El juez Llarena deja en libertad a la exconsejera Clara Ponsatí tras cinco horas detenida y la cita a declarar por desobediencia
La eurodiputada de Junts abandona abandona los juzgados tras ser detenida poco después de regresar a Cataluña después de cinco años huida; el magistrado le avisa de que será arrestada si no comparece el 24 de abril
Pablo Llarena, el magistrado instructor del procés, ha ordenado la noche de este martes la puesta en libertad de la exconsejera de la Generalitat de Cataluña y actual eurodiputada Clara Ponsatí tras cinco horas detenida y la ha citado a declarar, el próximo 24 de abril, por un delito de desobediencia. Los Mossos d’Esquadra han detenido a Ponsatí alrededor de las 18 horas, poco después de su regreso a Barcelona tras cinco años huida de la justicia. Ponsatí acababa de celebrar una conferencia de prensa en la q...
Pablo Llarena, el magistrado instructor del procés, ha ordenado la noche de este martes la puesta en libertad de la exconsejera de la Generalitat de Cataluña y actual eurodiputada Clara Ponsatí tras cinco horas detenida y la ha citado a declarar, el próximo 24 de abril, por un delito de desobediencia. Los Mossos d’Esquadra han detenido a Ponsatí alrededor de las 18 horas, poco después de su regreso a Barcelona tras cinco años huida de la justicia. Ponsatí acababa de celebrar una conferencia de prensa en la que retó al Tribunal Supremo a hacer efectiva la orden de arresto para forzar su comparecencia. “Si me detiene, tendrá que atenerse a las consecuencias”, afirmó, convencida de que está protegida por la inmunidad que le brinda el cargo europeo. Fuentes de la Eurocámara han confirmado que ya ha recibido una denuncia formal de la representante de Junts por una violación de ese fuero, aunque aún no se le ha dado respuesta.
Ponsatí no se enfrenta a penas de prisión, pues solo está procesada por desobediencia: el magistrado Pablo Llarena dictó el pasado enero un auto en el que hacía caer la imputación por sedición. Ese delito ya ha desaparecido del Código Penal tras la reforma pactada por el Gobierno y ERC en diciembre para rebajar el castigo a los implicados en el procés independentista catalán. La policía catalana ha conducido a Ponsatí inmediatamente ante el juez de guardia de incidencias de Barcelona, en la Ciudad de la Justicia, donde unas 300 personas se han concentrado a lo largo de la tarde para exigir su puesta en libertad. El magistrado ha dejado el caso en manos del juez Llarena, que es el que había solicitado su detención con la finalidad de tomarle declaración.
En un auto dado a conocer poco antes de las 23 horas, Llarena ha acordado la puesta en libertad provisional de Ponsatí y ha dejado sin efecto tanto la orden de detención como su situación de rebeldía. El magistrado, sin embargo, ha tomado algunas precauciones para asegurarse de que la exconsejera, que no reconoce la legitimidad del tribunal, comparezca a la declaración. Ha acordado que designe un teléfono y un domicilio “donde pueda ser localizada inmediatamente” y también ha establecido la obligación de que comparezca ante su juzgado “cuantas veces fuera llamada”. Y ha advertido expresamente a la eurodiputada de que no presentarse a la declaración “conllevará la modificación de su situación personal y su conducción ante este tribunal por la fuerza pública”.
Llarena remite al auto que dictó el pasado mes de enero, en el que acordó el procesamiento de Ponsatí solo por desobediencia tras la derogación del delito de sedición. Como la pena prevista es de multa e inhabilitación y en ningún caso de prisión, sigue la resolución, el proceso penal obliga a citarla personalmente para que comparezca.
Ponsatí ha abandonado la Ciudad de la Justicia, en la frontera entre Barcelona y L’Hospitalet, alrededor de las 23 horas después de una jornada intensa. Tras cruzar de Francia a España en coche, se dirigió a Barcelona, donde dio una rueda de prensa en el Colegio de Periodistas de Cataluña, en pleno centro de la ciudad. “La persecución de los exiliados ha sido patética, pero persistente”, ha dicho la eurodiputada. “No reconocemos la competencia del juez Llarena, sería una inconsistencia hacerlo. Si hay una detención, reaccionaremos ante ello, no puedo hacer previsiones”, ha añadido.
Y eso es lo que ha ocurrido efectivamente minutos después, mientras caminaba hacia el barrio del Born, acompañada de su abogado, un puñado de manifestantes que la han reconocido en la calle y decenas de periodistas y cámaras. Un mosso, subinspector de los servicios de información, la ha abordado y le ha enseñado su placa, a lo que ella ha respondido enseñando su credencial de eurodiputada. Finalmente, ha aceptado subirse a un coche y ha sido trasladada a la Ciudad de la Justicia. En el dispositivo ha participado también el máximo responsable de la Comisaría General de Información, el intendente Carles Hernández, que le ha flanqueado el paso hasta el vehículo policial, junto a otros mandos de la misma comisaría.
Hasta la Ciudad de la Justicia se han acercado representantes de todas las entidades y partidos independentistas para dar apoyo a la eurodiputada, de 66 años, y que cruzó la frontera entre Francia y España en coche. Algunos de los 300 manifestantes incluso cortaron el tránsito de la Gran Vía a su paso por el recinto judicial, al grito de “Ponsatí libertad”. Algunos eurodiputados han recogido esa imagen para denunciar la supuesta inacción de la Cámara ante lo que consideran una violación de la inmunidad de la representante de Junts. La estrategia de Ponsatí es precisamente intentar abrir un nuevo conflicto entre España y las autoridades europeas y dar oxígeno al independentismo.
