Cataluña ultima un cierre perimetral para combatir una curva epidemiológica al alza
El Govern está reunido este miércoles para decidir más medidas restrictivas
Cataluña se decanta por el confinamiento más ligero para seguir atajando la curva epidémica, que continúa disparada con una incidencia de 634 casos por 100.000 habitantes. Como ya han hecho otras autonomías vecinas como Aragón, el Govern ultima un cierre perimetral para acompañar a las restricciones sociales severas —el cierre de la restauración o la suspensión de competiciones deportivas no profesionales, entre otras— que pesan sobre ...
Cataluña se decanta por el confinamiento más ligero para seguir atajando la curva epidémica, que continúa disparada con una incidencia de 634 casos por 100.000 habitantes. Como ya han hecho otras autonomías vecinas como Aragón, el Govern ultima un cierre perimetral para acompañar a las restricciones sociales severas —el cierre de la restauración o la suspensión de competiciones deportivas no profesionales, entre otras— que pesan sobre la comunidad desde hace semanas. Lo que falta por saber, no obstante, es si ese confinamiento perimetral se aplicará sobre la frontera autonómica, o se hará por comarcas, regiones sanitarias o municipios, como ha hecho el País Vasco. El Departamento de Salud ya avanzó ayer que Cataluña estaba en una situación epidemiológica “crítica” y la única forma de parar la transmisión era aplicando más medidas restrictivas y limitaciones. Salud da por hecho que se prolongará el cierre de bares y restaurantes que decaía este viernes y el Govern estudia también más reducciones de aforo.
La pandemia sigue al alza en Cataluña y el margen de maniobra es limitado. Sobre todo, si no se quiere llegar al confinamiento extremo que se decretó la pasada primavera en España. “Los datos son muy preocupantes y la situación es crítica”, explicó ayer Jacobo Mendioroz, subdirector general de Vigilancia y Respuesta a Emergencias de la Agencia de Salud Pública de Cataluña. La velocidad de transmisión del virus (la Rt, que mide a cuántas personas contagia, de media, un positivo) ha bajado ligeramente hasta situarse en 1,38 —por cada 100 positivos, se contagian 138 más—, pero sigue siendo una cifra muy elevada para mantener a raya la expansión de la enfermedad (los expertos sostienen que este indicador debería estar por debajo de 1). En cualquier caso, el Departamento de Salud valora esta reducción de la velocidad de diseminación como una prueba de que las medidas restrictivas aplicadas hace 12 días, como el cierre de bares, están funcionando y deben continuar activas.
“Necesitamos nuevas medidas, porque este crecimiento, aunque desacelerado, es un crecimiento. Y estas cifras de contagios, nuestro sistema sanitario no las pueda aguantar muchos más días más. Necesitamos decididamente doblegar la curva”, dijo ayer Marc Ramentol, secretario general del Departamento de Salud. El impacto de la pandemia en los hospitales sigue al alza y ya son 2.205 personas hospitalizadas, 398 en cuidados intensivos. Según Ramentol, el 46% de las UCI ya están ocupadas por pacientes con covid-19. “Tendremos que hacer nuevos pasos, ir hacia delante, no hacia atrás. Podemos ir hacia atrás cuando sanitaria y epidemiológicamente lo tengamos controlado y esa no es la situación actual”, zanjó Ramentol.
El Govern está reunido esta tarde para decidir finalmente si las restricciones establecidas en los últimos días se prolongan y qué otras limitaciones se pueden aplicar para reducir la movilidad y la interacción social, que son los dos grandes factores de riesgo de contagio y diseminación del virus. El confinamiento perimetral, que es una opción que contempla el decreto del estado de alarma y ya la han aplicado cinco autonomías, es la opción que gana más peso, sobre todo con la vista puesta en los festivos que se presentan, como el Día de Todos los Santos, el 1 de noviembre. El Govern también tenía sobre la mesa cierres más estrictos, como el confinamiento domiciliario de fin de semana o por 15 días, pero para aplicarlo tendría que pedir permiso al Ejecutivo central, porque el decreto del estado de alarma no contempla que las comunidades puedan tomar esta medida de forma unilateral.
A propósito de la propuesta de los encierros domiciliarios, el ministro de Sanidad, Salvador Illa, ha recordado esta mañana en TV3 que la norma no permite estos confinamientos estrictos, aunque no ha descartado que se puedan incluir en un futuro. En cualquier caso, se ha mostrado reacio a aplicar, por el momento, estas medidas tan extremas. “Creo que hay un abanico de posibilidades previas que nos podrían permitir estabilizar y bajar la curva”, ha dicho. Con estas trabas normativas sobre la mesa y teniendo en cuenta que las comunidades vecinas ya están aplicando un confinamiento perimetral (como Aragón) o se plantean hacerlo (como la Comunidad Valenciana), Cataluña también se encamina en esta misma línea.
Sobre la mesa del Govern también está una mayor reducción de los aforos en locales comerciales o eventos culturales, que ya tienen una ocupación muy limitada con las restricciones sociales que hay en vigor. Los comercios pueden estar abiertos con un 30% del aforo y los eventos culturales, así como los actos civiles o religioso, tienen que tener una ocupación máxima del 50% de su capacidad.
Lo que Salud quiere evitar a toda costa es tocar las escuelas. La enseñanza obligatoria, insisten desde el Departamento, es la última esfera social sobre la que echarán mano. Como mucho, la docencia virtual que ahora rige en las universidades, se extendería a la educación postobligatoria, como el Bachillerato y la ESO.
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