TINKA DIMITROVA PAUNOVA
Nacionalidad: Búlgara
Edad: 31 años
VIOLETA URANGA
Tinka nació hace 31 años en Banya (Bulgaria), ciudad en la que se quedaron su marido y su hija. Trabajaba de niñera y vivía en España desde hacía casi tres años con su hermano Vasil y la esposa de éste, Stefka.
La idea era que su marido y su hija pudieran venir también a España, junto a Tinka, porque les extrañaba mucho, sobre todo a la pequeña. Los había visto por última vez en agosto último, cuando vinieron a pasar sus vacaciones. Ella no había podido volver a su país desde que llegó a España en busca de un futuro mejor. Para lograrlo, trabajaba atendiendo al niño de una familia que la quería "como una hermana". Y lo hizo durante dos años, sin faltar un día, como muestra de su sentido de la responsabilidad.
"Era una persona muy cariñosa que se preocupaba por el pequeño cuando tenía fiebre, y que no podía evitar sentirse muy triste cuando lo dejaba en la guardería llorando", afirma la mujer que la empleó y que prefiere mantener el anonimato. Todas las mañanas, antes de las ocho, se subía al tren en Alcalá de Henares hasta la estación de Vicálvaro, donde tomaba el metro. Una rutina que fatalmente cambió hace un mes y medio, cuando se encontró con su amiga Zonya y decidieron viajar juntas todos los días en un cercanías hasta Atocha.
"Era una persona joven, que disfrutaba saliendo con nosotros o con algunos amigos los fines de semana, como cualquiera", relata Stefka, que acompañó el cuerpo de Tinka hasta Bulgaria para que descansase finalmente en su tierra, cerca de su familia, algo que siempre deseó. "No sé si estaba bien en España. Es una vida muy difícil la de estar sin papeles y tan lejos de su marido y de su hija", exterioriza compungido Vasil.