El expresident Carles Puigdemont ha declarado en la Eurocámara que la detención de su compañera eurodiputada es “una vulneración de un derecho fundamental” por parte del Tribunal Supremo y del juez Llarena. “La presidenta [del Parlamento Europeo, Roberta] Metsola no puede mirar para otro lado, como hace”, ha remachado. Aunque el equipo de la representante de Junts ya ha alertado de manera oficial a la Eurocámara de un hecho que iría en contra de la inmunidad, aún no hay una respuesta oficial, a la espera de que termine la declaración. La inmunidad ha sido devuelta a los eurodiputados de Junts de manera temporal, a la espera de que la justicia europea resuelva el recurso en contra de la decisión de retirársela.
Tanto el fundador de Junts como el también eurodiputado Toni Comín han descartado de manera implícita que entre sus planes inmediatos esté volver a España, pese a que consideran que el Tribunal Supremo no puede ordenar su detención. “La situación de Ponsatí es distinta. Nosotros seguimos imputados por malversación. Ella solo lo está por desobediencia”, ha explicado Comín, informa Manuel V. Gómez.
El delito de desobediencia, al solo implicar una condena de inhabilitación para ocupar cargos públicos, no conlleva prisión preventiva. La propia Ponsatí ha aceptado ante los medios que corría el riesgo de que los Mossos la detuvieran para que compareciera, aunque ha dejado entrever que habría una decisión política de por medio, señalando así directamente a ERC. “Ellos y sus superiores sabrán si una orden de detención a una eurodiputada, que tiene inmunidades, es una cosa que deban ejecutar o no”, ha advertido. Puigdemont ha evitado señalar a la policía autonómica y ha cargado toda la culpa contra Llanera. Sin embargo, el consejero de Interior, Joan Ignasi Elena, ha hecho una comparecencia sin preguntas a los medios para asegurar que “la represión” contra el independentismo continúa y que el cuerpo policial no tenía más remedio que actuar.
Ponsatí rambién ha querido dejar claro, para mantener su discurso político, que no quiere negociar y que con su retorno busca evidenciar lo que considera una persecución contra Puigdemont. “No he venido a hacer ningún pacto con el Estado, sino a denunciar la vulneración de nuestros derechos, vengo a plantar cara”, ha sentenciado.
De hecho, en un ataque directo a Esquerra, ha comparado su retorno con el de la consejera Meritxell Serret, recordando que ella sí se presentó voluntariamente ante Llarena y ahora “da vueltas por el mundo y pone banderas españolas tres veces más grandes que las catalanas”, ha dicho, refiriéndose a una foto de la gira del Govern por América Latina. El Ejecutivo que lidera Pere Aragonès es, ha remachado, “una herramienta más de la ocupación española”.
Junts per Catalunya había emitido a primera hora de la tarde un vídeo de apoyo a la exconsejera en el que el secretario de la formación, Jordi Turull, enmarcaba el retorno de Ponsatí dentro de una estrategia de “confrontación inteligente” con el Estado. El presidente de Esquerra, Oriol Junqueras, ha celebrado la vuelta de la exconsejera de Educación con un mensaje en Twitter: “Celebro personalmente que la consellera Clara Ponsatí, miembro del Govern del 1-O , pueda volver a Cataluña. ¡En la defensa de nuestros derechos civiles y políticos, para combatir la represión y por el derecho a la autodeterminación, seguimos!”, ha escrito.
El expresident Quim Torra ha usado esa misma red social para criticar que Aragonès no haya hecho una declaración institucional celebrando el regreso. Aragonès ha terminado por enviar un comunicado en el que “celebra el regreso de la consejera” aunque ve en su detención una evidencia más de la lejanía de la resolución del conflicto político.
La comparecencia de Ponsatí ha sido seguida de cerca por la presidenta de Junts, Laura Borràs, y el diputado afín a la presidenta Francesc de Dalmases, ambos sentados en primera fila. No había en la sala más cargos de Junts, pero sí han ido a esperar a la salida de la Ciudad de la Justicia, junto a representantes de la CUP y ERC. Preguntada sobre si no era una contradicción que su partido hubiera criticado duramente la reforma del Código Penal y ahora ella se beneficiara de ella directamente, Ponsatí ha respondido que las críticas al pacto PSOE-ERC se inscribe dentro de la “libertad de expresión”. Ha añadido que ella siempre ha aprovechado “los espacios de libertad” de los que ha gozado para denunciar lo que considera como una “violación sistemática del Estado de derecho en Cataluña”.
El Gobierno considera que más allá del “espectáculo” que ha montado la exconsellera y eurodiputada, los líderes independentistas que antes “huían con el PP, ahora regresan y rinden cuentas ante la Justicia”, señalan fuentes del Ejecutivo citadas por Efe.
La eurodiputada se ha caracterizado por tener el discurso más duro dentro del partido de Puigdemont. Hace solo un año, Ponsatí aseguró que veía al Estado “dispuesto a matar” si el independentismo protagonizaba un nuevo choque. También ha dicho en reiteradas ocasiones que no reconocía a la justicia y que la independencia catalana exige sacrificios y está por encima de la vida de las personas.
En 2022, concretamente, ante la pregunta de si la secesión podía ser tan importante como para valer la vida de una persona, dijo: “Sí, yo creo que sí. En todas las grandes causas ha habido sacrificios muy importantes. Ha habido muchas grandes causas. ¡Que me enseñen una donde no haya habido grandes sacrificios!”.
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