Selectividad en la Lleida confinada: “Los Mossos del control nos han dejado pasar y nos han deseado suerte en los exámenes”
Los 640 alumnos de fuera del Segrià que tenían que desplazarse hasta la capital no han tenido problemas para llegar a los centros universitarios
Las puertas de la Universidad de Lleida (UDL) han abierto este martes por la mañana, minutos antes de las 9.00, para que 1.692 alumnos del Segrià, comarca del oeste de Cataluña confinada desde el pasado sábado por el rebrote de los contagios de coronavirus, pudieran examinarse de la selectividad. La mayoría de los alumnos viven en la comarca, por lo que se han trasladado a los centros universitarios sin problemas.
Según Xavier Ca...
Las puertas de la Universidad de Lleida (UDL) han abierto este martes por la mañana, minutos antes de las 9.00, para que 1.692 alumnos del Segrià, comarca del oeste de Cataluña confinada desde el pasado sábado por el rebrote de los contagios de coronavirus, pudieran examinarse de la selectividad. La mayoría de los alumnos viven en la comarca, por lo que se han trasladado a los centros universitarios sin problemas.
Según Xavier Carrera, coordinador de las Pruebas de Acceso a la UDL, los 640 alumnos de fuera del Segrià que tenían que desplazarse hasta la capital no han tenido problemas para llegar a los centros universitarios tras presentar los certificados que acreditan que iban a examinarse ante los controles de Mossos d’Esquadra que blindan la comarca.
Entre esos alumnos se encontraban Enric Vilamajor, Jofre Bosch y Adrià Blanc. Los tres tienen 18 años y viven en Linyola, a 26 kilómetros de Lleida, y en la comarca del Pla d’Urgell. “Hemos venido muy temprano en el coche de mi padre”, advierte Enric. Los tres amigos afrontaban con un plus de nerviosismo una de las mañanas más angustiantes de la vida de todo estudiante. “Conforme hemos visto el control de Mossos ya íbamos sacando los certificados. No ha hecho ni falta. Nos han preguntado dónde íbamos y cuando se lo hemos dicho nos han deseado mucha suerte en los exámenes y nos han dejado pasar”, rememora Vilamajor.
“¿Estáis todos? Vamos para dentro”, iba gritando uno de los técnicos de la UDL a los pequeños grupos de estudiantes que, con mascarillas y manteniendo las distancias pertinentes, iban accediendo desde el exterior del campus de Cappont a las aulas de la universidad.
“La situación del Segrià no afecta a la realización de las pruebas y hemos adoptado las mismas medidas de distanciamiento social que el resto de universidades de Cataluña. En Lleida el año pasado teníamos nueve tribunales y hoy, 13”, advierte Carrera. Además, el número de profesores vigilantes en 2019 fue de 90 y este 2020, aquejado por la pandemia, es de 163.
La mañana se ha caracterizado, entre los alumnos, por los nervios propios de los exámenes de selectividad y por la presencia de gel hidroalcohólico y mascarillas, que se han podido quitar cuando se han sentado para comenzar las pruebas.
Al acabar el primer examen, el de Lengua y Literatura española, Alba Sabater y Nuria Tortosa repasaban los resultados a la salida del edificio. “Hemos hecho el examen con la mascarilla. Tampoco hay que jugársela. Es raro entrar, ponerte alcohol en las manos, distancias… pero al empezar la prueba se te olvida todo”, asegura Sabater. Las dos son de Lleida y no han tenido que pasar por ninguno de los 25 controles de los Mossos. Ambas esperan tener la nota suficiente como para estudiar Derecho y Biotecnología.
Tampoco han tenido problemas Laia Fité, Anna Vergel ni Aida Amat, todas estudiantes del Instituto Marius Torres de Lleida. “El último trimestre ha sido surrealista. Al final nos hemos tenido que buscar la vida para acabar el temario”, lamenta Vergel. Las tres coinciden en que había una parte del primer examen que era mucho más difícil: “Luces de Bohemia de Valle-Inclán apenas lo habíamos estudiado”. Lo cierto es que han interiorizado y hecho común el uso de la mascarilla. “No sabemos si nuestra selectividad es rara por el tema del covid, al fin y al cabo, es la única que hemos hecho”, destaca Fité.