Asturias prohibirá las bebidas energéticas a menores de 16 años mediante una ley autonómica
El Principado tramita una norma específica que plantea sanciones también para los padres y que se prevé que entre en vigor el año que viene
El Principado trabaja para convertirse en la primera comunidad autónoma de España que regule la venta y el consumo de las bebidas energéticas a través de una ley específica. Con su entrada en vigor, los menores de 16 años no podrán tener acceso a estos productos de forma directa o indirecta, ya que el suministro de este tipo de bebidas por parte de los padres, por ejemplo, también podría ser objeto de sanción. El Ejecutivo autonómico trabaja ...
El Principado trabaja para convertirse en la primera comunidad autónoma de España que regule la venta y el consumo de las bebidas energéticas a través de una ley específica. Con su entrada en vigor, los menores de 16 años no podrán tener acceso a estos productos de forma directa o indirecta, ya que el suministro de este tipo de bebidas por parte de los padres, por ejemplo, también podría ser objeto de sanción. El Ejecutivo autonómico trabaja actualmente, de la mano del departamento de Consumo, en el borrador de la norma. Se espera que en verano esté lista para su revisión y su posterior paso por la Junta General del Principado de Asturias. No sería hasta el 2026 cuando entre en vigor la bautizada como Ley de Bebidas Energéticas. Galicia tramita también una prohibición de estos productos para los menores a través de una norma no específica (Ley de Protección de la Salud de las Personas Menores) y el Ministerio de Consumo ha anunciado que los prohibirá en colegios e institutos.
Hasta la fecha no existe en todo el país ninguna norma en vigor que regule la venta y el consumo de estas bebidas entre menores. “El diagnóstico siempre era el mismo: esto es una plaga”, dice Faustino Zapico, director general de Consumo de Asturias. Durante meses encabezó reuniones con familias, jóvenes y todos los actores implicados en el proceso de venta, distribución y consumo de las bebidas energéticas. “La recepción fue muy buena en todos los sectores, especialmente entre los colegios y las organizaciones juveniles”, afirma Zapico. El asunto ha puesto del mismo lado a todos los grupos políticos, que coinciden en que regular el consumo de estos productos “va en favor de los menores”.
Náuseas, palpitaciones, insomnio, micción constante... La lista de efectos secundarios es larga. Son parte de los ejemplos que evidencia el Plan Nacional de Drogas publicado en el año 2023 por el Gobierno de España. “No son bebidas isotónicas, son otra cosa, por lo que es particularmente peligroso tomarlas justo antes o justo después de practicar deporte”. Dicho de otra manera, en el caso de “un guaje de 15 años que se levanta a las 7.15 para ir al instituto y lo primero que hace es tomarse una lata (medio litro, aproximadamente) de este tipo de bebidas antes de entrar a clase, ¿qué puede salir mal? Todo”, sentencia Zapico.
Regular la publicidad
Poner coto al consumo de bebidas energéticas es complicado. Desde las tiendas de barrio a los grandes almacenes. De los estancos a los quioscos, pasando por supuesto por la hostelería e incluso las máquinas expendedoras. Los espacios en los que se venden este tipo de productos son muchos y de distintos formatos. Algunos, incluso, no requieren de intermediario para tener acceso. En ese sentido, el director de Consumo manda un mensaje de tranquilidad: “Los responsables de máquinas expendedoras fueron los primeros en llamarnos para ponerse a disposición en este tema”.
Una competencia que escapa al Gobierno del Principado es la regulación de la publicidad. Hablamos de los anuncios en todo tipo de espacios públicos, medios de comunicación, e incluso de la denominación que se da a eventos, equipos o las marcas que lucen, por ejemplo, los estadios de fútbol. En ese sentido, al Ejecutivo autonómico solo le queda instar al Ministerio de Consumo a encabezar una iniciativa para regular qué publicidad, dónde y cuándo puede realizarse respecto a las bebidas energéticas.
Según el Informe de resultados la submuestra asturiana de la Encuesta sobre uso de Drogas en Enseñanzas Secundarias en España (’ESTUDES 2023), la prevalencia de consumo de estas bebidas entre los estudiantes de 14 a 18 años de Asturias es del 46,4% en los últimos 30 días, cifra muy parecida a la que se registra a nivel nacional (47,7%). Según el sexo, el consumo es más alto entre los chicos (49,1%), que entre las chicas (43,3%), al igual que ocurre en el resto de España. Atendiendo a la edad, la mayor prevalencia de consumo se lleva a cabo entre el alumnado de 18 años (58,3%), algo que también se produce a nivel nacional, aunque por debajo del valor autonómico (52,4%)
Efectos
Las llamadas por la industria “bebidas energéticas” o “energizantes” son en realidad productos sin alcohol pero con un alto contenido de sustancias excitantes, principalmente cafeína (equivalente a un café expreso en una lata de 250 ml), aminoácidos como la taurina y azúcares, que prometen al consumidor eliminar la fatiga y el agotamiento y aumentar la habilidad mental y la resistencia física, aunque en realidad solamente inhiben temporalmente esas sensaciones. De hecho, los mismos envases advierten de que no se consideran bebidas isotónicas hidratantes y, al margen de los efectos que producen los excitantes y los azúcares que contienen, los estudios concluyen que la amplia variedad de ingredientes adicionales no tienen efecto alguno más allá del señalado.
Dadas las elevadas concentraciones de cafeína y azúcares de muchas de estas bebidas, el Comité Científico de la Agencia Española de Seguridad Alimentaria y Nutrición (AESAN) alerta en un informe sobre los riesgos asociados al consumo de este tipo de bebidas. El estudio establece que el consumo de más de 60 miligramos de cafeína en adolescentes de 11 a 17 años (unos 200 mililitros de bebida energética con 32 mg de cafeína/100ml) puede provocar alteraciones del sueño. A partir de 160 miligramos de cafeína (500 mililitros de una bebida energética con 32 mg de cafeína/100ml), puede provocar efectos adversos generales para la salud: efectos psicológicos, alteraciones del comportamiento y trastornos cardiovasculares.
Los riesgos asociados al consumo de estas bebidas azucaradas con alto contenido en cafeína, no recomendado desde el punto de vista dietético y nutricional en población menor de edad, se incrementa cuando son consumidas mezcladas con alcohol, ya que sus componentes pueden enmascarar el efecto real de la intoxicación etílica, induciendo a continuar la ingesta, con el consiguiente incremento de la cantidad de alcohol en sangre y sus efectos negativos. En Asturias, el 22,6% ha consumido esta combinación en los últimos 30 días, porcentaje ligeramente superior a la media nacional (19,5%).