Así es el plan de Barcelona para promover el uso del catalán: influencers, campañas en el metro y un día de la lengua
El Ayuntamiento destinará seis millones de euros al año en acciones de la lengua y exigirá a los monitores que la sepan hablar
Campañas en el metro y los medios de comunicación, influencers en los institutos, un día de la lengua, priorizar la contratación de proveedores que etiqueten en catalán, o exigir a los monitores que sepan hablar el catalán y fomentar su uso entre los entrenadores de deportes. Son algunas de las 68 acciones del plan para promover el uso del catalán en Barcelona que presentó este miércoles el Ayuntamiento, de la mano del ...
Campañas en el metro y los medios de comunicación, influencers en los institutos, un día de la lengua, priorizar la contratación de proveedores que etiqueten en catalán, o exigir a los monitores que sepan hablar el catalán y fomentar su uso entre los entrenadores de deportes. Son algunas de las 68 acciones del plan para promover el uso del catalán en Barcelona que presentó este miércoles el Ayuntamiento, de la mano del Institut d’Estudis Catalans. El plan, que apuesta por la discriminación positiva del catalán --”velará porque el catalán sea lengua por defecto en las intervenciones de la alcaldesa y los concejales”, por ejemplo--, contempla que el gobierno de la ciudad destine 24 millones de euros al plan en los próximos cuatro años (seis al año), nueve más de los que destina actualmente al Centro de Normalización Lingüística o las bibliotecas.
El plan no prevé que el Ayuntamiento multe proactivamente en relación al uso del catalán, pero sí atender denuncias por discriminación de los derechos lingüísticos, que pueden acabar en sanción, igual que cualquier otra discriminación por razón de origen o género. La posibilidad “no cambia nada respecto al marco jurídico existente”, indicó el teniente de alcalde de Cultura, Jordi Martí, en referencia a la Ley de Política Lingüística. En alguna ocasión al Ayuntamiento le ha llegado una denuncia vinculada a empresas que no atienden en catalán, o por discriminación en el uso de cualquier otro idioma, explicó la coordinadora del plan, Marta Rovira.
La materialización del plan, con todo, dependerá del gobierno que salga de las elecciones municipales de mayo y su voluntad de aplicarlo. Por ahora, ya nace con polémica, porque sin llegar a desmarcarse, el PSC aseguró que desconoce el contenido del plan, presentado Martí, de los comunes, que mantuvo que los socialistas sí lo suscriben. En un apunte en twitter, la concejal socialista Rosa Alarcón, precisó que el PSC suscribe el Pacto Nacional por la Lengua, pero que no conoce el contenido del plan municipal y que no aceptarán “imposiciones” que salgan de este marco. Martí insistió que el plan se enmarca de forma “estricta”, en el pacto que se alcanzó en el Parlament.
Los representantes del Institut d’Estudis Catalans y el Ayuntamiento recordaron los datos que apuntan a que el uso del catalán recula, sobre todo entre los jóvenes de la ciudad. De hecho, las últimas encuestas de usos lingüísticos de la población (2018) y la encuesta de la juventud (2021) revelan que el catalán es la lengua minoritaria entre los jóvenes en todos los distritos de la ciudad. De ahí que el plan presentado incide en ámbitos de uso de la lengua que ahora no se habían abordado, como pueden ser las actividades extraescolares o deportivas. Prevé realizar formaciones en materia lingüística a entrenadores de deportes o árbitros o “exigir” el conocimiento del catalán a los monitores de actividades de ocio educativo. Al ser preguntado Martí por las posibilidades del consistorio de “exigir”, rebajó el verbo y ha hablado de fomentar o promover.
El teniente de alcalde de Cultura y Educación reconoció que el plan municipal no contempla medias “de calado” como hace cuatro décadas fueron los medios de comunicación en catalán, su uso por parte de las instituciones y la inmersión lingüística en las escuelas. “Supone una lluvia fina, por aspersión, muchas medidas y transversales en sectores y ámbitos”, defendió antes de rechazar la fórmula de “imponer nada”: “Se trata de promover, convencer, hacer atractivo”.
Entre las 68 medidas destacan otras para visualizar el catalán en la atención al público, con campañas en comercios de barrio u ofrecer asesoramiento lingüístico o formación al personal. También clases para familias de alumnos de primaria o secundaria en los mismos centros que los hijos, cursos en el marco de Barcelona Activa, crear “el día de la lengua con actividades festivas” o fomentar la subtitulación de películas en catalán. Se contempla además crear una Oficina de la Lengua, donde se ubicaría el Consorci per la Normalització Lingüística, en la futura Casa de las Letras. El plan prevé acciones para que los universitarios o médicos extranjeros que llegan a la ciudad conozcan o aprendan el catalán.
La coordinadora de los trabajos que han desembocado en el plan municipal, Marta Rovira, consideró que el plan busca “poner las bases” para introducir el uso del catalán en distintos ámbitos o momentos de interacción social, “sin imponerlo”. “A veces conocemos el problema, como los médicos que no lo hablan o entienden, pero no ponemos remedio, cursos para que lo aprendan”, dijo.
La presidenta del Institut d’Estudis Catalans, Teresa Cabré, admitió que “recula el catalán, pero no tanto el número de hablantes que atraemos a la lengua” y se mostró partidaria de “estimular el uso de la lengua catalana a este colectivo tan grande que se incorpora a nuestra sociedad”. “Hay que atraer y no imponer, hemos de conseguir que el catalán sea la lengua de encuentro”, concluyó.
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