Francisco Camps arremete contra el tribunal: “En un juzgado de pueblo, el juez habría levantado ya la sesión”
El expresidente valenciano colma la paciencia de la Sala al hacer comentarios despectivos y chascarrillos desde el banquillo del juicio del ‘caso Gürtel’. Dos abogados de otros acusados han denunciado insultos
Francisco Camps ha agotado definitivamente la paciencia del tribunal. El magistrado José Antonio Mora, que preside la sala de la Audiencia Nacional que enjuicia al expresidente valenciano por su supuesta implicación en el caso Gürtel, ha ordenado este martes al político del PP que se siente en primera fila del banquillo de los acusados después de que un abogado denunciase que lo llamó “miserable” durante el in...
Francisco Camps ha agotado definitivamente la paciencia del tribunal. El magistrado José Antonio Mora, que preside la sala de la Audiencia Nacional que enjuicia al expresidente valenciano por su supuesta implicación en el caso Gürtel, ha ordenado este martes al político del PP que se siente en primera fila del banquillo de los acusados después de que un abogado denunciase que lo llamó “miserable” durante el interrogatorio de otro procesado. Ese incidente no es el único que ha protagonizado el exdirigente popular durante la vista. El lunes, durante la tercera sesión, Camps hizo chascarrillos (provocando las risas de otros acusados) e incluso, dirigiéndose a los letrados de otros acusados, pronunció comentarios despectivos sobre el tribunal: “En un juzgado de paz de pueblo, el juez habría levantado ya la sesión y habría dicho: ‘¡Pero esto qué es!”, exclamó durante la declaración de Álvaro Pérez, El Bigotes.
El tribunal obliga a Camps a sentarse en primera fila del banquillo tras la denuncia de un abogado por llamarlo “miserable”
Camps vive su juicio con enorme tensión, después de que una decena de acusados pactase con la Fiscalía Anticorrupción y de que los líderes de la trama Gürtel, que saltó a la luz hace ya 14 años, lo hayan señalado como la vía de entrada de la red corrupta en la Comunidad Valenciana. Tras la sesión del 31 de enero, el expresidente regional llegó a encararse con el líder de la trama, Francisco Correa, que había declarado ese día contra él. Según explicó el empresario, el exdirigente popular se fue hacia él, le llamó “hijo de puta” y le recriminó haber “mentido”. Aquel día, EL PAÍS escuchó cómo el político bajaba por las escaleras de la Audiencia Nacional, a escasos metros de la sala de vistas, al grito de “es un hijo de puta”.
Al reanudarse el juicio el lunes, tres semanas después, Camps aguantó mejor los nervios. Pasó las horas en el banquillo con el libro Dios y el mundo, del fallecido papa Benedicto XVI, entre las manos. Pasaba las páginas de vez en cuando y miraba su móvil, pero aquello no evitó que hiciera aspavientos, comentarios y chascarrillos durante el interrogatorio de Álvaro Pérez. En un momento de la declaración de El Bigotes, cuando este se refería a una tercera persona, el expresidente valenciano exclamó: “¡Uno calvo!”, mientras se tocaba la cabeza con una mano, provocando las risas de otros acusados que se sentaban cerca.
Tras la sesión del lunes, ante las cámaras de televisión, a las que busca a la entrada y salida de cada vista, el popular resumió la tercera jornada y acusó a la Fiscalía Anticorrupción de atacarlo injustamente. “[Esto no ocurriría] en un juzgado de paz del pueblo más pequeño de España […] Ahí le hubiesen dicho: ¿pero esto qué es? ¿Por qué busca la persecución del señor Camps?”, dijo, refiriéndose a él mismo. El tribunal llegó a darle un toque de atención durante la vista de ese día: “Señor Camps, por favor, guarde silencio y respeto a la sala”.
El expresidente autonómico lleva meses cargando contra la Fiscalía Anticorrupción, a la que acusa de fabricarle un “montaje espectacular”. “Es un escándalo absoluto. La Fiscalía Anticorrupción lleva 14 años intentando destruir mi trabajo como presidente de la Generalitat, y el de tanta gente que colaboró conmigo en el gran proyecto que pusimos en marcha en la Comunidad Valenciana”, dijo el 23 de enero. También intentó apartar a varios jueces del tribunal —entre ellos, al presidente José Antonio Mora— por falta de “imparcialidad”; y cargó contra el magistrado instructor, José de la Mata, por abrirle supuestamente una investigación prospectiva, prohibida por ley.
El ministerio público pide dos años y medio de cárcel para Camps por delitos de prevaricación y fraude. Tanto la Fiscalía como el juez instructor concluyeron que el expresidente maniobró para adjudicar de forma irregular un contrato en 2009 a las empresas de la trama Gürtel y favorecer así a la red de Francisco Correa, “como venía haciendo desde 2005”. “Constan evidencias”, escribió el magistrado De la Mata, “de que [el exdirigente del PP] decidió la adjudicación a Orange Market [la mercantil de la trama en la Comunidad Valenciana] y que dio las instrucciones oportunas para que se produjera tal resultado”.
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