Cataluña multará con 100 euros a quien no lleve mascarilla en espacios públicos a partir de este jueves
Torra anuncia que la medida de protección será obligatoria en toda la comunidad, independientemente de que se cumpla la distancia de seguridad
El uso de la mascarilla en espacios públicos será obligatorio en toda Cataluña a partir de este jueves. Aunque se cumpla la distancia de seguridad de 1,5 metros entre personas o la zona esté en una buena situación epidemiológica, la mascarilla será indispensable. Así lo ha anunciado este miércoles el presidente de la Generalitat, Quim Torra, durante el pleno del Parlament. El Procicat, el comité de técnicos que se encarga de capitanear la emergencia del coronavirus, ha aprobado la medida y contempla multas de 100 euros para aquellas personas que no lleven la mascarilla en lugares públicos.
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El uso de la mascarilla en espacios públicos será obligatorio en toda Cataluña a partir de este jueves. Aunque se cumpla la distancia de seguridad de 1,5 metros entre personas o la zona esté en una buena situación epidemiológica, la mascarilla será indispensable. Así lo ha anunciado este miércoles el presidente de la Generalitat, Quim Torra, durante el pleno del Parlament. El Procicat, el comité de técnicos que se encarga de capitanear la emergencia del coronavirus, ha aprobado la medida y contempla multas de 100 euros para aquellas personas que no lleven la mascarilla en lugares públicos.
La puesta en marcha de esta medida, anunciada el martes por el Govern, coincide con la crisis sanitaria abierta en Lleida tras un fuerte rebrote de covid-19 que ha obligado a confinar a los 200.000 habitantes de la comarca del Segrià. “Las mascarillas en Cataluña serán obligatorias. No solo en el Segrià, en toda Cataluña”, ha puntualizado Torra.
Con esta decisión, la Generalitat desvincula el uso de la mascarilla a la distancia de seguridad —antes era obligatoria solo en aquellos lugares donde no se pudiese mantener una separación física entre personas de 1,5 metros—. “La norma general es que todo el mundo se vaya de casa con mascarilla, pero se mantienen las excepciones de las primeras resoluciones, como el hacer deporte, donde puede no usarse, pero habiendo salido de casa con mascarillas”, ha dicho la consejera de Salud, Alba Vergés, en una rueda de prensa posterior.
Lo que no queda claro, sin embargo, es cómo se articularán esas excepciones, como la playa o las colonias de los niños, y Vergés tampoco ha profundizado en este aspecto. “La norma general es que todo el mundo salga de casa con la mascarilla, se vaya a la playa o trabajar. Cuando la actividad sea incompatible con llevar mascarilla, es cuando te la puedes sacar, pero con seguridad”, ha incidido la titular de Salud. En cualquier caso, ir sin mascarilla por la calle o en espacios cerrados abiertos al público puede suponer una multa de 100 euros, ha advertido Vergés.
El Govern considera que el uso obligatorio de la mascarilla, independientemente de si se mantiene la distancia física entre las personas, ayudará a contener el brote de coronavirus de Lleida —que deja ya más de medio millar de afectados— y también ayudará a evitar futuros episodios infecciosos.
A propósito del foco de Lleida, el Govern instará a los Ayuntamientos de la comarca del Segrià a habilitar los equipamientos públicos disponibles para acoger a las personas que tengan que hacer la cuarentena pero no puedan aislarse en sus propios domicilios. Vergés ha anunciado que reforzará con 15 personas la plantilla de nueve profesionales que se encargan de la vigilancia epidemiológica en Lleida y los técnicos de Salud Pública también visitarán las 33 residencias de la zona para detectar posibles casos asintomáticos. Los centros de ancianos prohibieron las visitas cuando el Govern decretó el cierre perimetral de la comarca el pasado sábado.
El Ejecutivo autonómico también se reunirá este miércoles con el Ministerio de Sanidad para “informar”, dicen fuentes del Departamento de Salud, de la situación del rebrote en Lleida, que mantiene en vilo a toda la comarca del Segrià y fuertemente tensionado ya el hospital Arnau de Vilanova de Lleida, que tiene 44 personas ingresadas en planta y seis en cuidados intensivos. El director del Servicio Catalán de la Salud, Adrià Comella, no descartó el martes tener que derivar pacientes a otros hospitales de Barcelona para evitar el colapso del centro leridano.
Anexos en hospitales
Con la vista puesta en una eventual segunda ola de la pandemia, el Departamento de Salud ha anunciado también que construirá media docena de instalaciones anexas a los hospitales antes de fin de año. Entre ellas, en los hospitales Moisés Broggi de Sant Joan Despí, el sociosanitario Pere Virgili de Barcelona, el Arnau de Vilanova de Lleida, el Germans Trias i Pujol (Can Ruti) de Badalona y el de Bellvitge en L’Hospitalet.
Comella ha explicado este miércoles en TV3 que Salud ya ha gastado 1.300 millones de euros para afrontar el azote de la covid-19 y, a final de año, la cifra será de unos 2.000 millones. El director del CatSalut ha indicado que estos equipamientos junto a los hospitales también podrán utilizarse “para otros usos después”. Según Comella, ahora la sanidad pública catalana tiene más camas de críticos, respiradores y equipos de protección individual: “Tenemos respiradores suficientes y material hasta que llegue la vacuna”.
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