EMILIAN POPESCU
Nacionalidad: Rumana
Edad: 44 años
LILA PÉREZ GIL
Este encargado de obra de 44 años llegó de Buzau (Rumania) hace ocho años. Cientos de madrileños viven en casas reformadas y pintadas por los grupos de obreros que trabajaban con él y que fue trayendo desde su país amparado en la confianza que generaba su seriedad y eficacia, según compañeros y jefes. Además, miles de vecinos de Madrid toman cada día café y té en una conocida red de locales especializados. "Casi todos los hemos reformado nosotros", recuerda Antonio, un albañil español compañero suyo en muchas de estas obras. Emil era un hombre delgado, enjuto y tranquilo. "Hablaba muy despacio, nunca una mala palabra, ni una voz más alta que otra". Hace seis años llegaron a Coslada su esposa, Corina, de 38 años, y sus dos hijos, Alin Emil, de 20 años, y David Lucian, de 17. La intención era, y es, quedarse. El matrimonio, pareja desde hace 22 años, iba a comprar ya una casa. "Tendremos que esperar", dice Corina. Emil se dedicaba, sobre todo, a trabajar. "Toda la semana, menos el sábado". Ese día, los fieles de la Iglesia Adventista de los Últimos Días lo dedican a la oración y al descanso. "Se echará de menos su voz en el coro", dice un amigo rumano.
A Emil le gustaba pasear por el parque Juan Carlos I y los viajes en coche por "toda España, sobre todo a las montañas, los Pirineos", recuerda Corina. Para ella, el futuro suena ahora a melodía de violín. Alin Emil y David Lucian van a cumplir el deseo de su padre. Ambos estudian quinto curso en el conservatorio de Arturo Soria, tocan en su iglesia en Coslada y han dado varios conciertos en solitario. "Son muy buenos", admiten todos. Su madre dice orgullosa: "Van a trabajar tocando el violín, como músicos, como quería mi esposo".