NEIL TORRES MENDOZA
Nacionalidad: Ecuador
Edad: 35 años
ANA ALFAGEME
Cenó demasiado la noche del miércoles: pollo seco en gallina y helado de fresa. En cantidades desmesuradas. Platillos de su país de origen, Ecuador, para celebrar, de lejos, el cumpleaños de su madre, que vive en la ciudad de La Floresta. "Párese, que le va a sentar mal", le riñó su sobrino Carlos Tantos. Neil Torres Mendoza, español nacionalizado, albañil de 35 años, tenía más razones para celebrar: un puesto de oficial en la construcción, un piso recién comprado en Madrid y Neidi, su hija de un año y medio. De postre de la populosa fiesta (eran veinte, todos familia), el Real Madrid-Bayern. Por eso Neil se había puesto su jersey merengue. "Y disfrutó, parecía que sabía que era una despedida", relataba ayer Carlos. "Lo que no sé", se emocionaba, "es cómo se va a pagar ese piso". Ocho años en España para poder comprarse tres habitaciones, un baño y una cocina en Vallecas.
Pero el miércoles 10 de marzo, por la noche, aún faltaban muchas horas para que él y su mujer, Lourdes Pinargote, también de origen ecuatoriano, tomaran el tren camino al tajo. Desde Vallecas a El Pozo. Y desde allí, a Alcobendas. Él, a subirse al andamio. Ella, a limpiar. Pero antes, hubo cerveza y goles.
El 11-M ninguno de los dos llegó al trabajo. La esposa, Lourdes Pinagote, de 34 años, acabó en el hospital Gregorio Marañón, con heridas graves. "Ya sabemos que está fuera de peligro. Ha reaccionado con frialdad. Yo creo que no se ha dado cuenta". A él, contaba Carlos en el gran tanatorio de Ifema, le identificó su propio jefe en la estación de El Pozo. Mientras, la familia se repartía para seguir el rastro de la muerte. Como su cuñada María, que recorrió los hospitales y el Anatómico Forense. Los ojos rojos. Aferrada al bolso. Sin saber si Neil podría volver a ver a Neidi.