Exosomas: la alternativa a los pinchazos estéticos en la piel
Su poder regenerador ha conseguido que la industria hable de ellos como el futuro de la medicina estética para lucir una piel perfecta sin necesidad de recurrir a los inyectables
Nuestra piel está diseñada para curarse a sí misma, pero igual que a veces viene bien tomarse un café bien cargado para activarse, en ocasiones el órgano más grande del cuerpo humano también se beneficia de una ayuda extra. Y es ahí donde entran en juego los exosomas, pequeñas vesículas liberadas por las células en el proceso de exocitosis, que contienen una variedad de moléculas bioactivas, como proteínas, lípidos y ácidos nucleicos....
Nuestra piel está diseñada para curarse a sí misma, pero igual que a veces viene bien tomarse un café bien cargado para activarse, en ocasiones el órgano más grande del cuerpo humano también se beneficia de una ayuda extra. Y es ahí donde entran en juego los exosomas, pequeñas vesículas liberadas por las células en el proceso de exocitosis, que contienen una variedad de moléculas bioactivas, como proteínas, lípidos y ácidos nucleicos. “Desempeñan un papel importante en la comunicación intercelular, donde actúan como mensajeros que transmiten información entre las células, y se ha descubierto que están involucrados en una amplia gama de procesos biológicos, como el desarrollo embrionario, la respuesta inmune y la progresión del cáncer”, explica la doctora Beatriz Beltrán, directora de la clínica que lleva su nombre.
A pesar de que los exosomas se descubrieron hace 15 años, hasta hace bien poco eran considerados como meros subproductos de la actividad celular. Y, aunque es cierto que en 2018 se halló su eficacia para tratar la dermatitis atópica, no fue hasta 2020 cuando otros estudios demostraron que también podían reparar y regenerar en profundidad la piel después de tratamientos ablativos con láseres, así como que eran igual de eficaces en terapias inmunomoduladoras. Es ahora cuando han despertado el interés de la comunidad científica y médica, que augura que son el futuro de la medicina regenerativa —este término ha sido el más repetido durante el congreso de investigación IMCAS World Congress, celebrado a principios de este mes en París—, “y no solo en el ámbito estético, sino también en materia regenerativa de los tejidos en general, nuevas formas de aplicación y también nuevas fuentes de extracción de ellos”, matiza Virtudes Ruiz, cirujana, médica de estética y directora médica de la clínica Virtud Estética.
“Al tratarse de potentes regeneradores dérmicos, los exosomas equilibran y regeneran la piel al máximo, logrando que mejore su calidad y luminosidad, acabando con problemáticas como enrojecimiento, opacidad, fotoenvejecimiento, piel fina, poros dilatados, sensibilidad, aspereza o sequedad cutánea”, enumera la doctora Mar Mira, copropietaria de Clínica Mira + Cueto, quien también asegura: “Está demostrado que aumentan exponencialmente el porcentaje de fibroblastos, colágeno y elastina, todos más que esenciales para el mantenimiento de una piel sana, cuidada y rejuvenecida”. ¿Cómo lo hacen realmente? Hasta finales del año pasado los médicos estéticos explicaban que introducían en la piel estos activos mediante microagujas (como el Dermapen), radiofrecuencia fraccionada, microplasma fraccionado, microneedle, mesoterapia o terapia fotobiodinámica; esta última es la única que no utiliza agujas ni produce agresión a la epidermis. Pero, tras meses observando cómo el uso de los exosomas se protocolizaba como inyectables, el pasado mes de noviembre la SEME (Sociedad Española de Medicina Estética) mandó un comunicado a todos sus socios recordando que la Agencia Española de Medicamentos y Productos Sanitarios (AEMPS) es tajante sobre el asunto: “Hoy por hoy no existe ningún medicamento autorizado que contenga exosomas en su composición”. Por consiguiente, estos solo se pueden aplicar de manera tópica, sin ayuda de utensilios o aparatología capaces de llegar a la dermis.
Lo que sí es posible inyectar son los exosomas autólogos; es decir, los obtenidos de nuestras propias células. “El procedimiento comienza con una extracción de sangre —este gesto evita el riesgo a tener una reacción alérgica al no ser un producto extraño al cuerpo— para obtener PRP (plasma rico en plaquetas) mediante la técnica del centrifugado. Después se utiliza el dispositivo médico Meta Cell Technology, con el que se obtiene un plasma autólogo, rico en exosomas y factores de crecimiento, que se inyectará posteriormente en el paciente mediante un proceso de fototermorregulación con ayuda de luz roja y azul”, esclarece la doctora Beltrán. De este modo no solo se palían las molestias a modo de picor que suele provocar la infiltración de PRP, sino que también se aumenta la eficiencia de este nuevo proceso combinado, según se demuestra en el estudio publicado de la misma experta: Eficacia y seguridad de activación fototérmica del plasma rico en plaquetas en rejuvenecimiento facial.
