Delaporte, el dúo que sale al escenario como si fuera a destrozar un coche con un bate
El grupo formado por Sandra y Sergio publica un disco inspirado en la música electrónica de club
Abril es siempre un mes en el que “se sale de la cueva”. Un mes de transición. “Siempre lo he relacionado con ese tiempo en el que dejas atrás el invierno y empiezas a querer vivir de otra forma”, explica Sandra Delaporte, cantante y compositora del dúo Delaporte. No solo eso: también es un mes importante personalmente para este dúo de Madrid que combina electrónica y pop con una soltura contagiosa. Abril fue un tiempo de “importantes cambios” para la propia Sandra en 2021, pero también el mismo mes en el que se suspendió en ...
Abril es siempre un mes en el que “se sale de la cueva”. Un mes de transición. “Siempre lo he relacionado con ese tiempo en el que dejas atrás el invierno y empiezas a querer vivir de otra forma”, explica Sandra Delaporte, cantante y compositora del dúo Delaporte. No solo eso: también es un mes importante personalmente para este dúo de Madrid que combina electrónica y pop con una soltura contagiosa. Abril fue un tiempo de “importantes cambios” para la propia Sandra en 2021, pero también el mismo mes en el que se suspendió en 2020 la gran gira del dúo a causa de la covid. “Pero ahora toca mirar hacia adelante”, señala Sergio Salvi, la otra parte de este proyecto. Y la mejor forma de hacerlo es publicando Abril, un nuevo EP de cuatro canciones “más ligeras y festivas” de lo que venían haciendo hasta ahora esta pareja que se conoció cuando Sandra buscaba un productor de electrónica que quisiera experimentar con ella y la dejase participar del proyecto. “Todos los productores querían controlar todo ellos y yo no lo concebía así”, recuerda.
Ese encuentro entre ambos fue hace seis años. Entonces, Sandra, que de niña se inventaba las letras de las canciones que cantaba por casa y había estudiado piano, buscaba aliados con los que “jugar con la electrónica”. “Acabé hartísima de los clásicos de jazz”, confiesa. “De adolescente estaba loca por Billie Holiday, Frank Sinatra y todo eso. Conseguí un trabajo cantando en bodas, comuniones y bautizos, pero me saturé. Demasiadas veces cantando ‘Fly Me to the Moon’. Era carcelario”. Todo cambió cuando conoció a Sergio, un italiano que también había estudiado piano clásico y había venido a estudiar un doctorado de Ingeniería Informática a España después de haber formado bandas de jazz y “rollo Tom Waits” en Nápoles, su ciudad natal. “Me quedé en España por la música”, cuenta. “La música siempre había sido mi gran compañera. A los tres años mis padres me dejaban solo en el salón y me ponía los vinilos de mi padre. Igual escuchaba a los Beatles que las sinfonías de Beethoven. Creo que desde niño ya mi única motivación es pasarlo bien con la música”, cuenta Salvi, quien está hoy con Sandra en una cafetería del madrileño barrio de Lavapiés.
Ambos dicen que Abril es un disco, precisamente, para pasarlo bien. Música electrónica de club con la que “apagar el cerebro” y “ponerse a full a bailar”, en palabras de Sandra. “Queremos que la gente fluya como nosotros con la música”, explica la cantante. “Es un cóctel muy agitado de sonidos”, remata. A lo que su compañero añade: “Son canciones con un sonido muy noventero. Porque todo lo gordo de la música que nos gusta pasó en los noventa. Adaptamos esa estética de la dance music”.
Este disco llega tras Las montañas y Titanas. El primero fue el álbum que publicaron en 2020 justo después de los meses de confinamiento. “Fue un shock porque lo sacamos pensando que volverían los directos como antes y no fue así”, confiesa Sandra. Y Titanas fue el proyecto que siguió en el que, ante la falta de conciertos como los de antes, Delaporte unió a grandes voces femeninas de la música española a reinterpretar las canciones. Ahí estaban Amaral, Anaju, Belako, Dora, Rigoberta Bandini, Rozalén y Zahara.
Con Abril, confiesan que están deseando llevarlo al escenario. “No puedo defender un directo si no puedo bailar”, asegura Sandra, quien explica que salta a los conciertos con una idea muy clara en su cabeza: “Salgo como si tuviese un bate en la mano y fuera a reventar un coche”. Destrozar el coche sería el sinónimo de hacer que el público baile extasiado. Como dice ella: “Me lo perreo todo y qué felicidad poder bailar”.