El alquiler de temporada copa hasta el 90% de la nueva oferta en Barcelona coincidiendo con la regulación de precios
Los contratos de corta estancia permiten a los propietarios esquivar la limitación de las rentas que entró en vigor el día 16
Hasta el 90% de las nuevas ofertas de pisos de alquiler en los portales inmobiliarios son contratos temporales. Este diario consultó el pasado miércoles los últimos 50 anuncios de las tres páginas más utilizadas para buscar piso: Idealista, Fotocasa y Pisos.com. La avalancha de ofertas...
Hasta el 90% de las nuevas ofertas de pisos de alquiler en los portales inmobiliarios son contratos temporales. Este diario consultó el pasado miércoles los últimos 50 anuncios de las tres páginas más utilizadas para buscar piso: Idealista, Fotocasa y Pisos.com. La avalancha de ofertas de alquiler de temporada coincide con la entrada en vigor, el sábado pasado, de la regulación de los alquileres en Cataluña, que forma parte de la Ley de Vivienda aprobada por el Gobierno en mayo pasado. Los alquileres de temporada permiten esquivar la regulación de precios, porque no están incluidos en la nueva normativa, y su presencia en los portales no para de aumentar. En enero el portal inmobiliario Idealista publicó un informe que indicaba que esta modalidad ya supone un 30% de la oferta en ciudades como Barcelona.
En la consulta realizada por este diario, en Idealista, el 76% de los últimos 50 anuncios son de alquileres temporales. En Pisos.com, el 90% y en Fotocasa la cifra llega hasta el 92%. La mayoría de estas ofertas se concentran en los distritos de Ciutat Vella, Eixample y Sarrià - Sant Gervasi. Entre la oferta, los precios oscilan entre más de 1.000 euros al mes y 6.000 euros en último distrito, uno de los más acomodados de la ciudad. La mayoría de anuncios especifican que son “contratos temporales” de entre 32 días (mínimo) y 11 meses. Algunos alquileres de temporada se ofertan como renovables “con posibilidad de extensión de contrato”.
Legalmente, aunque muchos ciudadanos piensan que los contratos de temporada tienen una duración de hasta 11 meses, pueden prolongarse el tiempo que decidan las partes. Están sujetos a la Ley de Arrendamientos Urbanos (LAU) que obliga a especificar en estos contratos que la residencia habitual del inquilino está en otro lugar, la dirección donde está empadronado y el motivo de la estancia temporal. Los alquileres de temporada permiten esquivar la regulación de los precios y comenzaron a popularizarse con la pandemia y, de esta manera, los propietarios no estaban obligados a cumplir los cinco años de contrato que fija la LAU ni la regulación de precios que estuvo vigente en Cataluña entre septiembre de 2020 y marzo de 2022.
Algunos de los anuncios consultados en los portales son desconcertantes. Por un lado, aparecen como “inmuebles sujetos a la limitación de precios de alquiler”, pero al mismo tiempo la oferta precisa que sus precios “están sujetos a la duración de la estancia y la antelación de la reserva”, como si se tratara de pisos turísticos. Desde el portal Fotocasa, fuentes de la empresa explican que los propietarios recurren a esta fórmula porque “consideran desincentivadoras e intervencionistas las medidas incluidas en la Ley de Vivienda”. El portavoz y director de Estudios de Pisos.com, Ferran Font, añade que “cada vez hay más propietarios que para evitar esos límites potenciales en el mercado de alquiler, pasan su inmueble a alquiler temporal o incluso a vacacional”.
Fuentes de Idealista confirman que durante los meses en los que la movilidad estuvo reducida por la pandemia, muchos propietarios de pisos turísticos pasaron sus viviendas a esta modalidad de alquileres temporales y han decidido mantenerse en ella. A ellos se les suma un volumen importante de propietarios que al terminar los contratos de alquiler prefieren esta opción, “tras las sucesivas medidas en relación con el alquiler permanente que culminan con la aprobación de la Ley de Vivienda”, apuntan estas fuentes. “Se trata de un cambio de modelo, en el que los propietarios cuentan con distintas reglas como la de alquilar su vivienda solo a personas que no van a establecer en ella su domicilio, a las limitaciones temporales y a una mayor dedicación a la gestión de la propia vivienda, que les resultan más beneficiosas que las limitaciones que impone la nueva Ley en caso de permanecer como alquiler permanente”, añaden.
La inmobiliaria Forcadell, una de las más veteranas de Barcelona, aclara que actualmente los contratos son de cinco o siete años, más las prórrogas que estipula la ley. A su vencimiento se firma otro contrato. “Si se formalizara un contrato de temporada estaríamos muy probablemente delante de un fraude de ley, ya que es la vivienda permanente del arrendatario y no se podría formalizar un contrato de temporada”, indican.
Marc Ollé, gerente de la agencia inmobiliaria Ollé Bertran Holding y cofundador de la consultora Enlace, describe la ley de contención de rentas como “la gota que ha colmado el vaso de la paciencia de los propietarios”. Explica que la rentabilidad de los contratos temporales no es mucho más alta que la de los tradicionales, porque hay una mayor rotación de los pisos que provoca más tiempo de desocupación, además de la “pérdida de las bonificaciones fiscales que tiene el propietario o el incremento de gastos” del modelo de temporada. Ollé denuncia la desprotección de los propietarios ante “inquilinos morosos” o por estar obligados a ofrecer alquiler social o a pagar los honorarios de agencia de intermediación, otra de las novedades de la ley.
Justo la semana pasada la Secretaría de Vivienda de la Generalitat y la Cámara de la Propiedad publicaron los precios oficiales del alquiler en Barcelona y Cataluña, a cierre de 2023, que siguen marcando récords. En Barcelona, el precio del alquiler medio se situó en 1.136,40 euros, un 10,67 % más que en 2022.
El Sindicato de Inquilinas denuncia los contratos de temporada que facilitan “que los propietarios se salten las restricciones de la Ley de Arrendamientos Urbanos, inflen los precios y vulneren los derechos de los inquilinos”. El Ayuntamiento de Barcelona y la Generalitat también se han mostrado partidarios de regular esta modalidad de alquiler. Incluso la vicepresidenta del Gobierno Yolanda Díaz, como líder de Sumar, se ha comprometido en varios actos electorales a regular los alquileres de temporada.
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