La ventaja añadida que poseen estos mensajeros es que son un tratamiento apto para cualquier tipo de piel, pues ofrecen diferentes beneficios: “Antiinflamatorio, usándose para tratar dermatitis, acné inflamatorio, folículos y dermatitis atópica; antioxidante, mejorando las arrugas y previniendo el envejecimiento; regenerador, mejorando la barrera de la piel y generando nuevos vasos sanguíneos, y efecto blanqueante”, puntualiza la doctora María Rosa García Maroto, directora médica de Clinique La Prairie Madrid. El resultado tras su uso es “una piel de cara, cuello y escote revitalizada gracias a la reducción de manchas, arrugas y secuelas de acné; donde, además, la producción natural de colágeno y elastina se han activado de manera notable”, asegura la doctora Vicente. Asimismo, “suponen una alternativa para aquellas personas reticentes a las agujas, pues es posible abrir canales en la piel con otros procedimientos, sin pinchazos, para asegurar su penetración”, destaca Mira.
Hay que tener en cuenta que los exosomas no solo son capaces de regenerar los tejidos del rostro, sino que también tratan la zona íntima y las células de los folículos pilosos del cuero cabelludo. Y, si bien es cierto que no son capaces de promover la aparición de pelo nuevo, “sí activan los queratinocitos, los fibroblastos, la síntesis de colágeno y elastina, pero, sobre todo, aumentan la capacidad regenerativa del bulbo piloso, que es el conjunto de células donde se genera el cabello. El resultado son unos mechones más fuertes y saludables”, declara el doctor Javier Pérez Diez, tricólogo de Clínica Premium Marbella. De ahí que este protocolo sea habitualmente prescrito en el caso de alopecias estacionales. “Esa caída intensa de cabello, que se produce tras el parto, después de algunas intervenciones quirúrgicas e inclusive en periodos de estrés, se denomina efluvio telógeno. En estos casos, a pesar de la pérdida las raíces quedan indemnes; por lo que los exosomas vendrían a recuperar y mejorar la función, aportándoles más fuerza para producir un nuevo crecimiento saludable”, agrega el mismo experto. Y, al igual que ocurre en el caso cutáneo, para “potenciar el efecto positivo de estos activos sobre la estimulación de las células en la unidad folicular en el cuero cabelludo, se aconseja usar otros métodos de entrega de energía, como el láser”, concluye.
El área vulvovaginal también se puede beneficiar de los exosomas. De hecho, Zuramis Estrada, ginecóloga obstétrica y directora médica de CIMEG Madrid, recurre a ellos para ayudar a sus pacientes con alteraciones genitales como atrofia urogenital, dermatopatías crónicas como dermatitis atópica vulvar, liquen escleroatrófico o liquen plano simple; cicatrices debidas a episiotomías antiguas, perineorrafias u otras cirugías o traumatismos, e hiperpigmentación, como coadyuvante en tratamientos de aclaramiento genital. Para ello aplica de manera tópica exosomas desarrollados por Jan Lötvall, catedrático de Biología Celular de la Universidad de Gotemburgo (Suecia), cuyo objetivo es tratar específicamente la zona íntima. “Estos son extraídos de las células madre recombinantes de rosa damascena y, aplicados sobre el tejido vulvovaginal, proporcionan una acción antiinflamatoria, reduciendo la irritación y mejorando la inmunomodulación; mejoran la sequedad debido al incremento en la expresión de las proteínas transportadoras de agua (acuaporinas) e incrementan la producción del ácido hialurónico en la zona tratada hasta en un 120%”, afirma la doctora Estrada, quien los utiliza tras realizar un tratamiento con energías como la radiofrecuencia o el láser, que actúan como vehículos del propio producto. “Estamos ante una revolución en la medicina regenerativa por la eficacia, la inmediatez de respuesta positiva en la paciente, la seguridad [existen más de 17 trabajos internacionales publicados sobre la materia y actualmente se están llevando a cabo varios ensayos clínicos], facilidad de aplicación, sin dolor y sin manipulación”, añade la misma fuente.
Hasta el momento este era un tratamiento exclusivo de la medicina estética, pero “en Corea han logrado aislar los exosomas de origen vegetal, obteniendo resultados espectaculares sobre la piel a través de cosméticos especializados”, revela Karla Pires, farmacéutica y responsable del departamento de calidad en la distribuidora de cosmética coreana Tradegate to Europe, quien también añade: “Se ha demostrado que estas pequeñas vesículas tienen efectos beneficiosos, como la regeneración celular, la reducción de la inflamación y el estrés oxidativo, y la mejora de la hidratación y la elasticidad. Al incluirlos en la rutina de belleza diaria se asegura la entrega de los principios activos en la piel, ayudando a mejorar tanto la eficacia del cosmético como la apariencia y la salud de la dermis”. Por tanto, se augura que este nuevo agente comience a entrar en nuestros hogares a modo de sérums, sobre todo.