Sánchez, sobre la amnistía: “Estamos negociando”
El líder del PSOE, que sigue sin pronunciar la palabra, afirma en la cumbre de Granada: “Cuando tengamos una posición concreta, el PSOE la dará a conocer”
Pasito a pasito, pero sin pronunciar en ningún momento la palabra, Pedro Sánchez camina hacia el momento en el que hará pública su propuesta para una ley de amnistía que abrirá paso a su investidura. El líder del PSOE evita dar detalles hasta que no tenga la negociación cerrada, porque no sabe cómo acabará y siempre sigue sobre la mesa el riesgo de que no haya acuerdo y la ruptura acabe en repetición electoral. En ese caso, Sánchez reivindicaría...
Pasito a pasito, pero sin pronunciar en ningún momento la palabra, Pedro Sánchez camina hacia el momento en el que hará pública su propuesta para una ley de amnistía que abrirá paso a su investidura. El líder del PSOE evita dar detalles hasta que no tenga la negociación cerrada, porque no sabe cómo acabará y siempre sigue sobre la mesa el riesgo de que no haya acuerdo y la ruptura acabe en repetición electoral. En ese caso, Sánchez reivindicaría que no aceptó las exigencias de los independentistas, y por eso quiere evitar a toda costa dar detalles que lo comprometan en una posible futura campaña electoral. Sin embargo, el plan a es la investidura, y la negociación avanza alrededor de la ley de amnistía.
Sánchez ha reconocido implícitamente en público lo que fuentes del Gobierno confirman abiertamente en privado. ¿Va a haber amnistía o no?, le han preguntado directamente. “Sé que es la pregunta que muchos se hacen; incluso se preguntan por qué no se refiere a ello directamente. Mire, estamos negociando con los distintos grupos, cuando tengamos una posición concreta, después de la negociación, la daremos a conocer, el PSOE la dará a conocer”. No hay ninguna duda de lo que se está negociando, pero Sánchez remata la idea al apelar a los indultos, que el Gobierno ve como la fase previa de la amnistía.
El presidente ya está trabajando para tratar de convencer a los que se oponen a la amnistía, también dentro del mundo progresista, con la idea de que si los indultos funcionaron políticamente, aunque fueran muy criticados en su momento, la amnistía también lo hará aunque en un primer momento tenga un rechazo importante. “Cuando el Gobierno aprobó los indultos, yo tenía la confianza en que contribuyeran a la convivencia y a la estabilización de la política en Cataluña. Hoy tengo la certeza de que fue una buena decisión”, ha subrayado a su llegada a la cumbre europea que se celebra en Granada.
Sánchez admite que las negociaciones “son complejas”, pero confía en lograr pronto un acuerdo no solo para la investidura, sino para toda la legislatura; es decir, que incluya los Presupuestos y las leyes decisivas. Sin embargo, entiende que no es fácil poner de acuerdo a un arco parlamentario “con distintos intereses”. “Hemos perdido cinco semanas, la sociedad española quiere un Gobierno en plenas condiciones con urgencia. Mi objetivo es cerrar esa negociación para poder iniciar una legislatura que estará centrada en seguir avanzando en derechos y libertades y progreso para la mayoría social de este país y también seguir cultivando la convivencia y el reencuentro y siempre en el marco de la Constitución”.
Ante la desconfianza de la oposición, que insiste en que la ley de amnistía no puede ser constitucional, Sánchez trata de tranquilizar a los ciudadanos con la idea de que él ya lleva cinco años en La Moncloa y siempre ha respetado la Constitución, y no va a cambiar eso. “No soy un presidente del Gobierno nuevo, hemos vivido circunstancias excepcionalmente complejas y hemos demostrado que el método es el diálogo y el marco [es] la Constitución”, ha rematado.
Sánchez se concentra durante estos dos días en Granada en su agenda internacional, que también le sirve internamente para consolidar la imagen de que sigue al frente del Gobierno mientras Alberto Núñez Feijóo se va afianzando como líder de la oposición. La única posibilidad del líder del PP para llegar a La Moncloa en este momento pasa precisamente por un fracaso de las negociaciones que lleve a una repetición electoral. Y por eso La Moncloa trabaja a fondo para evitarlas.
Mientras Sánchez está en Granada, pendiente en todo momento a través del teléfono móvil de la evolución de las negociaciones, su equipo sigue con intensos contactos discretos con los independentistas y todos los demás aliados que necesita para llegar a los 179 escaños a los que aspira. La semana que viene, Sánchez hará las fotos formales con los portavoces de esos grupos decisivos, después de verse el miércoles con Yolanda Díaz, con quien gobernará en coalición. Pero esa será solo la parte pública. Por debajo, las negociaciones se multiplican con la ley de amnistía como eje del gran pacto de legislatura que está buscando el PSOE.
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