El año en que se secó el cielo
Cataluña vive la peor sequía de su historia. Ni siquiera la lluvia caída a finales de marzo parece que vaya a aliviar un verano de restricciones. Ante este panorama, el fotógrafo Joan Alvado empezó a retratar a finales de 2023 la desolación de los pantanos catalanes, recorriendo las cuencas del interior de Tarragona y Barcelona. Estas imágenes son el resultado de un viaje a una realidad que se parece demasiado a una distopía.
La idea de este proyecto fotográfico me acompaña desde mediados de 2023, pero tardé unos meses en decidirme a iniciarlo. Un factor principal me hacía dudar si debía abordarlo: en Cataluña había mucha gente retratando la peor sequía a la que se ha enfrentado el territorio en toda su historia. Para mí era importante aportar algo nuevo. A finales de 2023 visité mi primer pantano. Comencé desde la intuición, sin una gran investigación previa. Aquel viaje iniciático fue breve, pero me sirvió para entender cómo relacionarme fotográficamente con un hábitat que era nuevo para mí. Agua y barro. En mi s...
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La idea de este proyecto fotográfico me acompaña desde mediados de 2023, pero tardé unos meses en decidirme a iniciarlo. Un factor principal me hacía dudar si debía abordarlo: en Cataluña había mucha gente retratando la peor sequía a la que se ha enfrentado el territorio en toda su historia. Para mí era importante aportar algo nuevo. A finales de 2023 visité mi primer pantano. Comencé desde la intuición, sin una gran investigación previa. Aquel viaje iniciático fue breve, pero me sirvió para entender cómo relacionarme fotográficamente con un hábitat que era nuevo para mí. Agua y barro. En mi segunda mañana, ya me había hundido en barro hasta la rodilla. Y sin ir con el calzado adecuado. A principios de este año comencé a tomarme el proyecto más en serio. Viajaba con mi padre, fotografiando principalmente las cuencas del interior de Tarragona. Si quieres aportar algo nuevo, debes tomar caminos menos transitados. Y yo quise girar el paisaje hacia un punto diferente, una interpretación de la sequía no literal. Encontré mi propia vía separándome de la realidad estricta. La falta de agua desvela un nuevo territorio, sumergido durante muchos años, que a mis ojos se presentaba como un futuro distópico, aunque quizás no tan lejano. Agua y barro. Y tierra, polvo y antiguos campos de cultivo que emergían, con tocones de árboles que fueron ahogados por los embalses hace ya generaciones. Las acciones del pasado contenían, una vez más, nuestro futuro.