Qué la disfruten
He aquí una foto de la Luna obtenida recientemente en Lisboa, y distribuida por AP / LaPresse. Me pregunto si el fotógrafo salió con su cámara a cazar lunas o se asomó a la ventana y se encontró con esta, que no es una Luna exactamente lisboeta. Más bien, diría yo, japonesa. De carácter oriental, en todo caso. ¿Por qué? Porque tiene uno en su cabeza estándares de todo y esa imagen remite, más que a una instantánea fotográfica, al leve apunte de un paisajista nipón, pongamos que Hiroshi Yoshida...
He aquí una foto de la Luna obtenida recientemente en Lisboa, y distribuida por AP / LaPresse. Me pregunto si el fotógrafo salió con su cámara a cazar lunas o se asomó a la ventana y se encontró con esta, que no es una Luna exactamente lisboeta. Más bien, diría yo, japonesa. De carácter oriental, en todo caso. ¿Por qué? Porque tiene uno en su cabeza estándares de todo y esa imagen remite, más que a una instantánea fotográfica, al leve apunte de un paisajista nipón, pongamos que Hiroshi Yoshida.
Los estándares guían nuestra existencia. Constituyen la brújula que orienta nuestras decisiones y moldean nuestra subjetividad. Lo normal es que a las cinco de la tarde sean las cinco de la tarde y no las diez de la noche. Disponemos de patrones horarios y de patrones estéticos y de patrones gastronómicos y de patrones familiares y de patrones de conducta social e individual. Sabemos (o creemos saber), por tanto, quién está gordo y quién delgado, quién es feo y quién guapo, quién es listo y quién tonto, quién bueno y quién malo, quién alto y quién bajo… Hasta hace poco, sabíamos (o creíamos saber) que lo normal, en la mujer, era quedarse en casa, al cuidado de los hijos, o que el matrimonio reglamentario era el formado por un hombre y una mujer (signifiquen lo que signifiquen los términos hombre y mujer). Procusto inventó su famosa cama para adaptar el tamaño de los cuerpos a los estándares de la época. Está mal vista, en general, la ruptura de lo reglamentario. Por eso nos gustó que alguien, desde el puro Occidente, captara con su cámara una Luna del purísimo Oriente. Que la disfruten.