El Rey convoca una nueva ronda de consultas tras el fracaso de Feijóo
El líder popular se queda en 172 votos a favor frente a 177 en contra y uno nulo, mientras el PSOE y Sumar lo acusan de montar una “farsa”
El plan A, la investidura, se sabía condenado al fracaso, como se consumó este viernes. Ahora llega el momento del plan B de Alberto Núñez Feijóo: reclamar una nueva oportunidad en las urnas tras no conseguir sus objetivos el 23 de julio. Y si esto ta...
El plan A, la investidura, se sabía condenado al fracaso, como se consumó este viernes. Ahora llega el momento del plan B de Alberto Núñez Feijóo: reclamar una nueva oportunidad en las urnas tras no conseguir sus objetivos el 23 de julio. Y si esto tampoco fructifica, siempre quedará la oposición sin límite de decibelios, el plan C. Feijóo se lo dejó muy claro a Pedro Sánchez tras el definitivo no del Congreso a su investidura. O renuncia a pactar con los independentistas y facilita nuevas elecciones o arrastrará el estigma del “Gobierno de la mentira”, un Gobierno cuyos miembros serían, en palabras del líder del PP, “tránsfugas de sus principios”. De momento, el Rey, tras ser informado oficialmente del fracaso de Feijóo por la presidenta del Congreso, Francina Armengol, ha convocado una nueva ronda de consultas con los partidos para el lunes y el martes. El turno de Sánchez empieza a vislumbrarse en el horizonte.
El ruido, la polarización, la hipérbole… Todo eso es moneda corriente en la política española, aderezado además con toques de surrealismo. No faltaron este viernes, en la segunda votación sobre la investidura de Feijóo. El primero sucedió fuera de la Cámara, un altercado en el AVE de Valladolid a Madrid después de que un pasajero increpara al diputado socialista Óscar Puente, figura estelar en la sesión del martes por su sorprendente y corrosiva irrupción como ocasional portavoz del PSOE. El segundo se originó en el propio hemiciclo, por el error de un diputado que no tenía la mayor trascendencia sobre el resultado final.
Cuando fue llamado para emitir su voto de viva voz, el parlamentario de Junts Eduard Pujol respondió con un “sí”. Pujol se dio cuenta al momento, se sonrió y corrigió al “no”. Pero la popular Carmen Navarro, que ejercía en ese momento de secretaria, solo dejó constancia del “sí” inicial. El resultado de la votación no se alteraba en absoluto, los pronunciamientos contrarios a Feijóo —PSOE, Sumar, ERC, Junts, EH Bildu, PNV y BNG— sumaban seis más que los favorables —PP, Vox, Coalición Canaria y UPN—. Pero cuando llegó el momento del recuento, saltaron chispas entre los miembros de la Mesa. Después de varios minutos de discusiones entre los representantes de la izquierda y los del PP, con los letrados de por medio, se acordó dar el voto por nulo. Los populares hicieron ver su indignación, primero en el hemiciclo y luego en los pasillos.
El marcador final quedó 177 a 172. “Pero se puede perder una votación y ganar un debate”, se ufanó la portavoz popular, Cuca Gamarra. El propio Feijóo abundó en los pasillos: “Ha merecido la pena”. Sobre todo para disipar las especulaciones sobre el liderazgo del político gallego. El PP comenzó el debate el martes con una foto de todos sus diputados y senadores arropando a Feijóo y lo cerró este viernes con la misma imagen. Por el medio pasaron tres días con el líder popular meciéndose entre ovaciones y parabienes de los suyos.
El candidato a presidente volvió a centrar su discurso final en la posible amnistía a los encausados por el procés apelando expresamente a Sánchez para intentar sacarlo de su silencio:
—¿Amnistía sí o no? Yo digo que no. ¿Y usted? Hable claro, no se esconda, diga lo que España va a tener que soportar para que usted siga siendo presidente del Gobierno.
Feijóo dio la vuelta a las acusaciones del PSOE por haber incitado al transfuguismo entre sus filas. Para el PP, los tránsfugas “de sus votantes y de sus principios” son los socialistas que siguen a Sánchez, dispuesto a aprobar una amnistía que antes negaba. Por ello, si consigue mantenerse en el poder, el líder socialista encarnará “el Gobierno del engaño, el Gobierno de la mentira”, fruto de la “degradación moral y política” en que ha hundido al país. Para evitarlo, Feijóo pide el regreso a las urnas.
Los populares acompañaron esos ataques de constantes aplausos y estallaron de inmediato en protestas cuando el socialista Puente se subió al estrado y los acusó a ellos de “deslealtad” al Rey. La tesis de Puente es que Feijóo “ha utilizado a la Corona” para protagonizar un “simulacro de investidura” y “coronarse como líder de su partido”. Otros portavoces repitieron una acusación similar. Marta Lois, de Sumar, tachó de “farsa” lo sucedido en los últimos días, un debate escenificado sobre “la gran mentira de que no va a ser presidente por sus principios”. Lois recriminó a Feijóo que ahora asuma medidas como la subida del salario mínimo o el llamado escudo social tras haberlas combatido en su día.
Desde hace tiempo, los discursos de Vox parecían caricaturizar a Sánchez como una especie de supervillano de cómic. Santiago Abascal confirmó que esa era exactamente la intención: “Usted sería el malo de cualquier película, de cualquier serie. El más villano, el más inmoral…”. Abascal pasó por alto siglos de guerras, dictaduras y escándalos para sentenciar que el socialista es “el gobernante más corrupto de la historia de España”.
Mientras en el Congreso se daban las últimas pinceladas al debate, en Barcelona el Parlament se disponía a aprobar una propuesta que sitúa el referéndum de autodeterminación como condición para la investidura de Sánchez. En Madrid los portavoces del independentismo se mostraron más cautos. Teresa Jordà, de ERC, señaló que la amnistía debe “abrir el camino a una nueva fase de negociación” con el referéndum como objetivo. Por Junts, Míriam Nogueras combatió la idea de que una consulta popular rompería la convivencia y acabó con un mensaje que encerraba uno de los habituales reproches a sus competidores en el campo independentista: “No hemos estado años en la oposición para hacer lo que se ha hecho hasta ahora y no ha tenido resultados positivos”.
La investidura ha dibujado de momento dos bloques claros, con una sola diputada en medio. Se trata de la representante de Coalición Canaria, Cristina Valido, que votó a favor de Feijóo por comprometerse con sus demandas para el archipiélago, pero dejó caer que también puede respaldar a Sánchez si este se compromete a lo mismo. Valido se quejó de los insultos que dice que ha recibido en las redes sociales y preguntó dirigiéndose a ambos lados del hemiciclo: “¿Por qué se odian ustedes tanto?”.
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