Prácticas con la Ertzaintza para universitarios aspirantes a policías: “Quiero entrar en el FBI”

La policía vasca tiene suscritos convenios con 13 universidades y recibe este año a 49 estudiantes en sus comisarías

Un grupo de universitarios junto a una instructora de la Ertzaintza en la sede central de la Policía vasca, en Erandio (Bizkaia).Javier Hernández

June Batiz es licenciada en Criminología e hizo la especialidad de Psicología Clínica y Forense. Quiere dedicarse a la investigación criminal, porque le apasiona “conocer la mente de las personas que cometen un crimen”. Su objetivo profesional es muy claro: “Quiero entrar en el FBI”. Mira muy alto esta bilbaína de 25 años que este verano terminará un máster en Perfilación Criminal en la Universidad a Distancia de Madrid (UDIMA) y ahora está realizando las prácticas en la Ertzaintza. La policía vasca viene recibiendo de forma...

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June Batiz es licenciada en Criminología e hizo la especialidad de Psicología Clínica y Forense. Quiere dedicarse a la investigación criminal, porque le apasiona “conocer la mente de las personas que cometen un crimen”. Su objetivo profesional es muy claro: “Quiero entrar en el FBI”. Mira muy alto esta bilbaína de 25 años que este verano terminará un máster en Perfilación Criminal en la Universidad a Distancia de Madrid (UDIMA) y ahora está realizando las prácticas en la Ertzaintza. La policía vasca viene recibiendo de forma ininterrumpida desde 2014 a universitarios que deciden completar sus estudios en sus unidades, principalmente para reforzar su formación académica en materias relacionadas con los delitos de odio, la violencia de género, investigación criminal o técnicas de policía científica, entre otras. El Departamento de Seguridad tiene firmados convenios con 13 universidades y este año atiende a 49 estudiantes en prácticas.

Los universitarios acuden a la Ertzaintza para hacer las prácticas de grado o master, preparar sus trabajos de fin de grado (TFG) o máster (TFM), terminar tesis doctorales o documentar sus estudios de investigación. Joseba Gutiérrez, miembro de la Jefatura de Cooperación Exterior de la Ertzaintza, explica que este servicio de colaboración con las universidades se consolidó hace ocho años (ETA ya había anunciado el fin de la lucha terrorista), coincidiendo con el impulso de “un nuevo modelo de policía que hacía hincapié en mejorar la relación con la ciudadanía y visibilizar su trabajo social”. Comenzaron con alumnos de universidades vascas (la UPV y Deusto); en la actualidad, las peticiones llegan de la Universidad de la Rioja, la UDIMA, la Pontificia Comillas, la Autónoma de Barcelona, La Carlos III o la Católica de Valencia. Reciben incluso solicitudes del extranjero que son desestimadas por “razones administrativas o la barrera del idioma”. “Todo se hace a coste cero para las universidades”, precisa Gutiérrez. Los Mossos d’Esquadra ―la policía autonómica catalana― no tienen establecido un sistema de prácticas para universitarios como el que opera en la Ertzaintza.

Sandra Sagué, 22 años de edad, es madrileña y estudia el doble grado de Criminología y Trabajo Social en la Comillas de Madrid: “Yo buscaba unas prácticas que fuesen lo más parecido a la realidad policial porque quiero opositar a policía nacional. En Madrid no encontré una opción para hacerlas en una comisaría. Solo llevo tres días de prácticas en la Ertzaintza y esto tiene buena pinta”. Acude junto a otros tres compañeros de la misma universidad a la sede central de la Policía Autónoma vasca en Erandio (Bizkaia), donde asisten a clases teóricas sobre delitos de odio que imparte la agente Kontxi. Durante las prácticas, explica la estudiante de Las Rozas, tienen previsto compartir experiencias con los agentes de la comisaría de Bilbao encargados de delitos de violencia de género. Aunque es poco tiempo para valorar cómo está yendo la práctica, Sagué afirma que en la Ertzaintza “están siendo muy atentos con nosotros y se nota que quieren que aprendamos mucho”.

