Las aficiones más terrenales de los miembros de la realeza
Margarita de Dinamarca borda, Carlos de Inglaterra pinta, Naruhito de Japón toca el violín y a la reina Sofía le apasionan los ovnis
Son muchos los reyes, reinas, príncipes y princesas que en alguna ocasión han confesado que les hubiera gustado dedicarse a otra cosa si no hubiesen pertenecido a la realeza. Y seguro que algunos de ellos tendrían muchos quehaceres con los que llenar el tiempo que ahora dedican a viajes, compromisos y actos oficiales. Sin embargo, siempre encuentran un hueco en sus ajetreadas agendas para distraerse con esa afición o hobby que les devuelve por unos instantes a la vida terrenal lejos de protocolos.
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Son muchos los reyes, reinas, príncipes y princesas que en alguna ocasión han confesado que les hubiera gustado dedicarse a otra cosa si no hubiesen pertenecido a la realeza. Y seguro que algunos de ellos tendrían muchos quehaceres con los que llenar el tiempo que ahora dedican a viajes, compromisos y actos oficiales. Sin embargo, siempre encuentran un hueco en sus ajetreadas agendas para distraerse con esa afición o hobby que les devuelve por unos instantes a la vida terrenal lejos de protocolos.
Margarita de Dinamarca
Margarita de Dinamarca tiene claro que hubiera sido artista de no ser reina. Le apasiona el mundo del diseño y la confección. Ella pinta, borda y diseña. En 2017 creó y produjo el vestuario y los decorados de la obra El Cascanueces, que se estrenó en Copenhague un año después. No era la primera vez que la soberana hacía algo así. En 2009 es encargó de la escenografía y del vestuario e incluso se atrevió a interpretar un pequeño papel de campesina de Los cisnes salvajes (De vilde svaner) .Ha visto expuestas sus obras de pinturas en varios museos daneses y ahora va a compartir con el público sus propios bordados. Algunos de ellos todavía los utiliza en su residencia de verano, Marselisbourg; otros han sido regalos de Navidad, como la funda de bolso que le hizo a la princesa Mary personalizada con su nombre. La soberana es quien dibuja los propios patrones y quien elige los colores de la obra. “Es maravilloso estar concentrada en algo que creo con mis propias manos”, ha dicho Margarita de Dinamarca. La exposición Los bordados de la Reina se podrá visitar hasta el 2 de enero de 2022 en Kongernes Samling Koldinghus.
Carlos de Inglaterra
Además de la moda, la ecología y la sostenibilidad, los intereses polifacéticos del príncipe Carlos de Inglaterra pasan también por la pintura y desde hace unos años se ha convertido en uno de los artistas con más tirón comercial de Gran Bretaña. El primogénito de Isabel II disfruta pintando paisajes al aire libre. Lo hace durante sus vacaciones de esquí, estancias en fincas propiedad de su madre como Balmoral y Sandrigham y durante viajes oficiales. Y lo hace rápido. Un portavoz de Clarence House asegura que a menudo termina obras en una sola sesión. El príncipe pinta exclusivamente con acuarelas, y nunca vende los originales, que atesora en sus viviendas familiares. El príncipe de Gales se toma muy en serio su afición. En un documental sugirió que considera las pinturas como parte de su legado vital para generaciones venideras. Aunque pinta desde hace tiempo, no empezó a ganar dinero con su hobby hasta 1989, cuando la propietaria de la galeria Belgravia, Anna Hunter, descubrió sus trabajos en un reportaje de una revista dominical. Le escribió una carta proponiéndole que vendiera litografías firmadas para recaudar dinero para su fundación y meses después comenzó todo.
Kate Middleton
Antes de convertirse en la duquesa de Cambridge, Kate Middleton ya practicaba una de sus grandes pasiones: la fotografía. Desde que entró a formar parte de la familia real ha inmortalizado muchos de sus viajes oficiales, que luego Buckingham se encarga de compartir. Como cualquier madre, disfruta fotografiando a sus tres hijos, los príncipes Jorge, Carlota y Luis, y en cada uno de los cumpleaños de los pequeños las imágenes que se difunden siempre las firma la misma autora: Kate Middleton.
Naruhito de Japón
Una de las aficiones más conocidas de Naruhito, emperador de Japón, es la música clásica. Es un virtuoso tocando instrumentos de cuerda y ha participado en varios conciertos. Una afición que contagió a su hija, la princesa Aiko. En 2013, padre e hija demostraron su destreza musical en un concierto junto a la orquesta de la escuela de Gakishuin, en Tokio. Nauhito conquistó al público con su habilidad tocando la viola mientras que la princesa Aiko, entonces de 12 años, se decantó por una interpretación con violonchelo.
