MYRIAM LÓPEZ DÍAZ
Nacionalidad: Española
Edad: 31 años
ANA ALFAGEME
Myriam López Díaz, de 31 años, trabajaba como administrativa en Alcatel, pero había estudiado Magisterio y Psicopedagogía. Le gustaban los niños. Y ya tenía una en casa: su hija Paula, de 22 meses.
El día de su boda, Myriam hizo que leyeran la letra de Amor sin límite, una canción de José Luis Perales. Dice su hermana Ana que era sentimental y generosa. Lloraba con los libros, en el cine, hasta con esas películas de la televisión basadas en hechos reales. Y cuando se planeaban los regalos, a Myriam cualquier regalo le parecía poco.
Muchos fines de semana, Myriam y su marido, Ángel, cambiaban la ciudad, San Fernando de Henares, por el campo. Iban a Muñogrande, en Ávila, un pueblecito de apenas 20 vecinos donde viven los padres de ella. Ana viajaba desde Valladolid. "De pequeñas", dice Ana, "nos levantábamos y nos íbamos a la habitación de mis padres, a meternos en la cama con ellos. Y ya mayores, y con hijos, lo seguíamos haciendo. Era como volver a la infancia". Hacían barbacoas, iban al mercadillo, sacaban a pasear a sus hijos. A Paula y David, el niño de Ana.
Los niños y los libros. Sólo Paula había conseguido que Myriam no leyera tanto como de costumbre.
Y luego estaba el veraneo. Cada año a un lugar distinto. Pero siempre juntos, los padres, las dos hermanas, los maridos. El último verano, a Castellón: hubo baños de sol, chapuzones y compras. A Myriam le encantaba salir de tiendas. Conseguía agotar a la madre, Rosario, y a la hermana.
Ahora a todos les falta ella. Al día siguiente del entierro, a Pedro, el padre, se le reventó un quiste en el hígado. Fue operado a vida o muerte. Lo superó. La madre lee a duras penas un libro que le recomendó su hija. Y la semana pasada, Ana cumplió 30 años. No permitió que nadie la llamara. Porque Myriam era siempre la primera en felicitarla.