Polémica en torno a una escultura falsamente atribuida a Ruth Asawa en la nueva casa de Gwyneth Paltrow
La obra, en la que se han interesado curiosos y críticos, pertenece a D’Lisa Creager, una artista que aprendió a perfeccionar la técnica del alambre gracias a las enseñanzas de Aiko Cuneo, hija de la famosa escultora
Hace solo unos días la actriz Gwyneth Paltrow abrió las puertas de su nuevo hogar de Montecito (California, EE UU) a través de la revista Architectural Digest. Un sereno y luminoso santuario familiar que ha construido desde sus cimientos durante los últimos seis años en colaboración con grandes artistas, y que comparte con su marido, el escritor y productor Brad Falchuk. Los cur...
Hace solo unos días la actriz Gwyneth Paltrow abrió las puertas de su nuevo hogar de Montecito (California, EE UU) a través de la revista Architectural Digest. Un sereno y luminoso santuario familiar que ha construido desde sus cimientos durante los últimos seis años en colaboración con grandes artistas, y que comparte con su marido, el escritor y productor Brad Falchuk. Los curiosos se han detenido en cada detalle y han hecho viral en las redes sociales un objeto concreto que han considerado inesperado: lo que parecía ser una escultura de Ruth Asawa colgaba del techo, mientras la intérprete posaba no muy lejos de una pintura de Ed Ruscha.
La presencia de esta pieza ha suscitado gran interés entre críticos y artistas, que se han interesado cada vez más en las esculturas de alambre de Asawa desde su muerte en 2013. La creadora nacida en 1926, que fue injustamente confinada en un campo de internamiento tras el estallido de la Segunda Guerra Mundial, comenzó a pintar y dibujar como escape a la realidad. Ella misma aseguró en una entrevista en 1994 que “a veces nacen cosas buenas de adversidad”. Se convirtió así en un ejemplo de resiliencia que, en el pasado, hizo que sus obras llegaran a alcanzar altos precios en las subastas. Tan altos que solo alguien como Paltrow, cuya casa supera los 5 millones de dólares (4,4 millones de euros aproximadamente), podría alcanzarlos.
Alexandra Lange, crítica de diseño en The New York Times, fue una de las primeras sorprendidas por esta adquisición. “Estoy irracionalmente enfadada porque Gwyneth tiene una Ruth Asawa”, publicó a través de su perfil en Twitter, un comentario que no dejó indiferente y ayudó a indagar sobre la procedencia de esta exclusiva pieza a algunos de los curiosos que empezaron a dudar de su veracidad.
Las redes volvieron a explotar mientras algunos cuestionaban si de verdad se trataba o no de una obra de Asawa. Estas dudas llegaron a la propia revista que difundió las imágenes del hogar de Paltrow y, como Lange señaló más tarde, Architectural Digest decidió editar la fotografía original, reemplazándola por una nueva imagen recortada. La supuesta escultura de Asawa desapareció tanto de las imágenes como del texto.
Finalmente, la obra ha resultado no estar creada por Asawa, algo que se ha encargado de desmentir la revista estadounidense ART News. Para despejar toda duda, decidieron contactar con el agente David Zwirner, que representa el patrimonio de la artista, quien advirtió que la pieza era una falsificación. “Esta obra no es de Ruth Asawa”, aseguró. Más tarde, Architectural Digest emitió una corrección identificado por fin al artista tras la escultura similar a la de Asawa: D’Lisa Creager.
Según afirma la artista en su propia página web, la hija de Asawa, Aiko Cuneo, fue la encargada de enseñarle la técnica original que empleaba su madre para manejar el alambre, lo que hace que las obras de Creager sean sorprendentemente similares a las famosas esculturas de la artista y no simples copias. A pesar de que la agencia que representa a la actriz no ha querido dar declaraciones concretas a ART News, el misterio que rodea a esta escultura —cuya imagen no ha vuelto a aparecer en el artículo de Architectural Digest— ha sido despejado.
La propiedad sobre la que se asienta el hogar de Paltrow fue encontrada por ella misma en la aplicación de la agencia inmobiliaria Redfin, tal y como ha indicado la actriz durante la charla en la que explica a Architectural Digest que lo que más le enamoró de la ubicación fueron las vistas, desde donde se puede apreciar la playa de Santa Bárbara, lugar en el que realizó sus estudios universitarios.
El proceso de creación, como ha asegurado, ha sido “arduo y muy largo”. Contó con la ayuda de un gran amigo y decorador, Robin Standefer, y de Stephen Alesch, que ya la había ayudado previamente a decorar el piso que posee la actriz en el barrio de Tribeca (Nueva York). Dos profesionales que, según Paltrow, han sabido captar sus gustos “a la perfección”.