Carlos I y Franco jugando al golf, poco antes de que el dictador muriera. ¿Cómo se llevaban entre ellos?
R. Tenían una relación muy agradable. Franco lo trataba muy bien y Juan Carlos a él. Charlaban mucho.
P. Han cambiado mucho los personajes del papel cuché, ¿no?
R. En el año 2000 o 2001 empecé a desencantarme porque los personajes ya no te hacían ni caso. Antes, la gente posaba y te daba las gracias. Desde el año 2000, todos te pedían dinero. Ahora a los famosos solo le interesa el dinero.
P. Sus fotos se siguen publicando en todo el mundo. ¿Qué siente al ver que su trabajo sigue vigente?
R. No es porque sean mías, sino porque los personajes que fotografié son importantes.
P. Pero son sus fotos, usted estaba ahí...
R. Tuve suerte de estar en el momento justo y en el lugar adecuado. Nunca estudié Fotografía. Técnicamente, mis fotos no eran perfectas. Pero cada imagen contaba una historia.