Jaume Collboni: “Voy a defender Barcelona como la gran capital progresista de España”

El nuevo alcalde de la mayor ciudad catalana sostiene que aplicará una agenda socialdemócrata y que no tiene ningun “compromiso” con las fuerzas que votaron su investidura: los comunes y el PP

El nuevo alcalde de Barcelona, Jaume Collboni, en el Ayuntamiento de Barcelona.Gianluca Battista

Recibe con el despacho todavía a medio organizar. Pero sí tiene claro que un lugar destacado en su mesa lo van a ocupar una fotografía de él junto con todos los alcaldes socialistas que ha tenido Barcelona, incluido Pasqual Maragall, y un retrato de Harvey Milk, el primer activista gay que desempeñó un cargo público en Estados Unidos y que fue asesinado en 1978. Jaume Collboni (Barcelona, 1969) se ha rodeado de ...

Suscríbete para seguir leyendo

Lee sin límites

Recibe con el despacho todavía a medio organizar. Pero sí tiene claro que un lugar destacado en su mesa lo van a ocupar una fotografía de él junto con todos los alcaldes socialistas que ha tenido Barcelona, incluido Pasqual Maragall, y un retrato de Harvey Milk, el primer activista gay que desempeñó un cargo público en Estados Unidos y que fue asesinado en 1978. Jaume Collboni (Barcelona, 1969) se ha rodeado de estos referentes para iniciar su etapa como alcalde de Barcelona, que no será fácil tras lograr in extremis hacerse con la silla mediante un sorpresivo acuerdo que implicaba a su partido, el PSC, a los comunes de Ada Colau y al Partido Popular. Tiene claro que Barcelona votó en clave progresista, pero que los resultados le obligan a mirar a derecha e izquierda. Y a obrar en consecuencia.

Pregunta. ¿Qué pactó exactamente con el PP y los comunes para conseguir ser el alcalde en el último momento?

Respuesta. De inicio, y lo mantuve durante las dos semanas que duraron las conversaciones, dije que me presentaría a la investidura y que mi propuesta era una coalición progresista. ERC decidió hacer un frente independentista con un exalcalde de centro derecha, Xavier Trias, y al final se vio que la disyuntiva sería Trias o Collboni. Pero estaba convencido de que podía aunar una mayoría suficiente para ser investido alcalde. Quiero agradecer públicamente el apoyo de los comunes y el PP a mi investidura, por motivos diferentes. Han votado a un alcalde del PSC con un programa de orientación socialista que desarrollaré en la medida que tenga apoyos necesarios. No hay pactos ocultos, no hay documentos secretos.

P. ¿No tiene pues ningún compromiso con los partidos que le apoyaron?

R. No tengo ningún compromiso, ni de programa, de formación de gobierno, ni con Barcelona en Comú ni con el Partido Popular, que toma la decisión en el último momento.

P. Pues el PP asegura que usted le garantizó que no permitiría la entrada de los comunes en su gobierno ni ahora ni en el futuro.

R. Es razonable pensar que este gobierno a medio plazo tiene que sumar.

P. Los comunes han dicho que estarán atentos a qué Collboni se encuentran: si el de ampliar el aeropuerto o el que apuesta por el transporte público.

R. Se van a encontrar al mismo Collboni que figura en el programa electoral del PSC. Soy plenamente consciente de las circunstancias en las que se desarrolla el plenario [10 concejales de 41] y de la aritmética. Es verdad que el sistema municipal español es muy presidencialista y Barcelona lo es todavía más, la Alcaldía tiene muchos atributos para poder gobernar y por tanto podemos hacer un recorrido razonable. Pero yo tengo la voluntad de hacer acuerdos: dialogando dentro y fuera del Ayuntamiento. Esta nueva etapa tiene que caracterizarse por el consenso.

P. ¿Otoño sería un plazo razonable para ampliar su gobierno?

P. No sería sensato dar fechas, porque hay acontecimientos como el 23-J y muchas incógnitas por despejar.

R. Hay una oleada conservadora en Europa muy importante. Las encuestas en España también apuntan hacia allí. ¿Qué papel juega Barcelona en el nuevo escenario político, sea el que sea?

P. Estoy convencido de que Pedro Sánchez va a ganar las elecciones y vamos a dejarnos la piel para que haya un Gobierno progresista en España que preserve, que defienda las conquistas y los avances sociales que se han producido. Es cierto que, visto el mapa municipal y autonómico, la ciudad de Barcelona hoy es la gran capital progresista de España y voy a defenderla con la conciencia de que está pasando lo que ha pasado en muchos lugares de Europa: que las grandes capitales son los bastiones de los derechos, de las libertades, de las sociedades abiertas, inclusivas. Y voy a ejercer conscientemente ese papel tan importante que vamos a tener nosotros en España. Porque además Barcelona ha votado mayoritariamente progresista. Barcelona es una ciudad progresista que tiene un alcalde progresista que va a defender qué significa ser la gran capital progresista de España.

P. ¿Y no se contradice esto con que, al final, su investidura fuera de la mano del PP?

R. No, porque no tiene que ver con esa lógica.

P. ¿Por qué no?

R. Porque la lógica de la investidura, en el caso del PP responde a otra, no me corresponde a mi explicar las intenciones de votos de otros grupos. Pero todo el mundo sabe que cuando votaba al candidato Collboni votaba a un candidato socialista que pertenece a un partido progresista, catalanista y federalista. Por lo tanto, no independentista.

