Todo lo que hay detrás de una taza de té
Con esta selección de libros especializados en té se aprenden curiosidades como su uso en las cocinas asiáticas como aromatizante o que en los herbolarios se vende como remedios para muchos dolores
“Antes de convertirse en una bebida, el té fue una medicina”, escribe Okakura Kakuzō en El libro del Té. Incluido dentro de la colección Los pequeños libros de la sabiduría, de José J. de Olañeta editor (aunque ahora existe una edición ilustrada por Isidro Ferrer en la editorial Libros del Zorro Rojo). El librito (tal cual, su tamaño cabe en la palma de la mano) es uno de los más bellos ensayos sobre el mundo de esta bebida, a medio camino entre un manual de filosofía y un despertar a la religión teísta. “El teísmo es un culto basado en la adoración de lo bello en medio de los hechos sórdidos de la existencia cotidiana. Inculca la pureza y la armonía, el misterio de la caridad mutua, el romanticismo del orden social”.
Sin duda, este delicioso libro es uno de los mejores homenajes que se han hecho no solo a la bebida, su cultura e historia, sino también a quienes la consumen. “El té es una obra de arte” y como tal, se podría decir, que no hay realmente una sola receta para hacer uno perfecto. “Los taoístas afirmaban que era un ingrediente importante del elixir de inmortalidad, y los budistas lo consumían en abundancia para mantenerse bien despiertos durante las largas horas de meditación”, apunta el autor, a lo que añade que “la filosofía del té expresa, con su belleza, elegancia y simplicidad, toda una concepción del hombre y la naturaleza”.
Belleza, elegancia y simplicidad. Tres ingredientes fundamentales para llevar a cabo la famosa ceremonia del té: “una de las disciplinas más refinadas, sofisticadas y distintivas de la cultura japonesa. Lo que comenzó como un simple pasatiempo (allá por los siglos XIII a XVI), se transformó en un pasatiempo popular, un espectáculo íntimo, un encuentro de entendidos en obras de arte y una senda religiosa durante la modernidad temprana (siglos XVII a XIX)”, narra el investigador Ariel Stilerman en su libro Los cien poemas del arte del té, editado por Clásicos Satori. “El té ha sido a lo largo de los siglos la fuente de inspiración de varios poetas y, también, una habilidad social imprescindible entre las clases distinguidas, hasta transformarse en un camino de reflexión, meditación y autoconocimiento y en un modo de preservar el legado cultural del Japón tradicional”, subraya el escritor.
El libro es uno de esos rara avis perfecto para quienes gustan de tener ejemplares únicos y bellos en su casa. Se trata de un recopilatorio de los poemas que se hallan inscritos en las puertas correderas de una de las salas del templo Konnichi-an en Kioto (Japón). La mayoría de dichos versos están atribuidos al gurú de la ceremonia del té, Sen no Rikyū. Leídos todos de seguido, podrían ser el mejor manual para aprender a elaborarlo y rendirle tributo:
“En el caso del té espeso / el agua debe estar muy caliente / y el té, / sin burbujas / ni grumos”
“En todos los casos, /cómo hacer el té / se aprende / preparando una y otra vez / una taza de té espeso”
“Al preparar una taza de té / abandona la debilidad, / hazlo con fuerza; / pero la vulgaridad / debes evitarla”
Se podría dar la vuelta al mundo persiguiendo una taza de té. Al menos, así lo aseguran Louise Cheadle y Nick Kilby, autores de El Libro del Té. Cultivo, preparación, consumo, historias, recetas y mucho más, editado por Blume. El ejemplar, en tapa dura, es realmente eso: un viaje por el mundo buscando la tradición y cultura de este producto. “Se bebe para confraternizar con las personas, para tranquilizarnos, para proporcionarnos energía, para calmar una crisis y para celebrar una reunión”, dicen los autores. En este libro encontrarás cosas curiosas como que las bolsitas de té fueron un invento neoyorquino allá por el año 1908; que la yerba mate, su bombilla y su manera de beberla es mucho más que un hábito, es una religión, una seña de identidad; que en Taiwán se bebe con burbujas; en el Tíbet lo ofrece batido con mantequilla de yak y que en Siberia se utilizaron bloques sólidos de té como moneda de cambio hasta el siglo XIX, por ejemplo.
En las cocinas asiáticas, el té se utiliza en infinidad de platos como aromatizante y en los herbolarios se venden las hojas como remedios para
dolores. Quizá para entender esto, saber para qué sirve cada uno, habría que leer el librito Bebidas tonificantes y tés. Remedios tradicionales y modernos para sentirse fenomenal (Blume) de Rachel de Thample. En él descubrirás que el té de jazmín es perfecto para relajar los vasos sanguíneos alrededor de los ojos y la musculatura; que el Pu-erh es la mejor opción para aliviar el sistema digestivo o que el té de hojas de olivo es antioxidante y antiinflamatorio.
No podríamos cerrar una selección de libros sobre la cultura del té sin mencionar la bebida de moda en el siglo XXI: la kombucha (de ‘Kombu’, alga, y ‘cha’, té). Saber sobre su historia, curiosidades y maneras de prepararla, requiere hacerse con el libro Revolución kombucha. Todo lo que necesitas saber para elaborarla en casa, de Sébastien Bureau y David Côté (Amat editorial). En gran formato y tapa blanda y, a día de hoy, el libro más completo sobre esta bebida fermentada.
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