El menú de mediodía, en peligro de extinción en el centro de Barcelona: bajar de 16 euros es casi imposible
Los desayunos o la carta dan más rentabilidad a un restaurante que los almuerzos diarios a precio fijo
El menú de mediodía está en peligro de extinción en Barcelona. Al menos como una opción asequible para comer a mitad de la jornada laboral. Es difícil encontrar en el centro fórmulas que bajen de los 16 euros y cada vez la oferta es menor. En los barrios de la periferia se pueden encontrar opciones más ajustadas. En contra del menú de mediodía, que ha funcionado tantos años, hay varios elementos. Para los clientes, el estancamiento de los sueldos hace que opten más veces por llevar una fiambrera al trabajo o vayan a buscar comida preparada en los supermercados. Para los restaurantes, el coste de las materias primas, los suministros y los alquileres obligan a subir el precio del menú, que está de media en 15,1 euros en la ciudad, según el último informe elaborado por Edenred y Hostelería de España con datos de 2024, que lo sitúa en 14 euros de media a nivel español.
En el centro, encontrar un menú por menos de 16 euros es una odisea. La mayoría parten de este precio y van escalando en función de la categoría del restaurante. De modo que ya no se consideran establecimientos donde puede ir el trabajador medio entre semana. En el Bar Bosc, que abrió recientemente en la calle Roger de Llúria, el menú entre semana está en 16,9 euros, un precio parecido al del restaurante Cugat, que lo tiene a 16 euros. Saliendo del Eixample, está la Granja Mabel, que lo tiene a 16 euros o Lanto, a 19,50 euros, por poner algunos ejemplos.
En la Dreta de l’Eixample uno de los menús más competitivos de comida catalana lo tiene el restaurante Marinada, a 15 euros con café incluido. El propietario, Jordi Sol, que lo lleva junto a su mujer desde 2013, cuenta que el truco está en tener mucha rotación (sirven unos 80 menús diarios) y que dos de los empleados (él y su mujer) son de la casa y le echan muchas horas, hasta 12 diarias. Recuerda que en los inicios el precio del menú rozaba los 10 euros, pero en estos años les ha subido un 50% el alquiler, además del encarecimiento de los alimentos y los suministros.
Sol asegura que el margen de beneficio del menú es muy ajustado, pero en este establecimiento, que solo abre de lunes a viernes y atiende sobre todo a vecinos y profesionales de la zona, también sirven muchos desayunos. Es un apartado con más margen, en especial con el café. Asimismo lo cuenta Lauri, encargado del restaurante Agarimo, en el Fort Pienc, que es un veterano del barrio con el menú a 14 euros. “Hay más margen en los desayunos que en los menús, un bocadillo y un café tienen más rentabilidad”, afirma este camarero que sigue en el mismo lugar pero con jefes nuevos, puesto que los que llevaban este gallego lo han traspasado por jubilación. Asegura que la carta y el tipo de clientes, de oficinas y del barrio, no ha cambiado.
Sobre la rentabilidad de comidas, Jordi Sol añade un dato: “El brunch – que se está extendiendo como el aceite por el centro- sí que es rentable”. “Yo necesito un cocinero que guise el fricandó y elabore las lentejas y eso lleva tiempo”, lamenta. En cambio, los locales de brunch solo requieren de alguien que monte los platos, lo más elaborado es un huevo frito o a la plancha. Y los precios de los platos combinados están entre 10 y 14 euros en muchos de estos locales de moda, sobre todo frecuentados por extranjeros que viven aquí o están de visita.
Para encontrar un menú más económico hay que irse a los barrios. Por ejemplo, en el Bar Aparici, en la plaza del mercado de Sant Andreu, el menú cuesta 12,75 euros y siempre incluye al menos cinco primeros y cinco segundos, todo de comida casera elaborada en su cocina con alimentos del mercado mismo. Roberto Aparici, cuarta generación de este bar casi centenario (lo cumple en 2026), cuenta que los números le salen porque compra a diario y el local es propiedad de la familia. Es un lugar con una clientela muy fiel, de trabajadores y vecinos del barrio. También reconoce que hay poco margen en el menú pero que las otras ventas, entre ellos los desayunos, compensan las cuentas.
Lo cierto es que el menú alrededor de los 12-14 euros ha pasado a la historia. Con el encarecimiento de todos los gastos, a los restaurantes les resulta imposible ofrecer ese precio. A los trabajadores, con los sueldos estancados desde hace al menos una década, les parece un lujo poder comer de menú. Así que optan por otras fórmulas: desde la fiambrera con comida casera hasta platos preparados que encuentran en supermercados cercanos al trabajo o en cafeterías franquiciadas, un tipo de establecimiento que ha crecido mucho. Además, el teletrabajo también ha facilitado que algunos días a la semana los empleados puedan comer en casa.
Según el informe de Edenred y Hostelería de España, la ciudad de España con el menú más caro es Bilbao, con 15,5 euros de media, seguido por Barcelona, con 15,1 euros y Madrid, con 14, 8 euros. En 2024, el precio del menú de mediodía subió un 6,1% en general, y desde 2016, el aumento ha sido de un 19,5%. Paco Cruz, conocido en el sector como The Food Manager, que asesora a restaurantes, tiene claro que la formula del menú no es sostenible. “Está totalmente en peligro y, afortunadamente, porque no es un modelo sostenible para el hostelero”, argumenta. Según su experiencia, solo son rentables los restaurantes que se dedican solo al menú de mediodía y “son unos máquinas en tenerlo todo muy bien controlado y tienen un buen volumen de clientes”. Pero para el resto, un 95%, que ofrecen el menú porque no llenan a mediodía, esta opción solo genera pérdidas.