Este es el primer contacto que tienen los universitarios con el mundo laboral antes de obtener su título académico. Gutiérrez, encargado de coordinar las prácticas, asegura que durante este periodo tratan de que “los estudiantes tengan una experiencia vital y se vayan con un buen recuerdo de su estancia entre nosotros, aprendan lo máximo para mejorar su capacitación profesional y comprendan que la seguridad y la prevención delictiva no son monopolio de la policía, sino una responsabilidad que atañe a toda la sociedad”.

Estudiantes universitarios asisten a una clase sobre delitos de odio en la sede central de la Ertzaintza.Javier Hernández

Las principales disciplinas que se imparten en las sedes de la policía vasca a estos alumnos están relacionadas con la criminología, la investigación criminal y lo referido a los delitos de odio y violencia de género y doméstica. “Todos los años se hace una estimación de las plazas que tiene disponible cada jefatura de la Ertzaintza y, en función de ello, se firman acuerdan con las universidades las plazas que se ofertan. En la actualidad hay 36 alumnos de la universidad pública vasca (11 de Derecho, 22 de Criminología y 3 de Biología), cinco de la Universidad de La Rioja (3 son másteres y dos de Criminología), otros tres de Criminología de la Universidad Internacional de La Rioja, un máster en Perfilación Criminal de la UDIMA y cuatro de la Pontificia de Comillas (tres de Criminología y uno de Sociología).

Solo hay númerus clausus para la especialidad de Policía Científica por “las limitaciones para colocarlos en los laboratorios de química, medicina forense o biología genética”, comenta Gutiérrez. Además de los estudiantes en prácticas, otros están desarrollando sus trabajos finales (12 TFG y siete TFM) sobre temas relacionados con delitos sexuales (pornografía, abusos a menores o agresiones eclesiásticas), delincuencia juvenil, suicidio, estafas con criptomonedas... Todos los estudiantes están sujetos a un compromiso de confidencialidad sobre los aspectos que tengan conocimiento durante sus prácticas y están obligados a no revelar “ningún dato o circunstancia de los casos que conocen durante las clases”.

“Práctica verdadera”

A los universitarios se les asigna un centro policial “para que realicen una práctica verdadera”. Gutiérrez asegura que “aprenden con las herramientas técnico policiales con que cuenta la Ertzaintza, participan con los agentes como observadores en determinadas actuaciones o incidencias que se dan durante el periodo de prácticas, asisten a las tomas de declaración a los detenidos o acompañan a sus tutores cuando van al juzgado a tramitar expedientes…”. La joven Batiz, futura aspirante al FBI, se integrará en la sección de Investigación Criminal territorial de Bizkaia que persigue a implicados en robos con menores, homicidios y delitos informáticos. Ella ya había pasado por una experiencia similar en la Policía Nacional y en la Guardia Civil: “Me gusta todo lo relacionado con las investigaciones policiales y quería conocer cómo se trabaja en la Ertzaintza”. Gutiérrez confía en que Batiz pueda lograr su objetivo de llegar al FBI, siquiera como ayudante externa, porque “detrás de su apariencia tímida y su carácter dulce y sosegado se esconde una mujer fuerte, tenaz y con un futuro profesional muy prometedor”.

La Ertzaintza ha recibido peticiones de colaboración para trabajos finales de grado y master de alumnos universitarios de la Guardia Civil y de la Policía Nacional, también de estudiantes de academias de policía de Noruega y Chequia, y de universitarios radicados en Eslovenia y Letonia. No está cerrada la puerta a la colaboración con centros educativos europeos, pero las solicitudes que llegan del extranjero han sido desestimadas por razones administrativas que dificultan establecer convenidos con aquellas entidades académicas.

Alumnos en prácticas en la sede central de la Ertzaintza en Erandio (Bizkaia).Javier Hernández

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