Los grupos de restauración y la alta cocina exigen al Govern reabrir “ya”
Salud insiste en que “todavía” no se está en esa fase epidemiológica y Meritxell Budó habla de “flexibilización lenta”
Buena parte del firmamento de las estrellas Michelin y los principales grupos de restauración de Barcelona y Cataluña dieron ayer un simbólico puñetazo en la mesa para exigir a la Generalitat que puedan reabrir ya, este mismo fin de semana. La redoblada presión del sector tuvo reacciones dispares en el Govern. Mientras la portavoz de Govern, Meritxell Budó, se refirió a una “flexibilización lenta”, desde el área de Sanidad el mensaje fue contundente: “Todavía no se está en esa fase”.
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Buena parte del firmamento de las estrellas Michelin y los principales grupos de restauración de Barcelona y Cataluña dieron ayer un simbólico puñetazo en la mesa para exigir a la Generalitat que puedan reabrir ya, este mismo fin de semana. La redoblada presión del sector tuvo reacciones dispares en el Govern. Mientras la portavoz de Govern, Meritxell Budó, se refirió a una “flexibilización lenta”, desde el área de Sanidad el mensaje fue contundente: “Todavía no se está en esa fase”.
El cierre de casi cuatro semanas de un sector que en Barcelona representa 9.000 empresas, 80.000 puestos de trabajo directos —y otros 130.000 indirectos— desencadenó una reunión, calificada de histórica, por la concentración de estrellas de la cocina y de grupos empresariales. Ferran Adrià, Joan Roca (El Celler de Can Roca), Jordi Cruz (ABaC), Carme Ruscalleda, Germans Torres (Cocina Hermanos Torres), Carles Gaig (Restaurante Gaig), Isidre Gironès (Ca l’Isidre), Rosa Esteve (Mordisco), Javier de las Muelas (Dry Martini), Tomás Tarruella (Grupo Tragaluz), José Ramón “Moncho” Neira ( grupo Moncho’s), Silvia Hoffmann y hasta un total de 70 representantes de la restauración se reunieron en el hotel Ritz. Con un único fin: exigir a la Generalitat que ponga fin al cierre de la actividad de bares y restaurantes como medida de contención para rebajar las cifras de la pandemia.
Unos restauradores que miran, por ejemplo, a Madrid que ha logrado mantener bares y restaurantes abiertos pese a todo. Y entienden que la capital española ha “protegido” la actividad económica. En un comunicado consensuado, el sector insta la reapertura “en un proceso de desescalada”. Un reinicio que plantean con todos los servicios, desayunos, comidas y cenas, adaptando estas a las 23 horas de tope.
“Partimos de la evidencia de que los estudios apuntan que solo un 3% de los rebrotes tiene que ver con la restauración. Por lo que podemos y debemos trabajar con la reducción del aforo en el interior y sin limitaciones en el exterior”, sostenía Roger Pallarols al término del encuentro. El sector se aviene a ampliar las distancias entre mesas en las terrazas, a tomar la temperatura a los clientes y a llevar un registro de clientes si hay consentimiento. Unas propuestas que se remitirán a los departamentos de Salud, Interior y al de Empresa y Conocimiento.
Los restauradores creen que la Generalitat está incumpliendo su obligación: “Con las restricciones, están cargando el coste de la crisis en los restauradores y en las empresas”. Por eso, creen que la Generalitat debe sentarse a negociar. Fuentes del sector se quejan, por ejemplo, de la falta de respuesta de la consejera de Salud, Alba Vergès, y del vicepresidente, Pere Aragonès, a un encuentro que plantearon hace dos semanas. “Exigimos que la Generalitat se siente a negociar por primera vez desde hace más de tres semanas, que establezcamos un escenario compartido de lucha contra el virus. No podemos asumir más el coste del cierre de nuestra actividad porque sin una apertura inmediata no podrá remontar”, resumía Roger Pallarols, director del Gremio de restauradores. Ese gremio exige tener una capacidad mínima de equilibrar los ingresos y los gastos de una actividad muy tocada desde el estallido de la pandemia y de que los trabajadores no estén condenados a unos Ertes cuyo cobro es problemático por las demoras en las tramitaciones.
La redoblada presión de los restauradores, sin embargo, no parece que haya hecho mella en el área de Salud que ayer mantenía que todavía no se está en una fase para reabrir de forma inminente la hostelería. Más templada fue la reacción de Meritxell Budó al referirse a una “flexibilización lenta” en la reactivación de sectores que sufren las restricciones más severas, como el de la restauración.