Jaume Collboni, durante la entrevista concedida a EL PAÍS.Gianluca Battista

P. Algún ejemplo de ese papel que defiende que jugará Barcelona como ciudad progresista?

R. He decidido firmar el decreto para reforzar que Barcelona es una zona tensionada y que Barcelona sea la primera plaza de España en aplicar la ley de vivienda de Pedro Sánchez. Y lo que vamos a hacer es firmar este decreto para reforzar jurídicamente la decisión que ha tomado la administración competente, que es la Generalitat. Para que sea sólida, porque sabemos que tiene posibilidades de ser impugnada y la Generalitat tendrá mi pleno apoyo para aplicar una ley que permita cortar en seco la subida de precios de la vivienda.

P. ¿Y en qué se notará que el alcalde es Jaume Collboni y no Ada Colau?

R. Durante toda la campaña nuestro compromiso fue endreçar la ciudad, en catalán. En castellano sería poner orden, o ponerla en orden. Quiere decir que la prioridad sea el espacio público. Tenemos un reto con la limpieza, aunque ya se han hecho mejoras que se notan. Orden quiere decir una ciudad agradable, paseable, más sensación de seguridad.

P. Pero usted hasta enero formaba parte del gobierno. Entonces, ¿la ciudad no estaba en orden?

R. Se tomaron medidas, se hizo un plan de choque con mucho esfuerzo económico y quiero saber qué no está funcionando. No veo los resultados que sería razonable esperar.

P. ¿Qué cree que está fallando?

R. No lo sé. Acabamos de llegar. Hay una parte de mejora en la prestación del servicio y creo que hay que abordar el tema del civismo. Nosotros haremos nuestra parte, pero los ciudadanos tendrán que hacer la suya.

P. ¿Más multas por, por ejemplo, no tirar la basura donde toca?

R. Las normas están para cumplirlas, y quien no las cumple tiene una sanción. Y si las normas no están adaptadas, habrá que actualizarlas. Y si las sanciones no son suficientes para disuadir, habrá que revisarlas.

P. ¿Qué hará el alcalde para evitar las multas de la Unión Europea por contaminación?

R. Tendremos que cumplirlas, lo vamos a estudiar. Nuestro compromiso es la neutralidad de emisiones en el 2030. Triplicaremos los puntos de recarga de vehículos eléctricos, hasta 2.700. Y, luego, hacer una Barcelona más verde, que la morfología de la ciudad lo asuma con naturalidad. En el caso del Eixample, recuperando interiores de manzana. Estamos comprometidos en la lucha contra el cambio climático, pero paso a paso, de forma dialogada. Soy de los que defiende que la transición ecológica tiene que tener alma verde y corazón rojo, que no puede ser una nueva fuente de desigualdades. Los costes económicos de la transición tienen que ser justos.

P. ¿Veremos peatonalizaciones más allá del Eixample, muy marcado por el proyecto conocido como la Superilla, que usted dice que no ampliará?

R. Nuestra prioridad es el plan de barrios, invertir en los barrios que más lo necesitan, con mantenimiento, dignificando el espacio público, rehabilitando vivienda.

P. Dada la repercusión internacional que ha tenido la Superilla, la decisión de no continuar, ¿se puede interpretar en el extranjero como un retroceso?

R. Con todos mis respetos, a mí lo que me interesa es lo que piensan los barceloneses. Me parece muy bien el reconocimiento internacional, pero la atención la pongo en el bienestar de las personas que vivimos y trabajamos en Barcelona.

P. La unión del tranvía por el centro se ha convertido en un gran debate de ciudad. Defiende unir las dos redes existentes pero no concreta por dónde, aunque su programa dice que debe hacerse por la avenida Diagonal.

R. Es obvio que se tiene que conectar y la línea más corta entre dos puntos es la recta. Vamos a hacer la obra hasta Verdaguer.

P. ¿Y luego?

R. Lo conectaremos, pero que hay que hacerlo pactado, dialogado con los grupos.

P. Colau ha pagado de alguna forma llegar a las elecciones con la ciudad patas arriba. ¿Esto va a influir a la hora de decidir, hará proyectos de una legislatura?

R. Hemos anunciado que vamos a reducir a la mitad el tiempo de ejecución de la reforma de la Rambla. Es una de las obras más icónicas y es uno de los retos más importantes que tenemos, por lo que significa para Ciutat Vella, un distrito que será prioridad del mandato. Va a haber obras, el cubrimiento de la Ronda, que veremos en qué fase está en el año 2027. Pero al Eixample hay que dejarlo respirar y llevar la inversión a los barrios.

P. El martes recordó la lista de inversiones comprometidas por la Generalitat y que están pendientes. ¿Será un alcalde poco complaciente con sus vecinos de la plaza de Sant Jaume?

R. Quiero tener la mejor y más leal relación institucional con la Generalitat y con su presidente. Y quiero ejercer en positivo la capitalidad de Cataluña: con generosidad, pensando en el conjunto del país. Pero tengo que pedir que se nos dote de recursos para hacerlo posible. No voy a construir un relato contra la Generalitat en base a un agravio; sí que lo que se acordó en el acuerdo de presupuestos firmado por el president y el jefe de la oposición, Salvador Illa, que supone una inversión de 350 millones de euros, se cumpla.

P. ¿Será igual de contundente con los compromisos presupuestarios del Gobierno central en cuestiones como Cercanías o las obras de la estación de la Sagrera?

R. Por supuesto. Nosotros queremos ser del partido de Barcelona, que se supone que pone Barcelona por encima de todo: gobierne quien gobierne en Madrid, y gobierne quien gobierne en la plaza de Sant Jaume. Quiero ser constructivo y razonable, pero quiero ser muy claro.

Puedes seguir a EL PAÍS Catalunya en Facebook y Twitter, o apuntarte aquí para recibir nuestra newsletter semanal

Más información

Archivado En