El Ibex busca crecer en mercados emergentes

Los grandes sectores exploran economías en desarrollo, como la India, mientras afianzan su negocio en la estabilidad de Estados Unidos y la UE

Imagen nocturna del puerto de Singapur.David McLain (Getty Images)

La incertidumbre económica zarandea el comercio internacional. Primero, la pandemia puso en evidencia la fragilidad de las cadenas globales de suministro. Después llegaron la invasión rusa de Ucrania y la escalada de medidas proteccionistas de Estados Unidos y China. En este contexto, las multinacionales mantienen un papel clave en la economía global, pero se ven obligadas a adaptarse a un escenario imprevisible. Los expertos consultados coinciden en que la nueva estrategia de las grandes empresas españolas pasa por la búsqueda de mercados emergentes en el sudeste asiático y Oceanía mientras consolidan la expansión que iniciaron hace más de tres décadas, especialmente en América.

La necesidad de dibujar nuevas rutas internacionales reside en lo que Antonio Bonet, presidente del Club de Exportadores, considera un cambio de paradigma: “La economía mundial se ha basado en abaratar los procesos de producción a partir de la globalización. Ya no es suficiente”. Tras esa fase global que menciona Bonet, las compañías deben virar hacia la diversificación, según José Antonio Lanau, economista y profesor de EAE Business School. “Con la pandemia y los conflictos hemos aprendido que no podemos depender de un solo proveedor y menos si está lejos”, aclara el docente.

Así, las empresas españolas se entregan a la internacionalización. Pero, para Alberto Alonso, profesor de Estrategia y director del Programme in Management Development de Esade, ya no basta con potenciar las exportaciones: “La única manera de salvar la presencia internacional es con inversiones directas”. Las medidas arancelarias y las subvenciones estatales, con la Ley de Reducción de la Inflación (IRA) estadounidense de 2022 como máximo exponente, lanzan ese mensaje, según Alonso: “Si quieres vender productos aquí, tienes que invertir”.

Una meca despunta

Una de las claves para seleccionar un nuevo destino de inversión es su proyección de crecimiento económico, según Bonet. Y en eso despunta la India, que aspira a convertirse en 2030 en la tercera potencia mundial, según el Fondo Monetario Internacional. El gigante asiático se ha consolidado como el país más poblado del mundo —con 1.441 millones de habitantes— y mantiene un crecimiento de su PIB del 7% previsto para 2024, según el Banco Mundial.

Y no son sus únicas ventajas. “La India tiene una cultura y un marco legal fruto de la herencia anglosajona que conocemos. Nos resulta más fácil firmar un contrato con proveedores indios que chinos”, afirma Alonso. Ganan presencia las inversiones del sector textil, en las que Inditex lleva ventaja. Aunque la matriz de Zara mantiene a China como principal proveedor, es en la India donde más ha aumentado su crecimiento, con un 17% más de proveedores en un año, según la memoria anual de la compañía de 2023. Tras un rosario de aperturas de tiendas en los últimos años, Inditex planea introducir Bershka en el país en 2025.

Mientras, cobran protagonismo otros territorios del sudeste asiático. “Países como Indonesia o Filipinas, desconocidos hasta la fecha, empiezan a reunir mayor presencia española”, afirma Bonet. La región atrae el interés por el potencial crecimiento en sectores como el turismo y la tecnología. Meliá inauguró en 2023 un resort de lujo en Vietnam y prevé la apertura del segundo para 2027.

Pero hay una región que lleva años en el radar de las empresas españolas, en concreto, de las grandes constructoras: Oceanía. Lo atestigua la presencia de ACS, Ferrovial o Acciona, y lo demuestran los datos del último informe de actividad internacional del sector elaborado por la revista Engineering News Record: la facturación de estos grupos españoles en Oceanía representa a final del ejercicio 2023 el 38,1% del total en el mundo, frente al 12,4% que registraban en 2019.

Hay otros territorios poco explorados en los que se empiezan a dar algunos pasos. Es el caso de África, donde Acciona, junto con otros socios, prevé construir para 2027 la mayor desaladora del continente en Marruecos. Inditex también ha aumentado su actividad en el reino alauí con el fin de acercar su producción al consumidor español, estrategia conocida como nearshoring.

Tradicionales y seguros

El Ibex también se esfuerza en apuntalar su presencia en mercados tradicionales, de los que no escapa EE UU. “A pesar del aumento del proteccionismo, sigue siendo un país seguro e interesante”, apunta Alonso. El sector energético aprovecha el amplio margen de mejora del país en tecnologías renovables. Iberdrola, por ejemplo, mantiene a EE UU como principal foco con un 35% de las inversiones (14.350 millones de euros) hasta 2026, seguido de Reino Unido (24%, con 9.840 millones), y avanza hacia la fusión con su filial estadounidense Avangrid.

La Unión Europea se mantiene como una opción viable y el mercado latinoamericano conserva peso en la bolsa de negocio en España, especialmente para sectores como la banca o las telecomunicaciones. Pero en este campo el Ibex se mantiene vigilante ante la devaluación de divisas emergentes como el peso mexicano o el real brasileño.

Retos en los nuevos destinos

Trazar un plan de expansión a mercados novedosos es una oportunidad no exenta de desafíos. Para Alberto Alonso, profesor de Estrategia y director del Programme in Management Development de Esade, hay factores a considerar: la adaptación a los marcos legales, el aprendizaje del idioma local o el impulso de la capacidad tecnológica. “Tenemos el reto en España de invertir mucho más en I+D+i, tanto desde el lado público como privado, para llegar a ser realmente competitivos”, afirma Alonso.
José Antonio Lanau, economista y profesor de EAE Business School, destaca que la mejor estrategia para invertir por primera vez en un país es la construcción de redes de joint venture. “Requiere más inversión, pero que una empresa compre o se asocie a otra le permite aprovechar un camino andado y penetrar con menos riesgo”. Es la relevancia de la inteligencia cultural. “Entender y ganarse el mercado local”, concluye Lanau.

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