Grosella tentadora

Para Carlos San Pedro, propietario y director de Bodegas y Viñedos Pujanza, la actividad vitivinícola es una vocación que ejerce con rigor y autoexigencia encomiables. En tan solo 12 años se ha situado entre los mejores representantes de la nueva Rioja, la que crece en torno al concepto de terruño y se basa en viejas viñas propias.

En su caso, cuenta con un pequeño viñedo familiar en Laguardia, corazón de la Rioja Alavesa. Junto a esta soberbia materia prima hay un trabajo concienzudo de elaboración a cargo de gente joven y en...

Para Carlos San Pedro, propietario y director de Bodegas y Viñedos Pujanza, la actividad vitivinícola es una vocación que ejerce con rigor y autoexigencia encomiables. En tan solo 12 años se ha situado entre los mejores representantes de la nueva Rioja, la que crece en torno al concepto de terruño y se basa en viejas viñas propias.

En su caso, cuenta con un pequeño viñedo familiar en Laguardia, corazón de la Rioja Alavesa. Junto a esta soberbia materia prima hay un trabajo concienzudo de elaboración a cargo de gente joven y entregada, como la enóloga Marta Apellániz. Así han conseguido vinos deslumbrantes como Pujanza Norte y Pujanza Cisma, de precios elevados, cuando no prohibitivos.

Sensible a la situación económica actual elabora Hado, un tinto con 12 meses de crianza en barricas de roble francés. El vino convence al primer sorbo por la frescura de su madura pero festiva frutosidad (moras, grosella) recubierta de notas florales, balsámicas y las propias de la medida crianza (tostados, especias). Su cuerpo jugoso y paladar suculento, de paso ágil, es toda una invitación a seguir bebiendo.