La industria catalana retoma la actividad de forma gradual
Las grandes fábricas aguardan volver a la producción, regreso que sí que asumen las pequeñas empresas
La industria catalana retoma este martes la actividad al ralentí, en plena crisis del coronavirus. Grandes fábricas como Seat tardarán todavía días (y semanas) en reanudar su producción. Mientras tanto, las pymes, el grueso, estarán más forzadas a hacerlo en el caso de que en las dos últimas semanas se hayan acogido a la medida del permiso retribuido de sus trabajadores en vez de las ...
La industria catalana retoma este martes la actividad al ralentí, en plena crisis del coronavirus. Grandes fábricas como Seat tardarán todavía días (y semanas) en reanudar su producción. Mientras tanto, las pymes, el grueso, estarán más forzadas a hacerlo en el caso de que en las dos últimas semanas se hayan acogido a la medida del permiso retribuido de sus trabajadores en vez de las regulaciones temporales de empleo (ERTE). Patronales y sindicatos consideran que la puesta en marcha será gradual y dependerá tanto de tener la cadena suministro preparada como que los clientes estén activos. Entre la espada y la pared.
“Yo ya estoy aquí, para que mañana [por este martes] esté todo listo. Abriremos pero no sé muy bien qué haremos, creo que básicamente existencias. No nos queda otra solución que abrir”, explicaba este lunes por la mañana Xavier Panés, propietario de Tecmesy Ibérica, una pequeña empresa con siete trabajadores de Caldes de Montbui (Vallès Oriental) dedicada al aluminio. La empresa no presentó ERTE y las dos últimas semanas, durante la hibernación económica, ha optado por el permiso retribuido que ha acabado este lunes. El empresario ha decidido volver a producir, pero su principal objetivo es conseguir los créditos necesarios que le permitan asumir los gastos con trabajadores y proveedores hasta septiembre, cuando prevé que las comandas vuelvan a tomar vuelo. De momento, tiene preparados guantes, mascarillas e hidrogeles para que sus empleados.
El de Tecmesy es uno de los casos paradigmáticos de la industria catalana. Tanto por tamaño (forma parte de ese 89% de microempresas con entre 1 y 9 asalariados) como por urgencias de caja por la caída de ingresos. Y de las que más obligadas a reabrir están estos días. El secretario general de la patronal vallesana Cecot, David Garrofé, estima que “bastantes empresas [de las permitidas] arrancarán pero no al 100% porque la cadena de suministros y de clientes es disfuncional”. Tomás Díaz, secretario de Política Industrial de CC OO en Cataluña, advierte de que las grandes de momento esperarán mientras que el resto lo harán de forma “progresiva”.
Seat o Nissan, las grandes fábricas catalanas, no tienen todavía planes para retomar la actividad, aunque una parte de la plantilla de Seat, que no es productiva, volverá este martes a las oficinas, pese a que hasta ahora hacían teletrabajo. El comité de empresa ha instado a la Inspección del Trabajo a controlar el regreso a la actividad. Comforsa, una empresa dependiente de la Generalitat, volverá a trabajar mañana pese a las demandas del president Quim Torra de que se prorrogara la etapa de confinamiento reforzado.
La Unión Patronal Metalúrgica no tiene datos sobre el porcentaje que podría optar por volver a la actividad, aunque la industria apunta a ser una de las palancas para salir de la actual crisis dado que el sector turístico está congelado y tardará recuperarse y la inversión doméstica está en mínimos. Los pagos con tarjetas de crédito han caído a la mitad desde que se inició la crisis de la Covid-19 y apenas el gasto en alimentación y farmacia ha visto una mejora en sus cajas registradoras (por pago con tarjeta), del 35%, en las semanas siguientes al inicio de la pandemia, según los datos de CaixaBank.
“La salida de la última crisis fue sobre todo industrial y la industria continuará siendo el factor protagonista esta vez”, apunta Joan Trullén, profesor de Economía Aplicada de la Universitat Autònoma de Barcelona, que reitera una opinión que se repite estos días entre los expertos: la industria requerirá ayudas para que no se ahogue por la falta de recursos, sobre todo en el caso de las pequeñas empresas, sin un cojín que le ofrezca liquidez.
Lo cierto, señala Josep Maria Arauzo, catedrático de Economía de la Universitat Rovira i Virgili, es que pese a ese liderazgo “la industria no se había recuperado al mismo nivel que antes ni en la tipología, ya que algunas actividades se estimaron deslocalizables” y que la actual crisis amenaza con destruir, de nuevo, tejido industrial. Aunque no se atreve a hacer ningún pronóstico.
“Para la industria será muy importante que seamos capaces de vehicular las medidas que se están tomando para que les llegue liquidez”, asume Oriol Aspachs, director del gabinete de estudios de CaixaBank.
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