Aitor Saraiba: "¿Mi palabrota favorita? 'Maricón"

Es artista plástico, de Talavera de la Reina, fan de Metallica ante todas las cosas y autor de libros, dibujos, objetos y palabras brutalmente sinceras. Le pedimos que responda a nuestro cuestionario.

El ilustrador Aitor Saraiba.

 Aitor Saraiba (Talavera de la Reina, 1983) escribió su primera novela gráfica, El hijo del legionario (2011) para reconstruir su infancia y las experiencias que le habían marcado. Elogiado por Elvira Lindo o Nacho Vegas, también le sirvió  para dar un giro a su carrera. Antes de esa fecha, Aitor era sobre todo conocido como artista plástico, como autor de delicados dibujos de honestidad demoledora y como iniciador de proyectos al margen de las fronteras disciplinares. A partir de su primer libro siguió creando su propia obra, pero sin intermediarios. Hablando de los temas que le eran...

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 Aitor Saraiba (Talavera de la Reina, 1983) escribió su primera novela gráfica, El hijo del legionario (2011) para reconstruir su infancia y las experiencias que le habían marcado. Elogiado por Elvira Lindo o Nacho Vegas, también le sirvió  para dar un giro a su carrera. Antes de esa fecha, Aitor era sobre todo conocido como artista plástico, como autor de delicados dibujos de honestidad demoledora y como iniciador de proyectos al margen de las fronteras disciplinares. A partir de su primer libro siguió creando su propia obra, pero sin intermediarios. Hablando de los temas que le eran propios –el dolor, el sexo, el trauma, la memoria, la muerte o la reconciliación–, pero vendiendo sus dibujos y tapices a través de redes sociales o exposiciones puntuales, escribiendo un libro tras otro y encontrándose con que algunos de ellos encajaban en un territorio híbrido, el de la poesía, lo confesional y la narrativa, al que miles de lectores permanecen atentos. En la última década ha documentado la cultura de los fans latinos de Morrissey en Los Ángeles, ha ayudado a revitalizar los hornos de cerámica de su Talavera natal, ha viajado, se ha mudado varias veces y, sobre todo, ha huído de etiquetas. Su último proyecto es un libro, Me encanta cuando tus garras acarician mi alma (Espasa), que cuenta una historia de amor contradictoria y, si no fuera porque es real, casi imposible.

Tu nuevo libro, Me encanta cuando tus garras acarician mi alma, es un cambio de registro frente a trabajos anteriores. ¿Qué has querido contar en él, y por qué motivo? Mis trabajos anteriores hablaban, la mayoría, de cuando era niño. Eran libros autobiográficos contados por un adulto, pero en los que la infancia se retrataba. En mi último libro ya no sale mi familia ni mi pueblo. Los protagonistas, los miedos, son otros. Tenía que cambiar de registro para que la gente entendiera que la parte de mí que iba a mostrar era otra.

¿Cómo te defines hoy? Te conocimos como artista plástico, después como autor de novelas gráficas, y hoy trabajas en formatos que van desde las exposiciones fotográficas hasta la cerámica o los libros. Espero no suene pretencioso, pero definirme me cuesta mucho y nunca me ha preocupado definirme, es algo que le preocupa más a la gente que a mi. Cuando he querido hacer un libro, una exposición de fotos o una cerámica, lo he hecho. Nunca busco una técnica. Si una idea es un libro, ese será su formato, y si es una pieza textil, ese será su formato. Unos me llaman ilustrador, otros ceramista, algunos poeta. Si a ellos eso les da más seguridad, me parece bien.

¿Qué es lo mejor y lo peor del mundo del arte en España? ¿En qué ha cambiado tu vida desde que te distanciaste parcialmente de él? Desconozco mucho el circuito del arte en España porque, aunque vivo de mi obra desde hace más de diez años, gestiono yo todo desde entonces. Sin galeristas, ni ferias de arte, representantes ni nada. Todos mis trabajos me los busco, produzco y gestiono yo mismo. Hace muchos años, cuando tenía 23 años, estuve en una galería tradicional, pero rápido me di cuenta de que eso no iba a ningún sitio, al menos para mi. Y desde los 25 años comencé a gestionarlo yo todo. Muchos me tomaron por loco entonces, y seguramente lo estaba. Eso me encantaba. Me acuerdo de cuando, hace diez años, comencé a vender mis dibujos y cerámicas en Facebook. Ahora es algo normal y aceptado.

Varias piezas de Aitor Saraiba: dibujos, esculturas y objetos.Foto: Aitor Saraiba

¿Qué aportan a tu trabajo las redes sociales? ¿Cómo han transformado tu relación con tu público? Desde siempre he usado las redes sociales 100% para mi trabajo, así que yo les tengo mucho que agradecer. Han sido una ventana para que mi obra fuera recibida. Ya en la era de Fotolog cuando yo estudiaba en Cuenca, anunciaba por ahí mis libritos, que eran cuatro hojas grapadas por mí, y mira, terminaron vendiéndose en la mítica En Plan Travesti de la época. Estoy muy agradecido al publico que me sigue, es tremendamente generoso. Porque yo no vivo de becas, museos, galerías o instituciones que compren mi obra, no. Yo vivo de gente que compra mis obras desde su casa, para paredes pequeñas, lugares privados.

