España eleva su nivel de alerta ante el temor a ciberataques rusos
Robles ordena buscar más armamento para realizar nuevos envíos a la resistencia ucrania
La guerra de Ucrania no solo se libra sobre el terreno, sino también en el ciberespacio. España ha elevado al nivel tres su alerta de ciberseguridad y está prestando especial atención a los ataques informáticos procedentes de Rusia y Ucrania, según reveló el miércoles en el Congreso la ministra de Defensa, Margarita Robles. Aunque el nivel de alerta es todavía medio (la escala tiene cinco grados), se ha creado un comité de ciberseguridad, dirigido por el Centro Criptológico Nacional (el organismo específico en la m...
La guerra de Ucrania no solo se libra sobre el terreno, sino también en el ciberespacio. España ha elevado al nivel tres su alerta de ciberseguridad y está prestando especial atención a los ataques informáticos procedentes de Rusia y Ucrania, según reveló el miércoles en el Congreso la ministra de Defensa, Margarita Robles. Aunque el nivel de alerta es todavía medio (la escala tiene cinco grados), se ha creado un comité de ciberseguridad, dirigido por el Centro Criptológico Nacional (el organismo específico en la materia que depende del servicio secreto CNI), bajo el paraguas del Comité de Crisis activado en La Moncloa al inicio de la crisis de Ucrania.
España no participa en la guerra de Ucrania pero, como los demás países de la UE y la OTAN, ha impuesto duras sanciones económicas a Moscú y ha entregado armas al Gobierno de Kiev, por lo que está expuesta a represalias. Robles se ha mostrado dispuesta a realizar nuevas entregas de armas a las autoridades ucranias, a pesar de que esta medida ha provocado fuertes tensiones con Podemos, el socio minoritario del Gobierno de coalición. “Dentro de las disponibilidades [de España], si Ucrania lo necesita, enviaremos el material que tengamos y que pueda ayudar a esa defensa heroica que están haciendo los ucranianos”, ha dicho Robles a su llegada al Congreso. Fuentes de su departamento han indicado que la ministra ha dado instrucciones para que se rebusque material en los arsenales de las Fuerzas Armadas para realizar un nuevo envío, aunque mandos militares sostienen que las existencias están agotadas y habría que hacer pedidos a las empresas fabricantes.
Ante la Comisión de Defensa del Congreso, la ministra ha defendido que las armas entregadas por España a Kiev son “de fácil utilización”, “no necesitan un adiestramiento específico” y se encuentran “en buen estado de funcionamiento”. Frente a quienes insinúan que se trataba de armamento obsoleto, ha sostenido que lo que se entregó es “material sin estrenar, que había sido adquirido para nuestras tropas y habrá que reponer”. El pasado fin de semana partieron de la base de Los Llanos (Albacete) cuatro aviones A400M del Ejército del Aire con 1.370 lanzagranadas C-90, 700.000 cartuchos y ametralladoras ligeras.
La ministra no ha querido cuantificar el coste del armamento letal entregado a Ucrania, pero ha indicado que se sufragará con el fondo de 450 millones de euros para material ofensivo y 50 para defensivo habilitado por la UE, del que España es el cuarto contribuyente, con 45 millones. Sí ha señalado que las 20 toneladas de equipos de protección personal (5.000 cascos balísticos, chalecos antifragmento y trajes NBQ) entregados una semana antes a las autoridades de Kiev tenían un coste de tres millones.
Robles ha defendido la solidaridad con el Gobierno ucranio, apelando a su “derecho a la legítima defensa” y ha subrayado que la invasión rusa solo es “un eslabón más en un diseño a largo plazo que no se limita a Ucrania”. Y ha adelantado la disposición de la sanidad militar a instalar un hospital de campaña cerca de la frontera ucrania para atender a los heridos si fuera necesario.
También ha dejado abierta la puerta a ampliar el despliegue del Ejército del Aire en el este de Europa, en misiones de policía aérea. Una vez concluida el 31 de marzo la actual misión en Bulgaria (en la que participan cuatro Eurofighter y 130 militares), otros seis cazas se desplegarán durante cuatro meses a partir del 1 de abril en Lituania y, a continuación, podrían hacerlo en Estonia, junto con un destacamento alemán. Esta última misión, que supondría mantener prácticamente durante todo el año aviones de combate españoles cerca de la frontera rusa, estaba prevista en el acuerdo aprobado en diciembre pasado por el Consejo de Ministros, pero está pendiente de la asignación de los correspondientes recursos. La ministra ha subrayado, en todo caso, que no se trata de aportaciones extraordinarias”, sino de “ajustes operativos solicitados por la OTAN dentro de las contribuciones ordinarias”.
Robles ha detallado ante los diputados las misiones internacionales de las Fuerzas Armadas españolas, cuyo coste total ascendió en 2021 a 903,4 millones. La participación de buques en las flotas de la OTAN costó 161,2 millones, el despliegue de un grupo mecanizado en Letonia, 85,2 millones; y el de aviones de combate en el este de Europa, 83,2 millones. Las misiones más caras, tras las agrupaciones navales, fueron las de Líbano (140,2 millones), Irak (107) y Malí (103).
El coste de las misiones en el exterior experimentará este año un incremento, ya que España ha decidido reforzar con otros 150 militares (hasta llegar al medio millar) sus tropas en Letonia. Además, la asunción del mando de los cascos azules en Líbano por parte del general español Aroldo Lázaro supondrá el refuerzo del contingente español con 110 efectivos y dos helicópteros.