ÓSCAR GÓMEZ GUDIÑA
Nacionalidad: Española
Edad: 24 años
RODRIGO SOSA
"Si un día me muero, no quiero que nadie esté triste, y quiero que me pongan encima la camiseta del Real Madrid", les dijo a sus amigos. Óscar Gómez Gudiña era un madrileño de 24 años al que la muerte le encontró en un andén de El Pozo, y sus amigos cumplieron sus dos deseos. "Era tan alegre que nosotros no podemos estar tristes", dice su familia. "Era el más chulo, era un chulo elegante, y así le gustaría que lo recordemos", afirma una prima. Óscar se supo rodear de muchas amistades, entre las que, con su buen humor y su estilo divertido, se convertía en el centro. "Era el motor que movía a los amigos. Los llevaba de viaje con una tienda de campaña". Porque una de sus pasiones era viajar, y raro era el fin de semana que no salía de Madrid.
Óscar trabajaba en una empresa de venta de cafés, y hasta los jefes de Asturias viajaron a Madrid para acudir a su entierro. "Vino tanta gente al cementerio que casi no entrábamos", dice su familia. "Sus amigos han llenado nuestra casa durante todo el fin de semana". Siempre ayudaba a los demás y lograba transformar la tristeza en alegría. "Era muy confidente y tenía tiempo para todos".
Óscar era un apasionado de los deportes, especialmente de los rallies y las motos. Amaba la velocidad. "Su capricho era el coche y las carreras de motos. Iba a ir a Jerez en mayo para el Campeonato del Mundo de motociclismo. Cuando estaba en un rally, ponía el móvil para que su hermano menor escuchara el ruido de los coches". También pensó en su hermano, novel portero, cuando capturó las zapatillas que arrojó Iker Casillas en la fuente de Cibeles durante la última celebración de una Liga de Campeones. El Real Madrid estaba en su corazón. Su hermano David acudió el miércoles pasado a la final de la Copa del Rey con la entrada de Óscar y una pancarta en su honor.