Los ingenieros proponen conectar todas las cuencas de Cataluña, desde el Ebro hasta el Empordà, para combatir las futuras sequías
El Observatori Intercol·legial de l’Aigua envía al Govern una propuesta de transición hídrica con una inversión de 22.000 millones hasta 2050 que incluye la construcción de cuatro desaladoras más
Las reservas de agua embalsada de las cuencas internas de Cataluña han incrementado gracias a las últimas lluvias del otoño (está en el 34,3%, el doble que en las mismas fechas del año pasado), pero la irregularidad en las precipitaciones augura un futuro incierto para la estabilidad hídrica del territorio. El Observatori Intercol·legial de l’Aigua ha presentado este miércoles un plan de 80 páginas en el que propone al Govern la...
Las reservas de agua embalsada de las cuencas internas de Cataluña han incrementado gracias a las últimas lluvias del otoño (está en el 34,3%, el doble que en las mismas fechas del año pasado), pero la irregularidad en las precipitaciones augura un futuro incierto para la estabilidad hídrica del territorio. El Observatori Intercol·legial de l’Aigua ha presentado este miércoles un plan de 80 páginas en el que propone al Govern la interconexión de todas las cuencas catalanas, incluido el polémico trasvase del Ebro. Ingenieros de puentes y caminos, industriales, agrónomos y economistas sugieren una inversión de 22.000 millones de euros hasta 2050 que incluye, entre otros, la puesta en marcha de seis desaladoras, cuatro más de las que ya operan. “Queremos que estas propuestas formen parte de un acuerdo de país que se materialice en una ley de transición hídrica”, ha subrayado Carles Conill, presidente de la Comisión del Agua y coordinador del documento.
Los redactores del texto consideran que la sequía es un problema estructural por el estrés hídrico que genera el desequilibrio entre la oferta y la demanda. Las proyecciones demográficas prevén un incremento poblacional hasta llegar a los 10 millones de habitantes en la comunidad, por lo que la demanda de agua será mucho mayor en las próximas décadas. El aumento de las temperaturas reducirá la oferta un 20%, según las predicciones del observatorio.
El equipo de ingenieros ha insistido en la conexión mediante una gran tubería del sistema Ter-Llobregat (que abastece a los seis millos de habitantes que viven en Barcelona y su área metropolitana) y el de la Costa Brava-Girona, una zona con una pertinaz sequía, cuyo embalse principal, el de Darnius-Boadella, se encuentra en emergencia, al 17,7%. Del mismo modo, aconsejan unir también la red Ter-Llobregat con el Consorcio de Agua de Tarragona mediante el controvertido trasvase del Ebro. Un proyecto que se paralizó en 2008 después que un frente de lluvias terminara con aquella gran sequía. El observatorio ha bautizado el proyecto como el “corredor litoral del agua”, que serviría para llevar el agua desalada y regenerada a cualquier punto del territorio con escasez hídrica. La inversión prevista para ejecutar estas conexiones es de al menos 600 millones de euros. La gestión de estas dos cuencas catalanas, las internas y la del Ebro, ha sido caldo de reyerta política a lo largo de los últimos años.
En periodos de emergencia por sequía en Cataluña como el de 2023, ingenieros y economistas catalanes ya apoyaron conectar el Ebro con Barcelona para abastecer la ciudad, pero el Ejecutivo de Pere Aragonès descartó la iniciativa. Las cuencas internas las gestiona la Agencia Catalana del Agua (ACA), mientras que la del Ebro es competencia de la Confederación Hidrográfica del Ebro (CHE), que depende del Gobierno central. En este sentido el documento propone unificar la gestión de ambas en el eje territorial y en los diferentes usos (agrícola, doméstico, industrial y medio ambiental).
La opción de unir las dos cuencas ya se puso sobre la mesa de la anterior legislatura de Pere Aragonès cuando asomaba la predicción de la emergencia por sequía y el consumo doméstico peligraba en Barcelona. La respuesta del anterior consejero de Acción Climática, David Mascort, fue frenar en seco la propuesta. Ahora, este mismo plan ha sido presentado a la actual consejera de Territorio, Vivienda y Transición Ecológica, Sílvia Paneque que, a diferencia del anterior Ejecutivo, no ha cerrado del todo la puerta a abrir de nuevo el debate sobre una hipotética interconexión, aunque no lo contempla como una prioridad y sigue optando por aumentar la capacidad de desalación y regeneración (potabilizar agua residual).
La desalación del agua es la otra gran alternativa que consta en el documento. En él se justifica una inversión de 1.000 millones para disponer de un total de seis desaladoras. Cataluña dispone actualmente de 80 hectómetros cúbicos al año de agua desalada producida entre las plantas de la Tordera y la del Prat de Llobregat, pero cree necesario generar hasta 360 hectómetros cúbicos. El observatorio ha enfatizado en que la prioridad debe ser la construcción de las desaladoras del Alt Empordà (Girona), que el Govern ya anunció el pasado agosto sin concretar todavía fechas de ejecución y el lugar de instalación, y las del Foix (en Cunit) y la ampliación de la desaladora de la Tordera, estas dos últimas ya previstas para 2028. En paralelo, los ingenieros también piden la construcción de otra dos desaladoras nuevas en la provincia de Barcelona en torno los ríos Besòs y el Llobregat.
El uso agrícola de agua regulada en Cataluña es del 72% aproximadamente. Por eso los ingenieros optan por medidas que pasan por la modernización de los canales de riego, priorizando el canal de Urgell y regadíos de Girona. En este sentido, contemplan recuperar la propuesta del pacto de Lleida con la región de Barcelona de 2012, que consiste en el desarrollo del riego de Urgell y la armonización con la Noguera Pallaresa. Según sus cálculos, supondría un ahorro de 250 hectómetros cúbicos para poder incrementar el caudal del Segre y destinar un 20% de esa cantidad a abastecer a la RMB en caso de emergencia.