Gordó arrastra a Mas a defenderlo en el ‘caso 3%’ y lo usa ante el juez
Las manifestaciones del expresidente catalán a favor del que fue su ‘mano derecha’ llegan a la Audiencia Nacional
Germà Gordò, exgerente de Convergència Democràtica de Catalunya (CDC), ha involucrado al expresidente de la Generalitat Artur Mas en su estrategia de defensa del caso 3%. Gordó, que es la pieza clave en la presunta financiación irregular del partido, ha logrado que Mas firme una carta y haga declaraciones públicas en las que asume su responsabilidad en el nombramiento de los tesoreros del partido. Y ha pedido al juez que incorpore esos documentos a la causa. Uno de los tesoreros, ...
Germà Gordò, exgerente de Convergència Democràtica de Catalunya (CDC), ha involucrado al expresidente de la Generalitat Artur Mas en su estrategia de defensa del caso 3%. Gordó, que es la pieza clave en la presunta financiación irregular del partido, ha logrado que Mas firme una carta y haga declaraciones públicas en las que asume su responsabilidad en el nombramiento de los tesoreros del partido. Y ha pedido al juez que incorpore esos documentos a la causa. Uno de los tesoreros, el arrepentido Daniel Osácar, señaló directamente a Gordó en una declaración ante el juez de la Audiencia Nacional.
La reciente confesión de Osácar, que hasta ahora había permanecido en silencio, apuntaló las acusaciones contra Gordó y arrojó sombras de sospecha sobre Mas. El extesorero, de 85 años, declaró en una investigación abierta por pitufeo, el presunto blanqueo de capitales a pequeña escala cometido por dirigentes de la extinta formación nacionalista. La del pitufeo es una causa en apariencia menor, derivada del caso 3% (ya cerrado y enviado a juicio), pero que amenaza con llevar a Mas a declarar, por primera vez, por un caso de corrupción.
La investigación trata de aclarar si una docena de altos cargos de CDC entregaron al partido dinero procedente de mordidas de constructoras y lo camuflaron como donaciones. Osácar declaró que Gordó, entonces gerente, fue quien creó el sistema del pitufeo y añadió que su departamento le entregaba las cantidades en metálico que él debía distribuir entre los dirigentes que se prestaron al juego. Sobre Mas, el extesorero fue menos concreto: dijo que es “probable” que, como secretario general y persona cercana a Gordó, conociera el sistema.
Mas siempre defendió la honorabilidad de Osácar, incluso cuando fue condenado a tres años y medio de cárcel por el caso Palau: allí quedó probado que el partido recibió comisiones ilegales (6,6 millones) de la empresa Ferrovial a cambio de la adjudicación de obra pública durante el último gobierno de Jordi Pujol. Pero ese escudo protector se quebró con la confesión: Mas trató de minar credibilidad a las “suposiciones” de Osácar y recordó que es “una persona mayor”.
Al tiempo que denostaba a Osácar, el expresidente catalán defendía a toda costa a Gordó, que fue secretario de su primer gobierno en la Generalitat y hombre de su total confianza. Mas escribió una carta en la que asume su responsabilidad en el nombramiento de Osácar como “responsable de finanzas” del partido. No podía ser de otra forma, añadió, porque así lo marcaban los estatutos del partido. Fue Gordó quien remitió la carta, a través de su abogado, al juez. Más tarde, cuando él mismo fue citado a declarar como investigado, el fiscal anticorrupción José Grinda quiso saber qué había ocurrido. Gordó dijo que había sido una iniciativa “espontánea” de Mas.
Fuentes cercanas a los investigados lo niegan y señalan que Gordó pidió a Mas la carta como elemento en su estrategia de defensa. Añaden esas fuentes que también le solicitó la aparición pública del 20 de octubre, tras la confesión de Osácar. En la rueda de prensa, Mas subrayó que Gordó “no era superior jerárquico de Osácar de acuerdo con los estatutos”.
El exgerente ha entregado ahora una copia del vídeo de esa rueda de prensa al juzgado junto con un escrito de su abogado. “Don Artur Mas nunca dio una instrucción compatible con los hechos que se investigan en la presente pieza. Y si no la dio él, nadie lo hizo” porque era el único que podía, según el escrito, al que ha accedido EL PAÍS.
Testigo o investigado
Gordó ha llegado a pedir personalmente a Mas que acuda a declarar como testigo ante el juez instructor para ratificar sus intervenciones, pero el expresidente ha rechazado por ahora esa posibilidad. Además, tanto por lo contado por Osácar como por el contenido de la carta, es probable que si finalmente Mas es citado a declarar lo sea en calidad de investigado y no de testigo.
Fuentes judiciales señalan que la estrategia de Gordó es, jurídicamente, estéril y tiene poco recorrido: una cosa es lo que dicen los estatutos y, otra, “la realidad de los hechos”. Y añaden que, aunque lograra ser exculpado en la causa del pitufeo, Gordó ya ha sido procesado en la pieza principal del caso 3%, que investiga el pago de comisiones irregulares a administraciones controladas por CiU. En esa causa se acumulan las pruebas contra Gordó, incluidas las grabaciones de un empresario. Gordó irá a juicio (junto a una treintena de personas más) por organización criminal, fraude a la administración pública, cohecho, tráfico de influencias y blanqueo de capitales.