JUAN CARLOS DEL AMO AGUADO
Nacionalidad: Española
Edad: 28
ANA GABRIELA ROJAS
Juan Carlos del Amo Aguado, de 28 años, doctor en Química e investigador de la Complutense, era el orgullo de su familia. "Yo le admiraba por lo que logró, era una eminencia", dice su tío Antonio. Desde niño quería saber más. A su abuelo, a quien llamaba Isio, le volvía loco con sus preguntas. Isio lo recogía en la guardería y lo cuidaba mientras sus padres trabajaban: ella, como empleada del hogar, y él, como cerrajero.
La muerte de Isio le afectó mucho. Se volvió un poco hermético. Cuchi, como le decían en su casa, nunca faltaba a la hora de la cena. Disfrutaba comiendo cordero en Pedraza en los cumpleaños familiares. Le chiflaba la cerveza alemana. Guardaba latas y botellines en un estante de su habitación. También coleccionaba, ordenadamente, piedras, scalextrics, revistas de ciencia, discos y libros, de historia, filosofía y ciencia. Carmen, su madre, ha dicho a los amigos de su hijo que vayan a casa y se lleven lo que quieran para recordarlo. Menos una figurilla que le hicieron sus compañeros del laboratorio cuando obtuvo el doctorado, hace un año: un muñeco con bata blanca, que lleva escrito en la solapa Bufa, como ellos le llamaban. El apodo viene de su gesto, siempre bufando, siempre echando una mano a unos y otros.
Inés, su hermana de 20 años, era su "niña" y podría haber ido con él en tren ese día, pero la Universidad Autónoma, donde ella estudia, estaba en huelga. Cuchi le ayudaba en todo. En casa, hasta las mascotas de Juan Carlos sienten su ausencia, dice la madre. Sus pájaros no han vuelto a cantar desde el 11-M, y Rupert, su tortuga, fue a acurrucarse en sus zapatillas.
Carmen siente que le han cortado la vida. Y está llena "de odio y de venganza". "Por la mala gestión del Gobierno", asegura. Le gustaría verse cara a cara con uno de los terroristas y preguntarle: "¿Por qué?".