Sin rastro del pasaporte covid en La Rambla de Barcelona

Solo una cuarta parte de bares y restaurantes del paseo barcelonés pide adecuadamente el documento sanitario. La Generalitat iniciará inspecciones aleatorias

Un cliente entra en un restaurante de La Rambla de Barcelona, donde la mitad de los locales no piden el certificado covid para acceder.MASSIMILIANO MINOCRI (EL PAÍS)

Un hombre llega a un restaurante de tapas de La Rambla de Barcelona. “Buenas noches”. Entra, toma asiento en la barra y pide una cerveza. “¿Quiere vaso?”. No. El camarero abre una botella, se la ofrece y se va a atender a otro grupo de clientes. Ni rastro del certificado covid. Ni una insinuación. “¿Desea algo más?”.

La escena se repite en varios establecimientos del paseo barcelonés y confirma la laxitud de la medida en ...

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Un hombre llega a un restaurante de tapas de La Rambla de Barcelona. “Buenas noches”. Entra, toma asiento en la barra y pide una cerveza. “¿Quiere vaso?”. No. El camarero abre una botella, se la ofrece y se va a atender a otro grupo de clientes. Ni rastro del certificado covid. Ni una insinuación. “¿Desea algo más?”.

La escena se repite en varios establecimientos del paseo barcelonés y confirma la laxitud de la medida en buena parte del sector pocos días después de su entrada en vigor, el pasado 3 de diciembre. En La Rambla, 22 de sus 40 (55%) bares y restaurantes abiertos el lunes por la noche no pidieron el documento sanitario en el turno de cena, según comprobó EL PAÍS. Únicamente nueve (22,5%) locales realizaron la comprobación del pasaporte con el lector del código QR habilitado por el Govern, y seis (15%) lo pidieron pero no verificaron los datos ni la identidad del cliente. El acceso a los tres locales restantes no fue posible.

El Govern defiende que las nuevas medidas contra la covid requieren un tiempo de divulgación y normalización, pero las diferencias en su implementación descoloca a los mismos responsables. “Hay restaurantes que no los piden y parece que no pasa nada”, lamenta una trabajadora del restaurante Moka, donde sí revisan el pasaporte sanitario antes de ofrecer una mesa. “Aquí queremos hacer las cosas bien, pero luego vas al metro, en un espacio cerrado, donde la gente va muy apretada, y no se pide nada”.

La Rambla acoge actualmente a muchos bares y restaurantes dirigidos a un público extranjero. Abundan los locales de tapas y de comida rápida, desde cadenas de locales de bocadillos a comida turca. Si bien es difícil encontrar elementos comunes en los restaurantes que piden el certificado y en aquellos que lo ignoran, los locales con un aforo reducido son mayoría a la hora de saltarse la norma el pasado lunes por la noche. En un caso, incluso, un trabajador asegura que sus responsables han dado indicaciones para obviar el pasaporte sanitario.

No parece que a los clientes les importe mucho. Llegan, piden, pagan y se van, la mayoría; o se aposentan en alguna de las pocas mesas que hay. No dan señales de interés en el certificado. Y las mascarillas desaparecen una vez sentados. El Gremi de Restauració de Barcelona y la Confederació Empresarial d’Hostaleria i Restauració de Catalunya rechazaron este martes analizar la puesta en marcha de la medida.

El 55% de los locales obviaron el documento el lunes por la noche

La extensión del pasaporte sanitario a la restauración obliga a los propietarios a hacerse cargo del control de acceso. “Los responsables tienen que designar personal para comprobar cualquiera de los certificados válidos para acceder como usuarios”, señala la resolución del Govern. Algunos locales admiten tener pocas manos disponibles: “Hay momentos que no sabes si un cliente ya ha mostrado el documento o no, y no vas a pedírselo tres veces”, justifica el trabajador de un restaurante cercano al Liceo. “Y tampoco tenemos suficiente gente como para que una persona se dedique exclusivamente a verificar la documentación en la entrada”, insiste. Algunos locales sí lo hacen: The Old Irish Pub, KFC y Vapiano ubicaron a una persona en la puerta exclusivamente para esta tarea.

Preocupación sanitaria

El sector sanitario observa con preocupación la tibia entrada en escena del pasaporte covid. El vicepresidente del Colegio Oficial de Médicos de Barcelona (Comb), Jaume Sellarès, admite su desconcierto por los datos de La Rambla. “Me sorprende que más de la mitad de locales no lo pida”, lamenta. “Es una normativa sanitaria que requiere su cumplimiento para la gestión de la pandemia. Si la norma dijera que los locales tienen que cerrar a las ocho de la tarde, nadie cerraría más tarde: con el pasaporte sanitario debería ocurrir lo mismo. Al final es como una ley de salud pública que debe cumplirse”, analiza.

La supervisión de los Mossos para su cumplimiento se ha limitado hasta ahora a atender requerimientos de locales o clientes disconformes con situaciones puntuales. “Los agentes acuden a mediar en un conflicto o un desacuerdo”, admite una portavoz del Departamento de Interior, “pero no se han realizado inspecciones al azar” para saber si la medida se implementa adecuadamente. Ahora esto cambiará.

El Gobierno de Cataluña anunció este martes que reforzará la dotación policial para efectuar inspecciones aleatorias para combatir la falta del uso del certificado, como ya se hace en la Comunidad Valenciana. “Este dispositivo se pondrá en marcha las próximas horas, con Mossos y agentes de las policías locales de manera coordinada”, anunció la portavoz del Ejecutivo, Patrícia Plaja, que evocó a la “responsabilidad colectiva” para normalizar el uso del certificado. “No se harán inspecciones a todos locales”, insistió la portavoz. “Serán aleatorias o a requerimiento del local o los clientes”. El objetivo: que el pasaporte ya no sea invisible.

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