El pacto europeo pone a prueba las reformas pero facilita el Presupuesto
La Moncloa asume que habrá que “buscar el momento” para el cambio en el mercado laboral
El Gobierno vive sus horas más dulces desde que arrancó en enero. Nunca hasta ahora, ni siquiera cuando no se vislumbraba la pandemia, el Presupuesto —y la posibilidad de alargar la legislatura— estuvo tan cerca. El cañonazo de 140.000 millones que recibirá España, tras el acuerdo europeo de la madrugada del martes, facilita la aprobación de unas cuentas que el Ejecutivo planea presentar en septiembre con los apoyos atados. Sin ...
El Gobierno vive sus horas más dulces desde que arrancó en enero. Nunca hasta ahora, ni siquiera cuando no se vislumbraba la pandemia, el Presupuesto —y la posibilidad de alargar la legislatura— estuvo tan cerca. El cañonazo de 140.000 millones que recibirá España, tras el acuerdo europeo de la madrugada del martes, facilita la aprobación de unas cuentas que el Ejecutivo planea presentar en septiembre con los apoyos atados. Sin embargo, la condicionalidad de las ayudas vuelve a poner en la diana la derogación de la reforma laboral. Bruselas no la ve con buenos ojos y los socios del Gobierno de coalición —PSOE y Unidas Podemos— chocan en sus posiciones: La Moncloa asume que “habrá que buscar el momento” para abordar ese cambio.
El Gobierno recurrió este martes insistentemente al calificativo de “histórico” para definir el acuerdo europeo alcanzado de madrugada. El pacto, por el que España recibirá 140.000 millones, da aire a un Ejecutivo que, tras la investidura en enero, tenía una prueba de fuego con los Presupuestos. Los fondos europeos —algo más de la mitad en ayudas directas— permiten al Gobierno la elaboración de unas cuentas expansivas con las que tapar los agujeros de la crisis derivada de la pandemia. Y si se aprueban acabarán con la incógnita de la duración de la legislatura. “No se entendería que [el acuerdo en Europa] no tuviera como continuidad un proyecto de Presupuestos para vehicular esos recursos para que lleguen a la ciudadanía”, dijo este martes la ministra portavoz, María Jesús Montero, tras el Consejo de Ministros.
El Gobierno ha dado ya los primeros pasos para diseñar los Presupuestos, pese a que aún debe negociar los apoyos. Hacienda quiere presentar unas cuentas anticrisis en otoño: Montero invitó a todos los partidos a sumarse a los que llamó los “presupuestos de la recuperación”, especialmente al PP, del que dijo que debería dejar a un lado los “intereses partidistas” para “jugar un papel fundamental”. Es muy poco probable que el PP se sume, pero La Moncloa cuenta con negociar el proyecto con los socios de investidura e incluso con Cs.
España, el segundo país más beneficiados por las ayudas tras Italia, recibirá “una cantidad extraordinaria para impulsar la modernización” del país, explicó Montero. Ese colchón permitirá al Gobierno elaborar unos Presupuestos que hasta este martes obligaban a cuadrar el círculo: requerían más gasto público y avanzar en la hoja de ruta de la coalición en materias como la transición ecológica, digital y la recuperación en lo social, en un momento en el que los ingresos públicos pinchan y el déficit puede irse mucho más allá del 10% del PIB. El pacto europeo allana el camino: el drama hubiera sido la falta de acuerdo, que habría dejado en el aire las cuentas de 2021 y una enorme tensión en la coalición de Gobierno.
Todos los partidos, incluidos el PP y Cs, aplaudieron este martes el acuerdo, aunque Pablo Casado (PP) lo calificó de “una enmienda a la política del Gobierno de España en cuanto a sus pactos de investidura con Podemos y los más recientes con EH-Bildu”.
Las ayudas europeas permiten pensar que ese primer escollo presupuestario está casi salvado, pero los socios de Gobierno también son conscientes de que marcarán la legislatura por la supervisión de Bruselas. El acuerdo permite diseñar políticas keynesianas, pero a la vez deja al Ejecutivo con las manos atadas en la agenda de reformas, y en particular en la derogación de la reforma laboral.
Fuentes socialistas y de La Moncloa coinciden en que es posible que haya que retrasar el calendario en la normativa laboral —como adelantó este diario el lunes—, uno de los puntos que más controversia han generado entre el PSOE y UP. Los socialistas, conscientes de que Bruselas no ve con buenos ojos la contrarreforma, tratarán de retrasar los cambios de mayor calado más allá del horizonte de otoño, que tienen en mente sindicatos y Unidas Podemos. “Ahí puede haber focos de tensión”, admiten fuentes del PSOE. “Pero más que un asunto de fondo es una cuestión de oportunidad: hay que encontrar el momento, la fecha idónea, como ha ocurrido con otras medidas retrasadas por la pandemia”, añaden.
En el Ministerio de Trabajo que lidera Yolanda Díaz (Unidas Podemos) apuntan a que la mesa de diálogo social para la derogación de la reforma —que paralizó la pandemia— se “retomará en cuanto sea posible”. También el diputado de Podemos Gerardo Pisarello defendió no ceder ni un milímetro: “En un contexto como el que estamos, la derogación de la reforma laboral, que era un compromiso electoral y parte del acuerdo con el PSOE, tiene más vigencia que nunca”. Sin embargo, fuentes de Bruselas aseguran que “no tiene sentido dar marcha atrás a reformas que han funcionado”. La Comisión Europea podría frenar medidas de ese calado con sus recomendaciones en el marco del semestre europeo.
El propio vicepresidente y líder de Unidas Podemos, Pablo Iglesias, evitó este martes referirse a la reforma laboral, consciente de que puede ser un foco de problemas como en el pasado lo han sido las subidas de impuestos. Iglesias destacó que es “clave” para España que “el acuerdo no solo no impedirá que el Gobierno de coalición continúe aplicando su programa, sino que significará un enorme estímulo para continuar con las transformaciones en clave de recuperación de derechos”.
La reforma laboral es una suerte de fetiche que siempre genera roces. La mayor parte de los ministros socialistas, con la vicepresidenta Nadia Calviño a la cabeza, apuestan por derogar solo los aspectos más lesivos. Podemos muestra mayor ambición. Fuentes de ambos partidos admiten que eso puede provocar roces a medida que avance la legislatura. “Pero mucho más problemas hubiera generado una cumbre sin acuerdo”, cierra un asesor del presidente Pedro Sánchez.
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