Jorge de Cambridge, el príncipe confinado, cumple siete años
El primogénito de Guillermo de Inglaterra y tercero en la línea de sucesión al trono británico celebra un aniversario atípico con el papel de su padre más consolidado que nunca
Jorge de Cambridge no tendrá una gran celebración por su séptimo cumpleaños. El hijo mayor de Guillermo de Inglaterra y Kate Middleton cumple este 22 de julio siete años y no se espera que sus padres hagan grandes festejos. No es algo específico del coronavirus, si bien es cierto que la pandemia ha hecho que la fiesta se reduzca aún más. Se trata en cualquiera caso de un comportamiento usual en los duques de Cam...
Jorge de Cambridge no tendrá una gran celebración por su séptimo cumpleaños. El hijo mayor de Guillermo de Inglaterra y Kate Middleton cumple este 22 de julio siete años y no se espera que sus padres hagan grandes festejos. No es algo específico del coronavirus, si bien es cierto que la pandemia ha hecho que la fiesta se reduzca aún más. Se trata en cualquiera caso de un comportamiento usual en los duques de Cambridge que son familiares, y no quieren para sus hijos celebraciones aristocráticas ni extravagantes. Solo desean para ellos, sobre todo para Jorge, una vida normal. Al menos, lo normal que pueda serlo para quien es el tercero en la línea de sucesión al trono británico, la monarquía más famosa y escrutada del mundo.
Con escasas rendijas para saber algo sobre su vida personal, los Cambridge celebrarán inicialmente el cumpleaños de Jorge en el mismo sitio en el que permanecen desde hace cuatro meses: su residencia de Norfolk, en la campiña inglesa. Allí se confinaron los duques con sus tres hijos cuando arrancó la pandemia del coronavirus. Y allí, rodeados del personal justo, han hecho videoconferencias y, en las últimas semanas, salidas muy controladas. También allí sus hijos han hecho sus deberes, han jugado en los terrenos de la propiedad y aplaudido cada tarde puntualmente a sus sanitarios. En esa casa le han cogido el gusto a la jardinería y han tenido que enfrentarse al temido “rincón de pensar”, como ha contado en alguna entrevista su madre, la duquesa de Cambridge.
Jorge celebrará su séptimo cumpleaños con ese mismo pequeño equipo, con sus padres y sus hermanos, que también han celebrado sus respectivas efemérides confinados: Carlota llegó a los cinco años en mayo y Luis en abril cumplió dos. Además, quizá reciban la posible visita de sus abuelos maternos, Carole y Michael. El paterno, Carlos de Inglaterra, se encuentra junto a su esposa, Camila, de visita en Cornualles. La tradición se mantendrá con las ya clásicas fotografías de Kate Middleton, retratista oficial de la familia, por el aniversario.
Aunque aún es pequeño para entender su papel, Jorge empieza a aprenderlo con fórmulas sencillas y divertidas como cuentos. Sin embargo, y si todo sigue su marcha, le quedan años antes de tener que afrontar el rol que se espera de él, puesto que por delante se encuentran su abuelo Carlos (que tiene 71 años y lleva 51 esperando el trono) y su padre Guillermo, de 38.
Ha sido especialmente el papel de Guillermo (y, con ello, el de su familia) el que se ha visto reforzado con la pandemia. La edad de su abuela Isabel (94 años) la ha mantenido en un segundo plano, algo que le ha ocurrido también a su padre, Carlos, que de hecho ha llegado a contagiarse con el coronavirus. La pandemia ha hecho que sea Guillermo quien tome las riendas de la familia, asuma los compromisos públicos y se comunique con hospitales, supermercados, voluntarios... de un modo fluido. Él y Kate Middleton fueron los últimos en confinarse y los primeros en salir de nuevo a cumplir con sus tareas.
Guillermo ha resultado reforzado por la situación porque, además, le ha alejado del mundo de la rumorología familiar que le perseguía en los últimos meses por la tensa situación que vive con su hermano, Enrique. La salida de este y de su esposa, Meghan Markle, del seno de la familia real británica, en la peor crisis que ha vivido Europa en las últimas décadas, no ha sido muy oportuna, y Guillermo ha asumido el cargo con agilidad. Una forma de actuar para la que lleva preparándose casi cuatro décadas y que ahora transmite a su primogénito con más hechos que palabras.