Las lluvias sacan a Cataluña de la UCI, aunque la sequía sigue

La Generalitat solo suavizará las restricciones si los embalses alcanzan el 25% y la producción alternativa de agua permite mantener las reservas

El río Llobregat este martes a su paso por Sant Boi de Llobregat (Barcelona).massimiliano minocri

La primavera de 2024 ha dado un golpe importante a la extrema sequía que atraviesa Cataluña desde hace más de tres años. La comunidad vivió este lunes el día más lluvioso de los últimos dos años y medio con acumulados que en algunos puntos superaron incluso los 100 litros por metro cuadrado. ...

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La primavera de 2024 ha dado un golpe importante a la extrema sequía que atraviesa Cataluña desde hace más de tres años. La comunidad vivió este lunes el día más lluvioso de los últimos dos años y medio con acumulados que en algunos puntos superaron incluso los 100 litros por metro cuadrado. El episodio de precipitaciones fue generalizado en toda las provincias y especialmente generoso en las cuencas internas, el mismo territorio que durante 43 meses parecía estar viviendo una maldición con las lluvias. A falta de la actualización de los datos del miércoles, los embalses del sistema Ter-Llobregat (que abastecen al 80% de la población, incluida Barcelona) rozaban ayer el 21% de su capacidad (5% más que a principios de marzo) y habían ganado más de 10 hectómetros cúbicos en apenas un día, según las cifras en tiempo real publicadas por la Agencia Catalana del Agua (ACA). Las mismas reservas se situaban a principios de marzo al 14,8%, la peor cifra desde que existen registros. Aunque los niveles de los embalses aumentarán a lo largo de la semana, porque los ríos bajan muy llenos, el Govern llamó ayer a la prudencia y advirtió de que la sequía todavía no se ha revertido.

Más de seis millones de catalanes acatan desde febrero restricciones en el consumo de agua doméstico (200 litros por habitante y día), industrial (25%) y agrícola (50%), entre otras. La Generalitat evitó lanzar campanas al vuelo e incidió en la necesidad de ser cautelosos ante un hipotético levantamiento de las medidas antisequía a corto plazo. “Nos precipitaríamos si las eliminamos ahora”, dijo la portavoz de la Generalitat, Patricia Plaja, quien admitió que esta flexibilización puede ser una realidad en las próximas semanas: “Somos los primeros que sabemos cómo afectan las restricciones. En el momento que podamos suavizarlas, lo haremos”, subrayó Plaja. El Ejecutivo catalán, que preside Pere Aragonès, solo se plantea la salida de emergencia por sequía cuando los embalses de las cuencas internas almacenen un 25% de su capacidad y las infraestructuras de regeneración de agua, además de las desalinizadoras, puedan mantener estos niveles.

El umbral del 25% se acerca gracias al último episodio de precipitaciones. Independientemente de que llueva más o no, las reservas irán in crescendo durante los próximos días porque los ríos seguirán aportando grandes cantidades de agua a los embalses. Estas lluvias, que se alargarán hasta finales de semana especialmente en las cabeceras de los ríos, están sacando a Cataluña de la UCI por sequía. Los ríos han aumentado su caudal desde los Pirineos hasta sus desembocaduras como no se veía en años. Incluso se han llegado a vivir momentos de tensión por posibles desbordamientos: el Llobregat, a su paso por Sant Vicenç dels Horts (Barcelona), bajaba en la noche del lunes más de 800.000 litros por segundo, cuando el máximo de alerta está fijado en 470.000.

El río Ter, a su paso por el municipio de Manlleu (Girona), superaba los 60.000 litros por segundo en el tramo que desemboca en los embalses de Sau y Susqueda, los dos con mayor capacidad. Se trata de la mayor aportación y más prolongada en esta cuenca desde que Cataluña declaró la primera alerta por sequía en 2022. Sau pasó ayer del 2% a un 4% en menos de un día y se espera que sus reservas sigan subiendo de manera sostenida a lo largo de la semana porque las aportaciones desde el Ter siguen muy altas. El embalse de Baells, que se alimenta del río Llobregat, ha aumentado sus reservas más de cuatro puntos en solo tres días (del 25,5% al 30% de ayer). Este pantano estaba recibiendo ayer más de 60.000 litros por segundo, cuando antes del episodio solo eran de 5.000 litros.

