El PSOE pierde fuelle frente a un PP al alza desde el 23-J

Los populares duplican su ventaja, pero la derecha sigue sin alcanzar la mayoría, según el barómetro de noviembre para EL PAÍS y la SER

Madrid -

El furioso debate sobre los nuevos pactos que el PSOE negocia con el independentismo catalán no provoca por ahora una gran sacudida en las previsiones electorales, pero el PP despunta como el posible gran beneficiado de esta turbulenta atmósfera. Desde las elecciones del pasado 23 de julio, los populares han mostrado, mes a mes, ...

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El furioso debate sobre los nuevos pactos que el PSOE negocia con el independentismo catalán no provoca por ahora una gran sacudida en las previsiones electorales, pero el PP despunta como el posible gran beneficiado de esta turbulenta atmósfera. Desde las elecciones del pasado 23 de julio, los populares han mostrado, mes a mes, una paulatina tendencia al alza, hasta el punto de que en una hipotética repetición electoral más que duplicarían su ventaja sobre los socialistas, según el barómetro de noviembre de 40dB. para EL PAÍS y la SER. A pesar de esa mejoría del partido de Alberto Núñez Feijóo, la encuesta —cuyos datos internos pueden consultarse en las webs de ambos medios— apunta a que el conjunto de la derecha seguiría sin alcanzar la mayoría absoluta en el Congreso, debido al mal momento de Vox.

Por primera vez desde julio, el sondeo mensual del instituto demoscópico detecta signos de desgaste en el PSOE, sometido a una durísima artillería, especialmente intensa por parte de la derecha y de sectores judiciales, ante su proyecto de amnistiar a los encausados del procés independentista catalán. Las pequeñas crecidas que habían logrado los socialistas en los dos meses siguientes al 23-J —sobre todo a costa de Sumar— se han esfumado. En este último barómetro pierden casi un punto y se sitúan medio punto por debajo del obtenido en los comicios: 31,2% ahora frente a 31,7% entonces.

La tendencia es la opuesta en el PP, que avanza otro medio punto en el último mes hasta completar una subida de 1,6 desde las elecciones. De ese modo, Feijóo escalaría hoy al 34,7% de los sufragios, y la exigua ventaja que logró en julio, de apenas 1,4 puntos, sería ahora mucho más holgada, de 3,5. En escaños, los populares sumarían 146 —nueve más que ahora— frente a 122 de los socialistas, que, pese a todo, aumentarían uno con respecto al 23-J.

La mala noticia para el PP es que su avance resultaría estéril, porque el conjunto de la derecha seguiría sin alcanzar la mayoría absoluta necesaria para gobernar. A los 172 diputados que apoyaron el mes pasado el intento fallido de investidura de Feijóo (PP, Vox, Coalición Canaria y UPN) se le agregarían ahora solo dos más. Sumarían 174, frente a los 176 —la mayoría absoluta exacta— del conglomerado de formaciones que están negociando un nuevo Gobierno presidido por Pedro Sánchez.

En la derecha se produce un cierto reagrupamiento de fuerzas alrededor de su representante más clásico, al hacerse el PP con uno de cada 10 votantes que tres meses atrás eligieron la papeleta de Vox. La subida de los de Feijóo no compensa el retroceso de los de Santiago Abascal, según el sondeo. La formación de extrema derecha logró un gran éxito en la calle la pasada semana con una concentración en Madrid contra el proyecto de amnistía —coincidiendo con las fechas en que se realizó el sondeo, entre el 27 y el 30 de octubre— pero, de momento, parece acusar más los conflictos internos que se han sucedido en sus filas. Si en el barómetro anterior había experimentado un cierto repunte, en el de noviembre vuelve a caer. Desde julio, Vox se dejaría por el camino más de un punto y 7 de los 33 escaños que cosechó entonces. Y perdería la tercera posición electoral en favor de Sumar.

Aunque la coalición encabezada por Yolanda Díaz sigue cediendo al PSOE casi un 9% de sus recientes votantes, en el último mes recupera terreno (seis décimas) al mismo ritmo que lo pierden los socialistas. Hoy se situaría en el 11,7%, seis décimas menos que el 23-J, lo que le haría perder 4 de sus 31 diputados actuales.

El voto que retiene cada partido

Votantes que continúan votando al mismo

partido al que votaron en julio

A quién votó

el 23J

A quién votaría

ahora

PP

87,9%

PSOE

79,4%

Vox

83,5%

Sumar

77,8%

Otros

Abstención

45,3%

Indecisos

El voto que retiene cada partido

Votantes que continúan votando al mismo

partido al que votaron en julio

A quién votó

el 23J

A quién votaría

ahora

PP

87,9%

PSOE

79,4%

Vox

83,5%

Sumar

77,8%

Otros

Abstención

45,3%

Indecisos

El voto que retiene cada partido

Votantes que continúan votando al mismo partido al que votaron en julio

A quién votó

el 23J

A quién votaría

ahora

PP

87,9%

PSOE

79,4%

Vox

83,5%

Sumar

77,8%

Otros

Abstención

45,3%

Indecisos

La feroz guerra dialéctica que ha declarado la derecha contra la amnistía no permite por ahora al PP morder en el electorado socialista. El PSOE consigue evitar la temida fuga de votos hacia los populares que sí detectaban las encuestas la pasada primavera, semanas antes de las elecciones, y que a la hora de la verdad no se acabó de concretar, uno de los motivos por los que se frustraron las expectativas triunfales de Feijóo. El estudio de 40dB. apunta a que esa pérdida de los socialistas sigue siendo muy controlada, apenas un 3% de los que se decantaron por su papeleta el 23-J, un flujo que queda compensado por las ganancias de los de Sánchez a costa de Sumar.

La encuesta sí detecta un peligro para la izquierda que aparentemente había logrado conjurar hace tres meses: la posible desmovilización de su electorado. El fenómeno afecta por igual a los dos partidos que aspiran a repetir coalición de Gobierno y se ha acrecentado en el último mes. Alrededor del 12% de los que eligieron las papeletas del PSOE o de Sumar manifiesta que no sabría qué hacer ante una eventual repetición electoral, una tasa que duplica a la registrada entre el electorado conservador.

Entre las fuerzas del nacionalismo periférico, solo una novedad, aunque con posible relevancia simbólica: Junts per Catalunya sacaría partido de su privilegiada posición negociadora con Sánchez, ganaría un escaño y recuperaría, en detrimento de ERC, la hegemonía perdida en el campo independentista catalán.

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