La crisis sanitaria pasa factura a los sueldos de médicos y enfermeras residentes
Los sanitarios en formación denuncian que las retribuciones no se ajustan a las responsabilidades que han asumido
Los médicos y enfermeras residentes, sanitarios con la carrera terminada, pero en período de formación para especializarse, han alzado la voz por la situación laboral que sufren desde el inicio de la crisis sanitaria. Los profesionales denuncian que los sueldos que perciben no se ajustan a las responsabilidades que han tenido que asumir. Los médicos critican las cargas de trabajo y que la reorga...
Los médicos y enfermeras residentes, sanitarios con la carrera terminada, pero en período de formación para especializarse, han alzado la voz por la situación laboral que sufren desde el inicio de la crisis sanitaria. Los profesionales denuncian que los sueldos que perciben no se ajustan a las responsabilidades que han tenido que asumir. Los médicos critican las cargas de trabajo y que la reorganización de los horarios han hecho desaparecer las guardias, el único mecanismo para aumentar su sueldo base. Las enfermeras, por su parte, protestan porque no se les reconoce un complemento salarial que a los médicos residentes, sí.
En una carta abierta dirigida al Instituto Catalán de la Salud (ICS), que gestiona ocho hospitales y el 80% de la atención primaria, un grupo de médicos residentes de la zona de Sabadell critican el cambio de horarios que ha supuesto la crisis sanitaria. “Una locura”, dicen. Las rotaciones por diferentes servicios hospitalarios y de atención primaria se pararon, los sanitarios que estaban en hospitales pasaron a tener jornadas de 12 horas, desaparecieron las guardias y los aislamientos y las bajas laborales por contagios provocaron cambios continuos en los horarios y llamadas de última hora para cubrir algún turno.
Lo que más les ha afectado, sin embargo, es la falta de guardias en sus sueldos. “Nuestro sueldo base es muy bajo en relación con otras profesiones (menos de 1.000 euros netos) de modo que este depende totalmente del número de guardias que realicemos cada mes. Tanto los horarios de atención primaria como el sistema de turnos de 12 horas en el hospital nos ha perjudicado claramente, dado que no hemos podido hacer las guardias que hacen que nuestro sueldo sea menos deficitario”, protestan en la misiva. Tampoco se les han reconocido los pluses de nocturnidad y fin de semana, denuncian. “No pedimos aplausos ni cartas de agradecimiento, pedimos que se nos reconozca el trabajo bien hecho en forma de nómina equivalente, como mínimo, a la de meses anteriores. Pedimos implementación de pluses, concretamente de: nocturnidad, de fin de semana, de peligrosidad y de menor supervisión”, protestan.
El ICS, por su parte, justifica que los médicos internos residentes (MIR) “se encuentran en formación remunerada y, por tanto, su salario no se puede comparar con el de otras profesiones o situaciones profesionales”. Un portavoz del ente público sostiene que, en el caso de los residentes del ámbito de la Metropolitana Norte que se quejaron, su equipo de recursos humanos “le ha ofrecido soluciones individualizadas”, como abonar los pluses perceptivos y las guardias trabajadas. “Para que no se produjese ninguna pérdida durante la crisis, se les ofreció realizar guardias en residencias y también durante los meses de junio, julio y agosto” para garantizar de forma retroactiva loas retribuciones “eventualmente perdidas” durante la crisis, explica este portavoz. Y añade que el ICS ha garantizado que el 100% de los MIR de medicina de familia que terminan la residencia en la Metropolitana Nord tienen el contrato asegurado.
Los residentes insisten que los problemas retributivos a causa de la reorganización generada por la covid-19 van más allá de la Metropolitana Nord. “La gente está bastante enfadada. Hay muchos centros donde han cambiado los turnos a 12 horas y se han quedado con el sueldo base, que es de unos 950 euros en el primer año de residencia, por ejemplo. Es injusto porque todos hemos atendido pacientes con covid-19. Muchos compañeros han tenido turnos más engorrosos y sueldos inferiores”, protesta Oriol Mirallas, presidente sección de Médicos Residentes y Médicos Jóvenes del Colegio de Médicos de Barcelona.
El director general de Profesionales Sanitarios del Departamento de Salud, Marc Ramentol, admite que “ha habido casos de residentes en los que se ha producido un menoscabo retributivo, pero no son la gran mayoría y a estos casos se les han ofrecido alternativas”. De hecho, el Servicio Catalán de la Salud (CatSalut) publicó una orden para todos sus proveedores (excepto el ICS) en la que los residentes de último año (médicos y enfermeras) que, por motivos especiales, asumían labores de un especialista, recibiría un complemento retributivo. Además, en el caso de los médicos del ICS de diversas especialidades, también se contempló que, si asumían funciones de especialista, pudiesen tener un complemento de jornada completa (1.728 horas anuales, en lugar de las 1.642 de los residentes). Según Ramentol, este último complemento son unos 10.000 euros al año, esto es, unos 1.400 euros brutos durante estas semanas. El gasto en nóminas de MIR en abril y marzo, señala, ha sido mayor que en enero y febrero.
Mirallas denuncia, además, la falta de material de protección y la pérdida del itinerario formativo, pues la mayoría de MIR se han dedicado a atender covid-19. Ramentol admite que “los programas formativos han saltado por los aires” con la pandemia, pero garantiza que se solventará cada caso. “Los equipos docentes revisarán caso por caso las alteraciones y se tomarán medidas. No descartamos nada. Si hay que prorrogar la residencia, lo haremos. Evaluaremos cómo recuperar el tiempo perdido”, zanja.
Enfermeras residentes
La merma retributiva a causa de la crisis sanitaria alcanza también a las enfermeras residentes (EIR) de atención primaria. El Colegio de Enfermería de Barcelona (COIB) y la Asociación de Enfermería de Familia y Comunitaria de Cataluña (AIFiCC) denunciaron que había proveedores sanitarios que pagaban a las residentes retribuciones inferiores a la tarea que estaban realizando durante la pandemia. “Según la orden del CatSalut, las residentes recibían un plus si eran más autónomas y hacían el trabajo con menos supervisión. Pero hay unidades docentes que lo han pagado y otras que no”, lamenta Lorena Villa, vocal de Enfermería Familiar y Comunitaria del COIB.
Antonio Hernández, EIR de último año en el centro de atención primaria de Taradell, dice que no le han pagado este complemento. “La mayoría no hemos cobrado cuando hemos estado haciendo un trabajo con nula supervisión”, dice. El sueldo base de un EIR de último año ronda los 1.030 euros; con guardias, puede llegar a los 1.300. El complemento elevaría el sueldo al de una enfermera especializada —unos 1.500 sin guardias y 1.800 con guardias, explica Hernández—. El enfermero, que es vocal de la AIFiCC, denuncia que hay unidades docentes del ICS que han pagado este plus a los MIR, pero a los EIR, no. “No es justo”, lamenta.
El ICS matiza, no obstante, que la orden del CatSalut no afecta a la empresa pública. El ente, que aglutina el 80% de la atención primaria, puntualiza que la normativa que contemplaba un aumento de las retribuciones al asumir más competencias condicionaba este aumento a una eventual prórroga del contrato de residencia, una situación que no ha ocurrido. A propósito del otro complemento de jornada completa que sí se habilitó para algunos MIR del ICS, no existe en las tablas salariales de la enfemería del ICS.
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