Cientos de universitarios abandonan Madrid por el coronavirus
El colegio mayor Loyola cierra sus puertas, mientras el resto permanecen abiertos tras la resolución de los rectores de no decretar su clausura
Los estudiantes del colegio mayor universitario Loyola estaban el lunes en un partido contra otro colegio, el Moncloa, cuando se enteraron de que no iban a tener clase durante dos semanas. Ni ellos ni los más de 300.000 alumnos que cursan sus estudios en alguna de las seis universidades publicas y ocho privadas de Madrid. Se calcula que uno de cada cuatro de estos alumnos no es de Madrid. La noticia se recibió con alegría. “Nos pusimos súper felices, pensábamos que nos íbamos a quedar aquí [en el colegio mayor], pero sin clases”, comentan este martes varios estudiantes. La realidad llegó pocas...
Los estudiantes del colegio mayor universitario Loyola estaban el lunes en un partido contra otro colegio, el Moncloa, cuando se enteraron de que no iban a tener clase durante dos semanas. Ni ellos ni los más de 300.000 alumnos que cursan sus estudios en alguna de las seis universidades publicas y ocho privadas de Madrid. Se calcula que uno de cada cuatro de estos alumnos no es de Madrid. La noticia se recibió con alegría. “Nos pusimos súper felices, pensábamos que nos íbamos a quedar aquí [en el colegio mayor], pero sin clases”, comentan este martes varios estudiantes. La realidad llegó pocas horas después. A las diez de la noche, el director, José Manuel Burgueño, los reunió y les informó de que el Loyola, donde residen algo más de 200 jóvenes, cerraba desde mañana jueves.
“Con lo que hubiese molado quedarnos aquí encerrados”, lamentan. En la zona universitaria de Madrid, el Loyola es el único colegio que ha decidido echar el cierre tras el anuncio de la Comunidad de Madrid―donde los fallecidos ascienden a 31 y los contagiados, a 1.024― de cesar las actividades educativas en la comunidad autónoma.
Después de saber que se quedaban sin lugar para vivir, sin “casa”, los colegiales del Loyola se pusieron a comprar billetes a sus respectivas ciudades por miedo a que se detuviera la actividad de los transportes o se dispararan los precios. Solo lo compraron de ida: la información que han recibido es que el cierre se prolongará durante “mínimo dos semanas”, pero no han detallado la fecha de vuelta. Acostumbrados a vivir con amigos y sin padres, la vuelta a sus provincias la reciben como un trastorno. “Esto es fatal, mal, horrible. ¿Qué hago yo dos semanas en Pontevedra?”, se queja Miriam Pérez, estudiante de Relaciones Internacionales en la Complutense. Para combatir el tedio, Marta, Miriam y el resto de sus amigos ya están organizando un encuentro en Galicia para poder verse estas dos semanas.
Pero el aburrimiento no es lo que más les preocupa sobre su marcha repentina, sino llevar el virus a sus casas, sobre todo a los que viven con personas mayores. “Quieren desalojar Ciudad Universitaria en dos días. Es como decir a una parte importante de Madrid que se vaya por España a ver a sus abuelos”, continúa Marta Mazaira, estudiante de Derecho y Ade en la Carlos III. En Madrid, se han detectado casos de coronavirus en la Universidad Politécnica, Complutense, Comillas, Autónoma y Francisco de Vitoria.
También les inquieta que los profesores pongan los exámenes cancelados demasiado juntos cuando la universidad vuelva a la normalidad. De momento, ya saben que el curso se les alargará. Los rectores de las seis universidades públicas de Madrid acordaron el martes por la tarde que las clases durarán dos semanas más, se retrasarán los exámenes y que el plazo de matrícula se alargará 15 días.
El director del Loyola, atareado el martes por la mañana tras decidir el cierre, alega que los jóvenes viven en el colegio mayor para estudiar, por lo que si no tienen clase, no tiene sentido mantenerlo abierto. “No hay alternativa, lo hemos visto claro”, explica Burgueño. No aprecia un mayor peligro de contagio por obligar a personas que residen en Madrid a irse a otras provincias españolas. “Aquí no ha habido casos, así que...”, zanja el director.
El resto de colegios mayores permanecía a la espera de las recomendaciones de los rectores. A última hora de la tarde del martes, la Complutense ―a la que están asociados la mayoría―, anunció que, en coordinación con la Consejería de Sanidad y la Consejería de Universidades, había decidido que no decretaba el cierre de los colegios. Cada uno tomará las medidas que considere. En algunos, como en el Isabel de España o en el Nuestra Señora de África, ya se ha prohibido el paso a personas que no sean colegiales o trabajadores. Sin embargo, en todos, a pesar de tener la opción de quedarse, los estudiantes se van marchando a casa por petición de sus familias. En los alrededores de la parada de metro de Vicente Aleixandre, donde se encuentran varios colegios, el ruido de ruedas de maleta es continuo.
En el CMU Chaminade, con 286 colegiales, el conserje va apuntando en un folio los nombres de los que se van. La lista se iba alargando a lo largo del día. La gran mayoría se acabará yendo los próximos días. De las paredes, se han retirado todos los carteles de las actividades programadas para esta semana y han quedado suspendidas. “Mi madre ayer me dijo que me fuera a casa por si cierran Madrid o por si me pasa algo y no puede entrar. Me molesta que no nos expliquen si es mejor quedarnos en el colegio mayor o irnos a nuestras casas”, explica Leo Cervantes, colegial del Chaminade y estudiante de Filosofía y Políticas. “Si cierran la universidad, ¿qué pretenden que hagamos?”, se pregunta.
Juan Muñoz, director del chami (como se conoce popularmente al Chaminade), asegura que no han dado a los colegiales ningún tipo de pauta sobre si marcharse o no, o sobre lugares que evitar estos días por aglomeraciones de gente. “Eso lo tienen que recomendar las autoridades sanitarias”, asegura. En el colegio mayor femenino Mara, sin embargo, la directora Begoña Pérez sí ha dado algunas directrices a sus 200 estudiantes. “No vale ir a Fallas y volver y, si no han ido a un concierto en todo el año, que no vayan ahora. Ellas pueden quedarse en el colegio, pero las familias prefieren tenerlas en casa”, señala Pérez. En la entrada del colegio, cada pocos minutos, una joven sale con una gran maleta.
“¿Te puedes quedar, eh?”, dice Pérez a una de ellas. También se han limitado las salidas nocturnas, se ha prohibido la entrada a personas no residentes o que no trabajen allí y las estudiantes no pueden volver al colegio si duermen en otro sitio. Pérez, que ha pedido a las chicas del Mara que únicamente se crean la información que les llega por el consejo colegial, desde el lunes solo estrecha la mano, ya no da dos besos a nadie. En realidad, Sanidad aconseja no darse la mano y mantener un mínimo de un metro de distancia personal.
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- En caso de tener síntomas, la Comunidad de Madrid recomienda evitar acudir al centro de salud, salvo casos de extrema necesidad, y utilizar el teléfono 900 102 112.
FE DE ERRORES
En una primera versión del artículo, se indicaba que la mayoría de colegios mayores de Madrid no cerraban por recomendación de la Consejería, cuando en realidad permanecen abiertos en consonancia con la resolución de los rectores de universidades de Madrid por la que no se decreta el cierre de los colegios mayores
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