Consejos para viajar a Japón con niños: aunque el país esté lejos, merece la pena

Más allá de las grandes ciudades de Tokio, Kioto y Osaka, hay otras paradas en el país asiático fuera de templos y santuarios que aseguran diversión para toda la familia

Adrián Rodríguez y Gosia Bendrat con su hija Daniela, en el santuario Fushimi Inari-Taisha de Kioto (Japón).ADRIÁN RODRÍGUEZ

Japón es un país espectacular y nos atrevemos a decir que lo es en todos los sentidos. Tanto en lo que se refiere a la amabilidad de su gente como a sus paisajes y su gastronomía. Siempre es un placer viajar al país. Tanto es así que, aunque lo visitamos en familia cuando Daniela era pequeña, estamos deseando volver con Oliver. Tener uno de los trenes de alta velocidad más rápidos del mundo (el famoso Shinkansen), que une varias de sus capitales principales en tiempo récord, contribuye a pod...

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Japón es un país espectacular y nos atrevemos a decir que lo es en todos los sentidos. Tanto en lo que se refiere a la amabilidad de su gente como a sus paisajes y su gastronomía. Siempre es un placer viajar al país. Tanto es así que, aunque lo visitamos en familia cuando Daniela era pequeña, estamos deseando volver con Oliver. Tener uno de los trenes de alta velocidad más rápidos del mundo (el famoso Shinkansen), que une varias de sus capitales principales en tiempo récord, contribuye a poder visitarlo en unas vacaciones.

No es un viaje barato, ya que los vuelos y el alojamiento ya suman una cantidad considerable de euros, pero desde luego merece la pena. Y si se visita en familia, el quiz de la cuestión es combinar las actividades para que encajen con cada uno de sus miembros. Así que, por si os ayuda, aquí os dejamos el plan de ruta que seguiríamos en caso de viajar en familia.

Tres ciudades a visitar

Una de las dudas más razonables a la hora de preparar el viaje con niños (o incluso sin ellos) es qué parte del país nipón incluir en la ruta. A continuación, va una breve pincelada de qué partes son nuestras favoritas y qué se puede encontrar en cada una de ellas.

Tokio, su capital, es habitualmente la ciudad de entrada para los turistas. Sin duda, se trata de un lugar en el que vais a alucinar con todo: con el volumen de gente que lo habita (casi 14 millones), con la superficie de la ciudad, con la organización de la población para vivirla educadamente, con el hecho de ir caminando por una de las calles más modernas del mundo y toparse de golpe con un templo sintoísta, con los restaurantes que exponen una réplica de sus platos en los escaparates… Tokio es la síntesis del mismo Japón y, sin lugar a dudas, ha de ser una parada de, al menos, tres días. No se puede dejar de ver lugares como Akihabara, Shinjuku, Shibuya, Asakusa o Ueno. Tampoco el Palacio Imperial, Ginza, Odaiba, la torre de Tokyo, Roppongi Hills, Takeshita Dori y el mercado del pescado. También hay que comer sushi, probar un buen ramen o una tempura, flipar con la estética de la gente, con lo extremadamente bien que se cuidan el cabello, con sus hábitos de consumo en las tiendas, con los karaokes, los hoteles cápsula… Si se busca algo más dirigido a los niños, Tokio tiene su propio parque Disney. Además, mucha gente aprovecha su estancia para visitar (y no es para menos) las cercanas ciudades de Kamakura (entre otras cosas, tiene el segundo buda más alto de Japón), Nikko (con su típica escultura de los tres monos además de templos y santuarios) o el imponente monte Fuji.

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Kioto es la otra ciudad por excelencia más visitada y con más riqueza cultural de Japón, donde se encuentra una alta densidad alta de templos y santuarios imprescindibles en cualquier estancia. El Templo Dorado o el santuario de Fushimi Inari son solo dos ejemplos de ello, pero muy potentes. Mientras Tokio es un absoluto no parar de estímulos a la vista, Kioto es más tradicional y calmado. Es por eso que los más pequeños se pueden aburrir un poco más aquí con tanta visita a templos y santuarios, con lo que habrá que reservar un tiempo de juego extra para ellos, una dosis de paciencia y de inventiva (contándoles con mucha ilusión algo de su historia) y motivarles con lugares como el centro municipal de la ciencia de Kioto, más orientado a niños y al entretenimiento. Por cierto, en Kyoto Gosi uno puede vestirse como una Geisha y hacerse una sesión de fotos familiar para el recuerdo.

Kiyomizu-dera, en la ciudad nipona de Kioto.ADRIÁN RODRÍGUEZ

Osaka es otra de las ciudades que suele visitarse. Incluso muchos hacen base allí para visitar Kioto, aprovechando la cercanía de ambas y los títulos de transporte que pueden conseguir los turistas más económicos. Entre las visitas no faltará Dotonbori o el castillo de Osaka. Si se quiere algo más llamativo para niños, además de que en la zona de la bahía de Osaka se ubica Universal Studios Japan, hay un museo dedicado a la ciencia, otro al manga, así como con actividades como una gran noria con vistas a la ciudad.