En la imagen unas parcelas inundadas del Parque Agrario del Llobregat a la altura de Sant Joan Despi (Barcelona). massimiliano minocri

El consejero de Acción Climática, David Mascort, reconoció ayer en Girona tras una reunión con la Comunidad de Regantes del río Ter que “el escenario ha cambiado por las lluvias”. Mascort se comprometió a que cuando acabe el episodio de precipitaciones se “revisarán las dotaciones (agrícolas) en función del agua que tengamos en los embalses”, informa Marta Rodríguez.

Fuentes del Servicio Meteorológico de Cataluña (SMC) aseguran por teléfono que habrá que esperar a la semana que viene para cuantificar los efectos de las lluvias de estos días, aunque remarcan que no solucionan la crisis hídrica que atraviesa la comunidad desde hace más de 40 meses. “Estamos en primavera. Es normal que llueva ahora. Sería absurdo reducir el nivel de alerta si en un mes o dos tenemos la misma situación de gravedad”, explican desde el Meteocat. Las mismas voces señalan que las precipitaciones aumentarán con seguridad el nivel de los embalses, recargarán los acuíferos y aliviarán algunas producciones agrícolas porque la tierra no estaba tan seca como en marzo. “Ahora sí que se ha producido la escorrentía y el agua acabará en los ríos y embalses”, sentencian.

Ha llovido más en los últimos cuatro días que en todo 2023 en diversos puntos del litoral, como en la comarca del Garraf. Hasta la mañana de este martes, la estación de Viladecans registró 250,8 milímetros. En el Baix Llobregat, la situación es similar. De hecho, en diversas localidades catalanas de esta zona se activó el lunes la alerta por inundaciones y muchas calles fueron cortadas por el desbordamiento del río Llobregat. Los servicios de limpieza del Ayuntamiento de Sant Vicenç dels Horts limpiaban por la mañana el barro de las rotondas. Carmen, una residente del municipio desde hace más de 40 años que paseaba ayer hacia el parque fluvial, cuenta que ella y sus amigas pasaron horas atrapadas en el centro de mayores donde hacían bolillos. “Lo de ayer fue una locura. No podíamos salir por la fuerza con la que el agua bajaba por la calle”, explica a orillas de un embarrado Llobregat. Las lluvias también revitalizaron el parque fluvial del municipio, prácticamente seco desde hacía años, según cuenta Jaime, otro vecino que está tomando fotos de la crecida del río. “No sé si servirá de algo esta agua, pero da alegría verla”, dice mientras señala los remolinos que han surgido en medio del Llobregat.

Las cañas arrancadas, las parcelas inundadas y el barro forman parte del paisaje que han dejado estas lluvias en el Baix Llobregat. En Santa Coloma de Cervelló (Barcelona), el caudal del Llobregat alcanzó el lunes por la tarde los 637 metros cúbicos por segundo. En la mañana de ese día, era de siete metros por segundo, según la ACA. “Solo podía mirar por la ventana cómo llovía. Era hipnótico”, cuenta Miguel, de 63 años y residente de la localidad. En Sant Boi de Llobregat (Barcelona) varias personas miran desde un puente la fuerza con la que baja el río. Toman fotos. “Ya era hora que lloviera así. Ayer fue un desmadre, pero qué gustazo”, explica un residente de la localidad.

Aunque esta agua supone un balón de oxígeno para Cataluña, la Generalitat es consciente de que se avecina un aumento de las temperaturas y del gasto de agua por el verano. “Cuando tengamos la certeza de que con las desalinizadoras y el agua regenerada podemos garantizar el consumo humano, nos plantearemos revertir algunas de las medidas”, sentenció Plaja.

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