El Govern apoya el Sant Jordi pese a desaconsejar los eventos masivos
Torra dijo hace una semana que se tardaría mucho en poder ir al fútbol o poder ir al teatro
La decisión de la Cambra del Llibre y del Gremi de Floristes de posponer la celebración de Sant Jordi, con modificaciones, hasta el 23 de julio fue recibida ayer con beneplácito por parte de la Generalitat. “Celebremos que se trabaje en una fecha alternativa y esperamos que sea posible”, dijo la portavoz del Govern Meritxell Budó. Pese a la cautela, se trata de una posición que va en contra de lo que ha defendido el Ejecutivo de Quim Torra hasta ahora. El propio president alertó hac...
La decisión de la Cambra del Llibre y del Gremi de Floristes de posponer la celebración de Sant Jordi, con modificaciones, hasta el 23 de julio fue recibida ayer con beneplácito por parte de la Generalitat. “Celebremos que se trabaje en una fecha alternativa y esperamos que sea posible”, dijo la portavoz del Govern Meritxell Budó. Pese a la cautela, se trata de una posición que va en contra de lo que ha defendido el Ejecutivo de Quim Torra hasta ahora. El propio president alertó hace una semana que “tardaríamos mucho” en recuperar eventos de tipo masivo, mencionando por ejemplo los partidos de fútbol o festivales musicales.
La situación del sector editorial tras un mes sin actividad en las librerías roza la tragedia. La certeza de que la celebración del día del libro y de la rosa dentro de siete días no podrá ser es prácticamente el tiro de gracia. De ahí que tanto el Gremi como la Cambra se volcaran a fondo para encontrar una alternativa, también con la complicidad del departamento de Cultura.
Patrici Tixis, presidente de la entidad que agrupa a todo el sector editorial, aceptó el pasado martes que en la nueva fecha igual habrá que mantener medidas de distanciamiento físico y se abrió a pactar con las Administraciones nuevos escenarios más apropiados y seguros. Todos asumen, de entrada, que uno de los días grandes en Cataluña tendrá un perfil mucho más bajo del acostumbrado. Algunas librerías más pequeñas incluso hacen un tercio de sus ventas anuales durante esta celebración .
El Ejecutivo catalán dio su beneplácito a que los organizadores del Sant Jordi planteen alternativas y consideran el escenario de julio “prudente”. “Son tres meses vista. En tres meses pasarán muchas cosas”, defendió ayer la consejera de Salud, Alba Vergés. Desde el Govern defienden que será el comité que timonea la respuesta a la pandemia, el Procicat, el que se encargue de dictar las medidas de seguridad para un evento que saca a millones de catalanes a la calle cada 23 de abril.
Vergés tampoco ocultó que se trata de una fiesta con un fuerte componente emocional y que su celebración da esperanza en un momento crítico del confinamiento. Las dos consejeras, sin embargo, dejaron claro que habrá condicionantes. “Esperamos que no haya ningún rebrote ni la necesidad de un segundo confinamiento, y poder recuperar poco a poco esta normalidad para hacer posible la fecha del 23 de julio”, sintetizó Budó.
Se trata, sin embargo, de un mensaje contradictorio con lo que ha venido defendiendo tanto el Ejecutivo catalán como algunos de los científicos que le asesoran. La Generalitat ha sido muy dura quejándose de la manera como el Gobierno ha planteado relajar las condiciones del confinamiento para que la industria y la construcción volvieran a funcionar. Pero, al mismo tiempo, por Pascua, el consejero de Interior, Miquel Buch, recomendaba enviar a domicilio los millones de tradicionales monas.
El propio Torra, por ejemplo, explicó en una entrevista a RAC-1, hace una semana, que habría que esperar para los grandes eventos. “Tardaremos en ir al Camp Nou y así se lo debemos decir a los ciudadanos por más duro que sea”, aseguró. Una restricción temporal que también extendió a otros ámbitos que, de entrada serían mucho más reducidos que un Sant Jordi, así sea a menor escala. “Un Sónar, un concierto, tardaremos mucho en que eso sea posible. [Ir a] el cine y al teatro, al mismo tiempo que el deporte”, añadió.
El epidemiólogo Oriol Mitjà, al que el propio Torra encargó diseñar una estrategia de desconfinamiento para Cataluña, aseguró también en una entrevista radiofónica que las actividades multitudinarias deberían esperar al otro semestre. “No volvería a abrir el Camp Nou hasta otoño. Los aficionados tendrán que esperar para vivirlo en el campo”. El Primavera Sound, por ejemplo, paso sus fechas de principios de junio a finales de agosto “ante las restricciones impuestas por las autoridades a la celebración de espectáculos públicos”. El Sónar mantiene las suyas, a mediados de junio a la espera del desarrollo de la crisis.
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