¿Qué es lo que más le gusta a los demás de ti mismo? Imagino que mis dibujos.

¿Y lo que más te gusta a ti de ti mismo? Mi sinceridad. Aunque me la ha liado a veces bien gorda, también me ha llevado muchas veces a muy buen puerto.

¿Cuál es tu forma favorita de perder el control? Cuando salgo de fiesta con mi amigo Pablo Raijenstein.

¿Qué te compraste con tu primer sueldo? Una entrada para un concierto de Hole cuando tenía 14 años.

¿Qué tienes de fondo en tu pantalla del móvil? Uno de mis cuadros rosas de mi última etapa.

¿Cuál es tu habilidad oculta? Escuchar a los demás.

¿Tu palabrota favorita? Maricón.

¿Qué figura pública amas? Fenriz de Darkthrone.

Autorretrato de Aitor Saraiba. Al fondo, una imagen perteneciente a 'I like America and America likes me', de Joseph Beuys, uno de sus artistas favoritos.Foto: Aitor Saraiba

¿Y qué figura pública no querrías tener cerca? A cualquier representante de la derecha.

¿Como es tu decoración ideal? En mi mente es minimalista, pero termina siendo barroco.

¿Y tu decoración odiada? Barroco, cuando yo pensaba que quedaría minimalista.

¿Qué viaje te marcó? Cuando me fui a vivir a Tijuana a los 22 años, cuando no había whatsapp ni Google Maps en teléfonos ni cosas de esas, y la vida podía llegar a ser salvaje de verdad.

¿Y a qué lugar no volverías? Los que me conocen de verdad saben cual es, pero por elegancia no lo diré aquí (risas).

¿Qué canción te pones para animarte? “Woman of black desires” de Bathory o “ The graves of 80´s” de Darkthorne.

¿Y para seducir? Seguramente cualquiera de Death in June o King Dude. Claro que así me va, igual debería cambiar.

¿Cuál es tu cuenta favorita de Instagram? @thetruemayhemcollection

¿Y el vídeo que más veces has visto en YouTube? El directo de Metallica en Moscú de 1991.

¿Quién es la persona más famosa a la que has conocido? A David Lynch y a los componentes de Metallica. También conocí a Slash en el Madrid Rock hace un montón de años. Mis ídolos de la infancia son los que para mi siguen siendo famosos en mi cabeza.

¿Quién fue tu primer ídolo erótico? Mi profesor de gimnasia del colegio.

 ¿Y cuál ha sido el último? Por supuesto, Claes Bang.

¿Qué encuentras cuanto te buscas a ti mismo en Google? Un montón de dibujos y fotos mías que no recordaba.

Una obra sobre papel de Aitor Saraiba.Foto: Aitor Saraiba

¿Cuál es la peor pregunta que te han hecho en una entrevista? Creo que no hay preguntas malas, hay respuestas malas.

¿Qué es lo que siempre quisiste saber hacer pero consideras que es demasiado tarde para intentar aprender? Cantar.

¿Excitantes o calmantes? Me encantan los excitantes, pero la gente que me rodea me aconseja calmantes.

¿Qué plato dominas y en cuál fracasas en la cocina? Domino el pollo asado, fracaso en la tortilla de patatas.

¿Cuál es el fracaso del que más aprendiste? He tenido tantos fracasos, y he aprendido tanto de todos… Dejar que otros alimenten su ego a través de mí posiblemente sea mi mayor fracaso, y del que más he aprendido.

¿Qué es lo más valiente que has hecho en tu vida? Irme a estudiar a la Universidad sin haber sido aceptado en ella.

¿Cuál es la prenda más cara que tienes en tu armario? Un bolso de Loewe.

¿Qué no perdonarías en un amigo? Yo a mis amigos les perdono todo.

¿Qué no perdonarías en un amante? Que me dijera que soy mal amante.

¿Qué querías ser cuando eras pequeño? Pastor de ovejas.

¿Cómo sería tu senectud soñada? Vivir sin preocupaciones económicas.

¿Cuál es tu miedo o fobia más irracional? La falta de vulnerabilidad en los demás.

¿Recuerdas cuál fue el momento más feliz de tu vida? Bufff, tengo tantos. No sé, cuando conocí a Metallica, luego no podía dormir de la emoción que tenía. Mi exposición en Tokio hace unos meses también me hizo tremendamente feliz.

¿Y el más triste? Cuando recibí el mail de Bernardo diciéndome que nuestro Gerardo había muerto en un accidente.

¿Qué actividad te ayuda a relajarte y desconectar completamente? Coser y hacer tapiz.

¿Alguna vez te ha ocurrido algo a lo que no encuentres explicación racional? Sí, una vez fui a llevar flores en México a un ser querido enterrado allí, un lugar que he visitado durante años. Y la última vez que fui el nicho donde estaba mi difunto no estaba. Nadie supo decirme dónde estaba ni por qué había desaparecido.

¿Qué cualidad humana consideras más sobrevalorada? La vergüenza.

¿Qué le preguntarías al próximo destinatario de este cuestionario? ¿Qué libro te gustaría haber escrito?

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