Un poco más al sur

Si bien esas tres capitales son las más turísticas, hay otras zonas del país, algo más al sur, que merecen una pausa por diversos motivos.

  • Hiroshima es todo un ejemplo de adaptación. Tras sufrir los devastadores efectos de una bomba atómica durante la II Guerra Mundial, ha sido reconstruida y ha conservado los restos que ha podido de su pasado. En la ciudad hay un museo dedicado a tal hecho —eso sí, su visita es de gran dureza, con lo que es conveniente evaluar la edad y madurez de vuestros hijos antes de adentraros en él—.
  • Miyajima es una pequeña isla conocida, sobre todo, por un gran torii flotante del que se disfruta de maneras diferentes dependiendo de cómo está la marea. Sin duda, la isla completa merece la pena y este torii se llevará unas cuantas fotos.
  • Si bien Kobe es una de las ciudades elegidas por los turistas, entre otras cosas por la famosa carne de Kobe, Nara es la ciudad en la que más van a disfrutar los niños. Pequeñita y encantadora, aúna la cultura típica de Japón con unos simpáticos vecinos, los ciervos, que la habitan a sus anchas y se arriman a los turistas para ver si les dan algo de comer.
Ciervos en un parque en la ciudad de Nara (Japón). ADRIÁN RODRÍGUEZ

Finalmente, no podemos dejar de hablar de qué ver en Japón sin hacerlo de los onsen, los baños tradicionales japoneses que se nutren de aguas termales fruto de la actividad volcánica del país y que, según la zona (son más habituales por el sur) se pueden encontrar de dos tipos: al natural o como instalación en algunos hoteles. Los hay separados por sexos y, si vais en familia, podréis reservar uno para todos.

Consejos para visitar Japón con niños

Japón es uno de los países más poblados del mundo, basta perderse por la estación central de Tokio o atravesar el famoso cruce de Shibuya para convencerse de ello. Así que, en principio, no hay que temer que no esté preparado para los niños. Eso sí, hay determinadas cosas a tener en cuenta:

  • El vuelo. Son vuelos largos y hacerlos con peques, a veces, se hace pesado. Os recomendamos echar un ojo a nuestro post con consejos para viajar con niños en coche, tren y avión para que se haga más llevadero.
  • El idioma. Aunque mucha gente joven habla inglés, puede que os topéis con japoneses que, temerosos de meter la pata con el idioma, no se suelten a hablar con vosotros. Lo dicho, es más por vergüenza que por mala educación. No lo tengáis en cuenta porque encontraréis también el extremo contrario, japoneses híperamables.
  • Sobre los problemas que puede ocasionar estar Lost in Translation, como la película, tranquilidad, se pueden solucionar con varias herramientas: desde Google Maps o City Mapper, para calcular cómo llegar de un sitio a otro, hasta las aplicaciones de traducción como la de Google Translator por ejemplo, que basta con enfocar con la cámara algún sitio para que traduzca de manera simultánea lo que se enfoca.
  • La comida. La dieta japonesa es rica en pescado, arroz y vegetales, pero tampoco le falta la carne, con lo cual se puede encontrar variedad allá donde se vaya. La mayoría de los restaurantes disponen de un escaparate con una recreación de cera de los platos, ideal para ver qué se pide antes de hacerlo. El ramen, el sushi o la tempura son algunos de los platos que tenéis que probar allí. Los peques, dependiendo de su tipo de alimentación y su edad, podrán comer lo mismo que vosotros. Eso sí: si tenéis (o ellos tienen) algún problema de alergias o intolerancias, ya sea con comida o con algún medicamento, no lo dudéis y llevadlo bien apuntado con vosotros, incluso en foto, para enseñarlo en los restaurantes o donde compréis la comida y evitar algún susto.
  • El transporte en Japón es tremendamente moderno, con filas que se forman a la hora de subir y las puertas debidamente indicadas… Absolutamente todo es una experiencia positiva, pero con una excepción: a veces no es muy amable cuando vas con equipaje, sillas de bebé o de ruedas. Hay que tenerlo en cuenta a la hora de calcular trayectos.
  • El seguro de viaje. Tanto si se viaja con niños como si no, hay que saber que la sanidad en Japón es cara, así que lo mejor es tener un seguro que evite la ruina en un hipotético accidente.

Esperamos que este artículo sobre viajar a Japón os haya animado a hacerlo tanto con vuestros niños como sin ellos, ya que es un país que merece la pena para más de una visita. Sin duda, siempre deja con ganas de más.

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