Teatro, cine y deporte: Dani Rovira está de vuelta
Tras superar un linfoma, el intérprete retoma su actividad normal, anunciando nuevos proyectos personales y profesionales
Este 2020 está siendo un año agridulce para Dani Rovira. El pasado mes de marzo, en mitad de la pandemia, el intérprete anunciaba que había sido diagnosticado con un linfoma de Hodgkin, un cáncer que provocó que su vida normal se paralizase y que pusiera el foco en su tratamiento médico para una pronta recuperación. La medicina y la suerte han sonreído al malagueño, que a mediados de agosto anunciaba que ...
Este 2020 está siendo un año agridulce para Dani Rovira. El pasado mes de marzo, en mitad de la pandemia, el intérprete anunciaba que había sido diagnosticado con un linfoma de Hodgkin, un cáncer que provocó que su vida normal se paralizase y que pusiera el foco en su tratamiento médico para una pronta recuperación. La medicina y la suerte han sonreído al malagueño, que a mediados de agosto anunciaba que había superado la enfermedad.
Ahora, por fin, la normalidad vuelve a la vida del actor, de 39 años, que ha compartido con sus seguidores que retoma uno de los proyectos que más ilusión le hace. Se trata del rodaje de la película Mediterráneo, dirigida por Marcel Barrena (a cuyas órdenes ya trabajó en Cien metros) y donde comparte cartel con Anna Castillo, Eduard Fernández, Sergi López, Alexandra Jiménez y Àlex Monner, entre otros. “Hoy empiezo a currar en un proyecto que llevo años deseando”, escribía en redes hace un par de días, cuando volvía a su rutina.
En Mediterráneo, una coproducción hispano-griega, Rovira interpretará a un socorrista que queda impactado tras ver la foto del pequeño niño sirio Aylan Kurdi, que murió ahogado en una playa de Turquía en septiembre de 2015. Tras el golpe, decide marcharse a Lesbos junto a un amigo (interpretado por Eduard Fernández) para tratar de ayudar a los migrantes que tratan de atravesar el mar en pos de una vida mejor, y allí ambos se verán superados por las dificultades. La historia está basada en la historia real de Oscar Camps y Gerard Canals, que tras vivir una experiencia similar decidieron fundar la iniciativa Open Arms para ayudar a los refugiados que se lanzan a peligrosas travesías en el mar Mediterráneo para intentar alcanzar una vida mejor.
Este ansiado proyecto, que se estrenará en 2021, es la culminación de la normalidad para Rovira. Pero también ha anunciado que vuelve al teatro. El próximo marzo, entre los días 4 y 28, se subirá a las tablas del Teatro Gran Vía de Madrid para, como él lo llama, el “segundo asalto” de la obra de teatro Odio, un monólogo cuyas entradas ya están a la venta. “Juntando todas vuestras ganas, no suman ni la mitad de las mías”, escribía el intérprete en sus redes sociales.
Lo profesional marcha para Dani Rovira. Lo personal, también. Además de haber retomado su profesión, el actor también ha vuelto a realizar algunas de sus actividades favoritas. Por ejemplo, ha podido volver a correr. El protagonista de Ocho apellidos vascos —que mantiene una relación con quien fue su pareja en la película, la actriz Clara Lago— es licenciado en Ciencias de la Actividad Física y el Deporte, el antiguo INEF. Estudió en la Universidad de Granada entre 1999 y 2004, aunque nunca llegó a ejercer su carrera más que en alguna pequeña tarea como monitor. Es un apasionado del deporte, como él mismo ha contado: “He hecho ciclismo, kickboxing, he corrido, he sido portero de fútbol pequeño y grande”.
Por fin a primeros de agosto, poco antes de anunciar su recuperación total, se le veía empezar a dar los primeros pasos calzado con unas zapatillas de deporte. Ahora ha retomado, poco a poco, la actividad en las playas de Grecia, donde rueda Mediterráneo. Él, que ha corrido maratones, que es un aficionado a las carreras, tendrá que empezar paso a paso a recuperar fuerza y forma física. Lo importante es que, tras meses de tratamiento y lucha contra el cáncer, ya ha arrancado.