Zelenski y el holandés Rutte presionan a Sánchez para que entregue a Kiev misiles Patriot
El turco Erdogan no quiere que España retire la batería antimisiles que tiene desplegada en su país desde 2015
Holanda y Ucrania presionan a España para que se sume a la “coalición Patriot” y suministre a Kiev sistemas de defensa antimisiles para protegerse de los ataques rusos. El presidente ucranio, Volodímir Zelenski, trasladó su petición a Pedro Sánchez durante la entrevista que ambos mantuvieron el día 1 en la cumbre de la Comunidad Política Europea (CPE), en las proximidades de Chisinau, la capital moldava. Y el asunto también ha sido ...
Holanda y Ucrania presionan a España para que se sume a la “coalición Patriot” y suministre a Kiev sistemas de defensa antimisiles para protegerse de los ataques rusos. El presidente ucranio, Volodímir Zelenski, trasladó su petición a Pedro Sánchez durante la entrevista que ambos mantuvieron el día 1 en la cumbre de la Comunidad Política Europea (CPE), en las proximidades de Chisinau, la capital moldava. Y el asunto también ha sido objeto de consultas con el primer ministro holandés, Mark Rutte, y el presidente turco, Recep Tayyip Erdogan, en cuyo país tiene desplegado el Ejército español una batería de misiles Patriot en el marco de la OTAN.
Estados Unidos anunció en diciembre pasado la entrega a Ucrania de su sistema antimisiles —formado por lanzador, radar y estación de control—, para cuyo manejo un centenar de militares ucranios se instruyeron en la base de Fort Still (Oklahoma); y Alemania se sumó a la iniciativa con la entrega de otra batería. A finales de abril llegaron a Ucrania los primeros lanzadores Patriot y uno de ellos resultó ya dañado en un ataque ruso contra Kiev el pasado 16 de mayo, según reconoció el Pentágono.
Sin embargo, quien se ha convertido en abanderado de la iniciativa para dotar a Ucrania de un escudo que proteja sus principales ciudades y centros estratégicos de ataques con misiles y drones es el primer ministro holandés, quien anunció que su país entregaría el sistema Patriot a Ucrania tras reunirse con el presidente estadounidense Joe Biden en la Casa Blanca, el 17 de enero. En Moldavia, Rutte se comprometió ante Zelenski a reforzar su defensa aérea con sistemas Patriot y cazas F-16.
Al contrario de lo que sucede con la “coalición F-16″ —el grupo de países que planea la entrega a Zelenski de aviones de combate—, a la que España no puede unirse por no tener en su inventario este modelo de caza estadounidense, el Ejército español sí dispone de dos baterías de misiles Patriot compradas de segunda mano a Alemania en 2004 y 2014.
España no es el único país al que Kiev ha tanteado para que le suministre Patriot. También lo ha hecho con Suecia, Polonia o Rumania; e incluso con países de fuera de Europa que disponen de dicho misil, como Emiratos Árabes Unidos (EUA). “Para Ucrania, reforzar las defensas aéreas es crucial y el Patriot es una de las mejores opciones. Kiev necesita más lanzadores y también más misiles para reponer los que gaste”, señala una fuente aliada.
El problema de España es que una de sus dos baterías —la única que cumple con todos los requisitos operativos que exige la OTAN— está desplegada en la base turca de Incirlik desde 2015, mientras que la otra se encuentra en Marines (Valencia) y se considera imprescindible para la defensa nacional. España estaría dispuesta a ceder a Kiev la batería desplegada en Turquía, pero el presidente Erdogan ha dejado claro su interés en que los Patriot sigan en su país incluso más allá del 31 de diciembre de este año, cuando concluye el actual compromiso. Hace tiempo que la presencia de los Patriot en Turquía ya no responde a una necesidad militar, pues el riesgo de un ataque con misiles desde Siria se ha esfumado tras el fin de la guerra civil en el país vecino, pero tiene un alto contenido político, pues visibiliza la solidaridad de la OTAN con Turquía, un socio díscolo que está obstaculizando el ingreso de Suecia en la Alianza Atlántica. España es el único país que mantiene viva esta misión aliada.
Además, las dos baterías Patriot que tiene España están al final de su vida útil y habrá que darlas de baja si no se procede a su modernización. Defensa tiene un programa, dotado con 1.400 millones de euros, para modernizar las baterías de la versión 2+ a la 3+ y dotarlas de una verdadera capacidad antimisil y no solo antiaérea, pero está pendiente de autorización por parte de Estados Unidos. La compra de una nueva batería, para sustituir a la que eventualmente entregase a Kiev, se demoraría aún más, según fuentes militares.
Lo que sí ha suministrado España a Ucrania son 10 carros de combate Leopard, 40 blindados TOA (Transporte Oruga Acorazado) M-113, misiles antiaéreos Aspide y Hawk y antibuque Harpoon, entre otro material. La última entrega ha consistido en media docena de lanchas Supercat de Infantería de Marina, con capacidad para transportar un pelotón de fusileros, especialmente aptas para realizar operaciones de comando, por su gran velocidad (40 nudos, 74 kilómetros por hora) y su capacidad para navegar en aguas minadas, debido a su escaso calado y la ausencia de casco metálico. Esta fue una de las peticiones que el ministro de Defensa de Ucrania, Oleksii Reznikov, planteó a su homóloga, Margarita Robles, durante su visita a Madrid, en abril.
La semana que viene, en medio de las conversaciones sobre qué marco de relación ofrecerá la OTAN a Ucrania en su próxima cumbre, el 11 y 12 de julio en Vilnius (Lituania) y qué garantías de seguridad puede darle, los ministros de Defensa de los países aliados debatirán también sobre las medidas de apoyo a Kiev. El ritmo y el sostén se ha mantenido, pero cuando la contraofensiva ucrania está mostrando los primeros síntomas de comenzar —aunque puede verse ralentizada por la voladura de la presa de Nova Kajovka—, las demandas de armas de última generación con las que protegerse de los ataques y atravesar las fortificaciones que ha levantado Rusia en las zonas ocupadas en el este del país son crecientes.