Guillermo de Luxemburgo
En Europa hay otro miembro de la realeza virtuoso de los instrumentos, aunque en esta ocasión no hace diferencia entre la música clásica y la moderna, pues le atraen ambas. Se trata de Guillermo de Luxemburgo, quien toca la guitarra, el violín y el piano. Durante su adolescencia formó parte de un grupo de rock de su escuela. Además es un apasionado de los ritmos latinos, influencia seguro de su madre, la gran duquesa María Teresa, que nació en La Habana.
La reina Sofia
Si hay algo a lo que la reina emérita le dedica muchas horas, mucha energía y verdadera pasión, es a la ufología. Todo lo que tenga que ver con ovnis y fenómenos sobrenaturales entusiasma a la madre de Felipe VI, quien desde hace muchos años sigue de cerca todo lo que se escribe y publica al respecto. En 1975, cuando el escritor y periodista J. J. Benítez publicó su primer libro sobre este tipo fenómenos, ovnis: S.O.S a la Humanidad, recibió la llamada de doña Sofía que le invitó a palacio para que le explicara en persona todo lo que supiera sobre este tema. “Estuve en Zarzuela reunido con ella y el todavía príncipe Juan Carlos. No paraba de preguntar: ‘¿De dónde vienen?’, ‘¿qué forma tienen?’, ‘¿cómo son?”, contó Benítez en Vanity Fair en 2014. Una afición que casi se ha convertido en una obsesión, pues la reina Sofía llegó a mostrar tanto interés por descubrir la existencia de los ovnis que hace décadas logró tener acceso a los expedientes secretos con información ovni que obraban en los archivos reservados del Ejército del Aire.
Isabel II
La reina Isabel II es una amante de los perros, especialmente los de raza corgi, típicos de Gran Bretaña. Una afición que comenzó a los 18 años, en 1944, cuando recibió como regalo de cumpleaños a Susan, la primera de su estirpe; además, siempre vio a estos animales en su casa, puesto que su padre, Jorge VI, también era aficionado a ellos. Después tuvo hasta 30 perros, la mayoría descendientes de la misma, pero ahora solo quedaba una, Candy, después de que Vulcan muriera el pasado mes de diciembre. Aunque la reina, apasionada de los caballos y los perros, disfruta enormemente con estos animales, bien es cierto que también sufre con sus pérdidas, y se había conocido que no quería tener más mascotas con ella y que por tanto Candy sería la última. Sin embargo, el pasado marzo se unían a la familia británica otros dos cachorros más, Fergus y Muick (pronunciado mik): un dorgi el primero (cruce de corgi y dachshund) y un corgi puro el segundo, pero no son descendientes de los originales, sino que han sido comprados o adoptados.
Federico de Dinamarca
El hijo de la reina Margarita es un gran aficionado al deporte y la aventura. Siempre que puede practica algunas de sus disciplinas favoritas, entre las que se encuentra el atletismo. Federico de Dinamarca ha participado en varios Ironman y maratones, formó parte del cuerpo de élite de submarinistas de la marina danesa, hace vela y ha recorrido el norte de Groenlandia en una expedición con trineos tirados por perros. En 2018 celebró su 50º cumpleaños en la Royal Run, una serie de cinco carreras por varias ciudades del país a las que se apuntaron 70.000 daneses.
Charlène de Mónaco
Pero si alguna royal es deportista profesional por derecho propio esta es Charlène de Mónaco. Antes de instalarse en el principado tras su boda con el príncipe Alberto en 2011, la nadadora sudafricana representó a su país en los Juegos Olímpicos de 2000 en Sídney. Además, ha ganado un gran número de campeonatos nacionales e internacionales y todavía sigue en activo. El pasado septiembre participó en la tercera edición de The Crossing: Calvi-Mónaco Water Bike Challenge y quedó ganadora de la travesía en bicicleta acuática entre las islas de Córcega y las costas del Principado, un total de 180 kilómetros de distancia que realizó en 22 horas.
Guillermo de Holanda
Igual que Carlos de Inglaterra podría ganarse la vida con sus cuadros, Guillermo de Holanda tiene muy claro a qué se dedicaría si no fuera el rey de los Países Bajos: piloto. En más de una ocasión el marido de Máxima de Holanda ha manifestado que de no haber nacido príncipe le habría gustado ser piloto de aviación. De hecho, tiene el carné de líneas regulares, de aviones a reacción y de aviones de guerra. Intenta volar al menos dos veces al mes y lo hace siempre con la compañía KLM, la aerolínea holandesa.
Elena de Borbón y Magdalena de Suecia
Entre las mujeres de la realeza, la hípica es una afición muy recurrida ya que suelen practicar equitación desde pequeñas. Es el caso de la princesa Magdalena de Suecia, que aprendió a montar a los cuatro años y compitió en encuentro hípicos. Algo que también hizo en España la infanta Elena, hermana de Felipe VI, quien todavía siente pasión por estos animales y este deporte y siempre que puede lo sigue practicando. En 2017 se proclamó subcampeona de España de Salto amateur en el Club de Campo de Villa de Madrid.