Junts tensiona la mesa de diálogo para Cataluña
Esquerra exige unidad a sus socios para enfocar la negociación política en el encuentro con Pedro Sánchez en septiembre
A un mes vista de la reunión de la mesa de diálogo político entre Pedro Sánchez y Pere Aragonès, la actitud que mantienen los socios del Govern respecto a esa negociación es cada vez más divergente. La falta de efectividad que le presuponen y el abierto escepticismo que despierta en algunos dirigentes de Junts per Catalunya está tensionando la mesa y también el entendimiento en ese punto con Esquerra Republicana que se va a sentar a ...
A un mes vista de la reunión de la mesa de diálogo político entre Pedro Sánchez y Pere Aragonès, la actitud que mantienen los socios del Govern respecto a esa negociación es cada vez más divergente. La falta de efectividad que le presuponen y el abierto escepticismo que despierta en algunos dirigentes de Junts per Catalunya está tensionando la mesa y también el entendimiento en ese punto con Esquerra Republicana que se va a sentar a ella ostentando la presidencia de la Generalitat por primera vez.
Mientras ERC cree que la presión con los planteamientos del derecho a la autodeterminación y la amnistía se debe ejercer con decisión en la mesa de diálogo político, sus socios de Junts dan por sentado que esa presión no servirá de nada porque la posición del Gobierno de Pedro Sánchez es inamovible.
La formación que lidera Puigdemont se muestra muy escéptica ante la cita
En una conversación con este diario, Josep Rius, vicepresidente de Junts y portavoz adjunto de la formación en el Parlament, se muestra muy escéptico ante los resultados del diálogo: “No se va a entrar en la esencia del conflicto que no es otro que entre un 70% y 80% de la población catalana quiere un referéndum y el Estado español se niega a entablar una negociación seria como la que se hizo en Reino Unido y Escocia o Canadá”. Rius también da por sentado que el Gobierno no querrá ceder nada en relación a la amnistía que plantean de los, según sus estimaciones, 3.000 represaliados a consecuencia del procés.
En una entrevista del mismo dirigente a La Vanguardia, el pasado miércoles, también se refería a ese escepticismo de la mesa de diálogo: “Nos comprometimos con el diálogo, pero lo de agotar los dos años —el plazo de tiempo que los republicanos pactaron con la CUP para evaluar el resultado de la mesa— ya se verá. Quizá con dos o tres reuniones ya vemos como irá”.
Los republicanos defienden que es una herramienta para desencallar
El resultado es que ERC está cada vez más molesta con su socio de gobierno y su actitud ante la mesa de diálogo, cuya reunión está prevista para el 13 de septiembre en Barcelona. Ayer, la secretaria general adjunta y portavoz de ERC, Marta Vilalta, acusó a Junts de “debilitar a la parte catalana” por el hecho de cuestionar la efectividad de la mesa.
Regalo al PSOE
La dirigente republicana se mostró muy crítica con esas declaraciones porque entiende que hacen mella en una de las herramientas para desencallar el conflicto catalán que no ha sido fácil conseguir. “Cargarse un instrumento que nos puede ser útil para el camino a la independencia, por no sabemos qué motivos, creemos que es hacernos un flaco favor al proyecto independentista”, afirmó en una entrevista a Europa Press. Es más, para Vilalta, las declaraciones contrarias a la mesa que han hecho dirigentes de Junts son “un regalo al PSOE, porque dejan de presionarle”. Mientras ERC, por boca del president de la Generalitat, insiste en que ellos no se levantarán de la mesa de diálogo, en determinados círculos de Junts se pone en tela de juicio la efectividad casi del hecho de sentarse.
Ni ERC ni Junts han afrontado, de momento, quién formará parte de la representación catalana de esa mesa, además el president Pere Aragonès. En relación a ese punto, la dirigente republicana concretó que en los próximos días se decidirá quién estará de forma consensuada en el Govern. Vilalta abrió la puerta, incluso, a que se pudiera pactar “con la CUP, que forma parte de la mayoría independentista”. Sí que descartó, no obstante, que alguien de la formación anticapitalista pudiera asistir a esa cita.
La dirigente republicana cree que la delegación catalana debe representar al 80% de la ciudadanía que, según ella, está a favor de un referéndum y se refirió a un pacto por la autodeterminación y la amnistía en el que trabajan “para evidenciar que no solo es cosa de un Govern de dos partidos, sino que hay una amplia mayoría que quiere votar en un referéndum acordado”.